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14 EL HERALDO DE SALTILLO | Viernes 11 de Mayo de 2018 EL HERALDO DE SALTILLO | 15
Javier Villarreal, la cát edra más allá del aula
A propósito del retiro de Javier Villarreal Lozano de la docencia, las hubieran filtrado en exclusiva generoso me invitó a ir con él. periodístico ha tenido también un necesariamente para reescribir
los doctores Aldrete y De La O
El trayecto no duró más admirable desempeño en el sector las estremecedoras historias de
Eduardo de la Peña hace un perfil del periodista que ha sido para incordiar al Extra. de diez o quince minutos, pero público, como impulsor y gestor emblemáticos casos de abuso de
No era lo mismo El
fue una clase entretenida, a tono cultural, y en organismos como la autoridad, sino para entender el
Heraldo que un vespertino, de charla. Comisión de Derechos Humanos concepto de valor civil y estar del
maestro tanto en las aulas universitarias como en las redacciones una cosa es periodismo, otra fueron arraigando en El Heraldo y fue primer presidente. los ciudadanos frente a gober-
Villarreal y Orozco se del Estado de Coahuila, de la que lado de la justicia, la legalidad y
el sensacionalismo, alcanzaba
a escuchar en esas primeras hasta oficinas para cada uno de Ahí en Derechos Hu- nantes extraviados en la soberbia
lecciones como oyente. ellos fueron construidas. manos, abogados, funcionarios del poder. Porque así lo hizo él en
EDUARDO J. DE LA PEÑA DE LEÓN que Javier abordaba los temas Y Villarreal llegó en aux- Las aulas del Ateneo públicos, policías, mandos y cada una de sus actuaciones.
YO SOY MUY AFORTUNA- más sensibles para la comunidad, ilio, de Cortés o de Orozco, no Fuente que habían tomado pre- gobernantes recibieron lecciones También como historia-
De alguna manera Javier DO, porque he tenido desde una óptica muy particular. sé, pero para beneficio de El Her- stadas entonces para la Escuela de decencia y de valor civil. dor Javier Villarreal se ha forjado
Villarreal Lozano era una figura trabajos apasionantes Poco después comple- aldo, su equipo y sus lectores... y de Comunicación, tuvieron acá No es el caso extend- un nombre en Coahuila y en Mé-
enigmática. Antes de conocerlo ya como el periodismo; he mentaría su colaboración con quienes años después nos sumari- una digna extensión. Allá los erse, pero el que sienta alguna xico. Otro legado que igualmente
había escuchado mucho sobre él. tenido trabajos muy esperanzado- otras líneas, agudas, reflejo de su amos a su redacción. precursores de ese encomiable curiosidad podrá encontrar en trasciende más allá de su impre-
Eran los primeros años de res como es la cátedra. He tenido especial sentido del humor, con Así fue como por un tiem- proyecto formaban a los nuevos los archivos las recomendaciones sionante trayectoria en las aulas.
los ochenta y cada día esperaba, trabajos que son llenos de enor- filo y a la vez con respeto. La po Orozco y Villarreal Lozano, licenciados, acá tres periodistas en emitidas por Villarreal, el primer
el que esto escribe, algún pretexto gullecerse de haberlos desempe- “Mínima”, texto breve, de menos tomaban para sí por las tardes plenitud forjaban a los reporteros ombusdman en Coahuila, y no ¡Enhorabuena, Maestro¡
para recorrer las tres cuadras en- ñado, por lo que representaban de quince palabras, presentado el escritorio del director. En una trasmitiendo generosamente ex-
tre la casa en que vivíamos y “el como la Comisión de Derechos en dos líneas y rubricado bajo el jornada en que revisaban la “Hora periencia, sentido ético, responsa-
periódico”. Y es que algo se le Humanos y he tenido este trabajo seudónimo de “Fadrique”. Cero”, que Don Roberto escribía bilidad, rigor, olfato y curiosidad
habría ofrecido al “señor de la (en el CECUVAR) que si me lo di- Y es que Villarreal fue bajo el seudónimo de “Luis Cay- JAVIER VILLARREAL PARTICIPÓ para descubrir la noticia e ir tras
Peña”, Paco de la Peña, el Direc- seño no me resulta tan bien y tan agarrando cancha, en las páginas uso”, y las dos colaboraciones de en la fundación y dirección ella.
tor, mi padre, o algún documento bonito, tan a mi gusto como este”, y en el espacio físico de la redac- Villarreal, para después analizar de diferentes periódicos: El Durante cada uno de los
había que llevar a las secretarias, revelo Javier Villarreal en una en- ción, cuando una tarde llegó y se los temas del día, dar algún con- Heraldo de Saltillo, El Tiempo días y años de la hoy Facultad
o algo inventaba para poder ir trevista que concedió el año pa- encontró a otro de los ex direc- sejo a los reporteros, y charlar, de Monclova, y El Coahuilen- de Ciencias de la Comunicación,
al edificio de Abasolo 228, a sado a El Heraldo tores de El Heraldo, Don Roberto charlar y charlar, dando cátedra se, también en Saltillo Javier Villarreal Lozano ha estado
jugar al reportero, al formador o Orozco Melo, cuestionando con el de oídas y esperando la llegada en sus aulas y ha sido maestro de
al impresor y, sobre todo, tener rigor en que solo un editor puede del Director. más de mil egresados.
oportunidad de parar oreja o hasta ser más estricto que un fiscal, al No siempre coincidían vista, la charla y la compañía, pero Con justicia la institución
meter la cuchara en las charlas de entonces nobel reportero Juan con Paco de la Peña, que llegaba tenía que lograr la hora de cierre. reclama a Villarreal como su
la redacción. José Cortés, hoy ya retirado y a revisar acuciosamente cada En esas charlas de tarde- Maestro, y la Universidad le
Una redacción compacta, también de los empíricos. una de las secciones, definir “la noche, Villarreal llevó la iniciativa rindió en días pasados espléndido
pero dinámica, con un gran am- A Cortés, asignado en ese primera”, incluso redactar algu- con la que darían un “campanazo”, y merecido homenaje.
biente de camaradería, en la que entonces a la sección policíaca, nas notas y coordinar el cierre de la entrevista exclusiva y seriada Sí Maestro de ellos, pero
igual se analizaban los temas del como todos los que iniciaban car- edición, para cumplir un tercer o que le concedió el ex gobernador también de nosotros.
día, se intercambiaban bromas, rera, le correspondía el seguimien- cuarto turno de una jornada que Óscar Flores Tapia y que sirvió Y no, no fue “La última
muchas y muy agudas... y se por ese entonces ya se incorporaba opinión. Registraba el fugaz mo- to de una noticia que consternó a acabaría cerca de la media noche como presentación nacional del clase”, como algunos le llamaron
contaban anécdotas de los poco al grupo que gestó la Escuela de Así fue como regresó a El mento y apenas Villarreal se daba la comunidad saltillense, la viol- para reiniciarse al primer minuto libro López Portillo y yo. con nostalgia, pues aún las sigu-
menos de 20 años que hasta en- Ciencias de la Comunicación, Heraldo como colaborador, y para media vuelta, yo saltaba ansioso a ación y asesinato de una niña en la de la mañana siguiente en una Tres tirajes –tiros se dice ientes generaciones que lleguen a
tonces habían transcurrido desde ahora Facultad. mí la oportunidad de conocer, apoderarme de esas dos cuartillas, colonia Bellavista, “a manos” de bien cronometrada cobertura de en los periódicos– especiales se esa Facultad a formarse, abrevarán
la fundación de El Heraldo de Claro, había recelo y primero de vista y como por todo pulcritud —desde el doblez, alguien del personal de la escuela varios roles. El de padre de familia tuvieron que imprimir el día que de los libros y manuales que son
Saltillo. reserva de la eventual llegada de encima de la barda, a ese periodista presentación, redacción y, sobre “Juan R. Muñíz”, podría haber a primera hora, que en el trayecto se publicó la primera parte de la parte de la obra de Javier Villar-
Imposible entonces que los licenciados a las redacciones, del que tanto escuchaba y que, con todo, contenido— para leerlas sido un prefecto o un conserje. a la escuela marcaba una rápida entrevista. La gente aún por la real.
no apareciera como un personaje terreno sagrado de los reporteros suerte, algunas tardes podía ver antes que el Jefe de Redacción. El tema era ineludible parada en los talleres para asegu- tarde acudía a buscar su ejemplar Como seguramente
recurrente Javier Villarreal Lo- como Juan Vásquez Ruiz, Con- cuando él llegaba con una sonrisa Eran “Los Trabajos y los pero había que abordarlo con rarse que hubieran salido todos los en las oficinas de El Heraldo. seguirá dando lecciones desde las
zano, porque fue parte del equipo suelo García, Carlos Castillo Bor- que no podía ocultar entre las Días”, la columna con la que Vil- responsabilidad y rigor, pues era repartidores; de camino echaba Los nombres del periódi- páginas editoriales, impactando en
fundador y por un tiempo director. ja y el fotógrafo Gabriel Berumen, barbas, y un inconfundible andar larreal regresó a El Heraldo, que mucho más delicado, trascendente ojo a los “estanquillos” para veri- co y de Villarreal estaban en boca miles de personas, más allá de los
Pero también porque se mantenía que paradójicamente se podrían acompasado. primero despertó mi curiosidad y sensible que el habitual reporte ficar que el diario llegó a tiempo, y de todos, incluso fuera de Saltillo. periodistas y de los estudiantes,
vigente como periodista, y sus re- contar entre los primeros alumnos, Ahí no había café ni caf- por el enigmático autor, luego por diario de la Cruz Roja, Tránsito y luego regresaba a las oficinas para En lo inmediato el tema llegó con su particular óptica, su fino
portajes eran referencia en todo el a la par de compañeros, de Javier etera, entonces la mayoría de las la forma, y es que hasta la tipo- la Federal de Caminos, que en el atender la parte administrativa, a Monterrey y Gilberto Marcos sentido del humor, y ese genial
estado, donde en su carrera iba di- Villarreal, que ahora emprendía el ocasiones Villarreal llegaba hasta grafía en que entregaba el escrito Saltillo de los ochenta era la rutina antes de partir, poco después del solicitó una entrevista para el estilo en que aborda cualquier
rigiendo además otros periódicos. reto, ¿la aventura?, de ir al aula a la ventana del pasillo, saludaba, era diferente a la de cualquiera de diaria del reportero policiaco. mediodía, “a la sierra”, a construir Canal 2. tema equilibrando la profundi-
Y, principalmente, porque formar comunicólogos. intercambiaba alguna broma con las máquinas de escribir que ahí Se debían precisar los el otro gran sueño, las huertas de Flores Tapia llamó a Vil- dad del análisis con la claridad
esos reporteros de El Heraldo, Pero afortunadamente el Juan Vásquez, acariciando la teníamos. hechos, y Orozco Melo había manzana. larreal para que le acompañara en y sencillez de la redacción. Y el
todos empíricos pero con un gis no pudo apartar a Villarreal del barba soltaba al mismo tiempo Claro que el gran diferen- tomado el asunto por su cuenta, Si coincidían, la jornada la entrevista con Marcos, y hacia extraordinario don de la brevedad,
profesionalismo riguroso, su- olor a tinta, y encontró el modo una especie de suspiro, algo sobre ciador, imperceptible en esa etapa tratando a la par de hacer entender se alargaba al reunirse los tres la residencia de Valdés Sánchez, qué envidia.
perado tan solo por su convicción de equilibrar su compromiso con la prisa, el infaltable “saludas a para un niño jugando a ser grande, a Cortés que no se podían publicar periodistas y amigos, y la presión entre Hidalgo y Zaragoza, ya se Muchas otras lecciones
y amor a la vocación, transmitían la academia y los espacios para Paco”, expresado hacia Vásquez era el análisis serio, acertado, pero las fotos de la exhumación del subía para el último de ellos en encaminaba el periodista, dis- ha dado fuera del aula Javier Vil-
admiración hacia Villarreal, que hacer periodismo, de calle y de o a Consuelo García. nunca denso ni aburrido, con el cadáver de la niña, por más que se llegar, que apreciaba los puntos de frutando su momento, pleno, y larreal, pues además del ejercicio

