Página 11 - El Heraldo de Saltillo 16 Abril 2013

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LA SONRISA MÁS FELIZ
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EL HERALDO DE SALTILLO
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Viernes 05
de Mayo
de 2017
Niños felices que
pudieron disfrutar de este
hermoso proyecto, un día en el estadio
Al final, la sonrisa
del niño más feliz, resultó ser la del autor
de éste artículo
Osvaldo Fuentes Álvarez, joven apasiona-
do por sus Pumas, no daba crédito cuando le di-
mos la sorpresa; necesitó de tiempo para mostrar
su alegría. El día que disfruto del juego, al saludar
muy de cerca a su ídolo, el Picolín, su cara revela-
ba una emoción que solo un fanático de corazón
puede expresar.
Alexx Javier Sánchez Martínez, su carác-
ter optimista hacen de él un niño ejemplar; con su
mirada de ternura conquista cualquier corazón. El
haber sido compartido con su hermano, le ayudo
a gozar al doble de una tarde maravillosa dentro
del estadio. Un prospecto fuerte para etiquetarlo
como la sonrisa más feliz.
Kevin Fernando Pérez Jaro, en el espec-
táculo de medio tiempo reía a carcajadas cuan-
do varios enmascarados interactuaban luchando
contra aficionados. Me hizo recordar que reírse de
esa manera es la medicina más potente que puede
existir.
En tanto que Ricardo Briones, en todo
momento mostró su felicidad, acompañado de
su papá y de su padrino, juguetón con grandes y
chicos, me quedo con esa sonrisa pícara que nos
regaló antes, durante y después del juego.
nocieron esos rostros muy de
cerca. Ya sobre el mediodía en la
comida, en la misma mesa que
planeamos el proyecto, los cin-
co llegamos a la conclusión que
esas nueve caritas habían tenido
gestos de alegría y de felicidad
muy especiales, y terminamos
esa charla sin definir cuál fue la
sonrisa del niño más feliz de to-
dos los involucrados. Así mismo,
recordábamos que en un princi-
pio nuestra aspiración era llevar
a tres niños en esta temporada,
pero después más gente nos qui-
so apoyar, por lo que decidimos
ponernos como objetivo cumplir
nueve sueños, los mimos parti-
dos que los Rayados jugarían de
local en su estadio. En el octavo
juego y el más esperado por to-
dos los regiomontanos, asistieron
un niño y una jovencita; en ese
momento habíamos cumplido
con éxito nuestra segunda meta.
Pasaron los días. Aun
cuando ya hemos cubierto la
meta de esos nueve sueños, es-
tamos esperando la última jor-
nada, teniendo ya ubicados al
padrino y a la niña, cumpliremos
un sueño más de esta planeación,
que gracias a los padrinos se ha
convertido en una realidad. Le
pido a Dios nos siga llenando de
bendiciones a todos los que de
una forma u otra participamos
en “UN DIA EN EL ESTADIO”.
Así mismo, nos conceda vida y
salud para la próxima temporada
localizar más niños y bienhecho-
res para poder seguir cumplien-
do sueños.
Sentado en la mesa en la
que a diario compartimos los ali-
mentos, agradezco de manera es-
pecial a mi esposa e hijas que me
apoyen en las diferentes etapas
del proceso administrativo de mi
vida en general; ahí mismo, lleno
de alegría y emoción, muy con-
tento les comparto que frente a
un espejo encontré la sonrisa del
niño más feliz de este proyecto.
Francisco Emiliano Ca-
rrillo Calvillo, en su carácter el
más parecido a mí, preguntones
por naturaleza, tuvo la oportuni-
dad de disfrutar el juego acompa-
ñado de toda su familia. Cuando
reía ese niño inquieto, nos trans-
mitía mucha alegría a todos los
que nos tocó convivir con él.
Y qué decir de Axel Cre-
cencio Rodríguez Bocanegra,
expresivo y cariñoso. El día del
juego, antes de subirnos a la ca-
mioneta, corre y me abraza; cada
quien portaba la camiseta de su
equipo favorito, dos planteles con
mucha rivalidad que cuando jue-
gan entre sí paralizan Monterrey.
Sonriéndose de una manera muy
cariñosa, me regala un chocolate
que traía entre sus manos.
También hubo niñas in-
vitadas, como María Fernanda
Solís Cubillo. Para cerrar con
broche de oro, quien mejor que
una señorita, Marifer, que solo
por ser mujer y sin dudarlo, eres
la sonrisa más bonita y bella que
le brinda un toque especial y fe-
menino a este proyecto.
Al día siguiente, sin ha-
ber encontrado respuesta a mi
cuestionamiento, hago la misma
pregunta a mi familia. También
ellas, mi esposa y mis hijas, co-