Página 7 - El Heraldo de Saltillo 16 Abril 2013

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EL HERALDO DE SALTILLO
| Viernes 22 de Enero de 2016
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¿FUEGOO RECIBOS?
ARCELIA AYUP SILVETI
El fuego danza a su rit-
mo, sin prisa y sin pausa. Toma
la forma que le da la gana, entre
madera y papeles. Lo observo a
través del vidrio de la chimenea.
Carcome paulatinamente los me-
zotes, la leña y esparce calor. Baila
sobre brazas. Es insaciable, pide
consumir y consumir y nos regala
a cambio su calor generosamen-
te. Ha logrado calentar mi casa
de manera admirable, ya que no
logramos hacerlo en anteriores
inviernos con calentadores portá-
tiles de gas.
La palabra hogar tiene va-
rios significados y está relacionada
con el fuego. La Academia Mexi-
cana de la Lengua la define como
“sitio donde se hace la lumbre en
las cocinas, chimeneas, hornos de
fundición”. De ahí la clásica ima-
gen de la pareja o familia reunida
en torno al fuego de la chimenea,
conviviendo, o simplemente ob-
servando las caprichosas formas
de las llamas.
Los primeros días del año,
los más gélidos hasta hoy, era posi-
ble andar en mi casa con un swea-
ter ligero, mientras afuera estaba a
cero grados centígrados. Además,
aproveché el calor de la chimenea,
para cocinar en la parte superior,
diseñada para ese fin: verduras
cocidas, queso flameado, empa-
nadas y hasta logré cocer fríjoles.
Cabe mencionar el sabor especial
que brinda la leña en nuestras
comidas. Amigos y familiares que
nos han visitado se asombraron de
la calidez de la casa. Comentaron
además, que esto es como lo ha-
cían nuestras abuelas, sin quemar
gas ni recurrir a la energía eléctri-
ca.
Adhiero al comentario
que estos artefactos, además de
ser bonitos, adornan los hogares
y dan cierto toque de añoranza
y de paz. En el mercado hay mu-
chos estilos y tamaños. Una vez
instalada de la manera adecuada,
la chimenea no requiere de man-
tenimiento constante, no recibirás
recibos por usarla, y se reflejará un
ahorro considerable en tu consu-
mo de gas y de energía eléctrica.
La inversión de su costo se cubri-
rá en máximo tres inviernos, si lo
comparas con los consumos de
la luz y de gas. El único trabajo es
encenderla y mantener el fuego
constante. Al final del día, los be-
neficios son más que sus ventajas.
¿Te animas a ahorrar energía y cui-
dar un poco el planeta?
biznagaas@hotmail.com
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LOS VENEROS DEL PETRÓLEO
HUMBERTO LÓPEZ-TORRES
.. .el Niño Dios te escritu-
ró un establo... y los veneros del
petróleo, el diablo..
habría can-
tado hace 97 años aquél jereza-
no Ramón López Velarde, quien,
como profeta auguró que el ya en-
tonces llamado
Oro Negro
traería
a la más suave de las patrias, más
dificultades, regateos, enfren-
tamientos, riesgos de invasión y
trastornos financieros que los que
hubiera nadie imaginado.
El petróleo, elemento
fundamental para la segunda re-
volución industrial, llegó a ser,
poco antes de iniciarse la Primera
Guerra en el primer tercio del siglo
pasado, la más segura esperanza
de liberación de los sojuzgados
pueblos de Asia, África y América
Latina productores impenitentes
de materias primas.
Según el profesor nortea-
mericano, Harvey O´Connor, “en
1859 Edwin L. Drake encontró la
forma de sacar petróleo de la tie-
rra, pero John D. Rockefeller des-
cubrió la manera de sacar dinero
del petróleo y edificó una inmen-
sa fortuna vendiendo lámparas de
kerosén y sus respectivos lubri-
cantes.”
Así, en los hogares mexi-
canos las velas de sebo y cera fue-
ron sustituidas por esas lámparas
de kerosén, las cuales eran vendi-
das en su local de avenida Cinco
de Mayo en la ciudad de México,
por la Compañía Mexicana de Pe-
tróleo El Águila, que por cierto no
era mexicana sino inglesa, y cuyo
emblema no era el águila sino
un gallito colorado. (Esta última
aportación cultural es gratuita).
Y dichas lámparas nunca
fueron, en nuestro país, llamadas
de
kerosén
, sino lámparas de pe-
tróleo.
El profesor O´Connor
también narra que “un ingenie-
ro dálmata, Anthony F. Lucas,
o
Luchich
, hizo saltar, en 1901
en los pozos de Spindlop, cerca
de Beaumonth, Texas, petróleo
en tan enormes cantidades que
provocó un uso muy amplio del
producto sobre todo cuando las
refinerías descubrieron el pro-
cedimiento de extraer derivados
más livianos como la gasolina. Y
la era del petróleo se convirtió
definitivamente en la era de la
gasolina cuando Henry Ford per-
feccionó un automóvil barato y
útil que era propulsado por ese
carburante.
Luego vendría una pro-
saica y comercial definición del
mismo profesor O´Connor en el
sentido de que “el petróleo sub-
terráneo se extrae más fácilmen-
te que el carbón y es más maneja-
ble; que sea escaso y pueda llegar
a ser tan caro como lo fue el aceite
de roca en 1850, eso no importa
a quienes acumulan ganancias con
él. Quemémoslo en automotores,
en locomotoras, en hornos indus-
triales, en unidades de calefacción
casera, no importa mientras este
recurso natural pueda ser conver-
tido en dólares…”
El cinismo del profesor
O´Connor no era una exageración,
pues nos introdujo en la brillan-
te cuanto pavorosa “sociedad de
consumo”, y de la que los rapaces
devoradores de recursos naturales
han tragado petróleo en tales can-
tidades que, ya digerido, defeca
kerosene, gasolina, teatraetilo de
plomo y otras muchas inmundicias
petroquímicas con las que están
intoxicando irremisible e irreversi-
blemente a la especie humana o,
peor aún, a toda la población ve-
getal y animal del planeta.
Las compañías gringas e
inglesas como El Águila, la Stán-
dard Oil, Exxon, Sinclaire y otras
de la misma calaña pagaban desde
las últimas décadas del Siglo XIX a
los dictadorzuelos de los países
petroleros ¡tres dólares! por cada
barril de petróleo extraído. Países
en el subdesarrollo rampante, con
frágiles economías vieron en ese
precio un ingreso de riqueza nun-
ca imaginado pues producían dos,
tres millones o más de barriles
¡diarios! del famoso y pestilente
oro negro
. México puede contar-
se entre ellos pues acababa de
pasar
del atraso al subdesarrollo
.
Un gran avance, llegamos tarde a
todo.
Un grupo de compañías
multinacionales conocidas como
las siete
hermanas
, era quien fi-
jaba los precios del petróleo de
exportación; y esas mismas com-
pañías ganaban dólares por millo-
nes mediante su procesamiento y
venta, luego, a los mismos países
que lo producían.
Pero en la década de los
60, a iniciativa de los gobiernos de
Irak y Venezuela, se constituye la
Organización de Países Producto-
res de Petróleo (OPEP) que surge
como
instrumento de defensa de
los precios para evitar el despil-
farro económico del petróleo que
se agota sin posibilidad de reno-
varse.
La OPEP logra, a 10 años de
fundada, un incremento del mil
por ciento en el precio del crudo
de exportación, el cual pasa de 3 a
10 dólares por barril.
La OPEP, reconocida ya
por la ONU, toma el control de los
precios del crudo en el mercado
mundial; y además fija una cuota
de producción a cada uno de sus
socios.
En los años 70s crisis
como el embargo del petróleo
árabe en 1973; la decisión unilate-
ral de la OPEP de triplicar los pre-
cios, la revolución iraní en 1979,
los desequilibrios del mercado
mundial y la especulación galo-
pante desembocan en una espiral
irrefrenable en los precios que en
los primeros años del actual siglo
llegan a superar los cien dólares
por barril.
Tal volumen de ingresos,
manejado en muchos casos con
ineficiencia y corrupción, hizo
que muchos países (México en-
tre ellos) hicieran del petróleo la
base de su economía; los ingresos
petroleros sustentaron su gasto
público y cada año, al diseñarse
el presupuesto del siguiente ejer-
cicio fiscal, se incluía en él la lla-
mada
renta petrolera
. Pero hete
aquí que, de buenas a primeras,
el precio del crudo comienza a ba-
jar y a bajar. Y de recibirse más de
cien dólares por barril, el petróleo
nos ingresa alrededor sólo de 20
dólares.
Habrá qué esperar por-
que, como lo dijo el entonces
presidente de Venezuela, Carlos
Andrés Pérez en su visita a México
en marzo de 1975
la historia se es-
cribe con petróleo...