Página 14 - El Heraldo de Saltillo 16 Abril 2013

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EL HERALDO DE SALTILLO
| Viernes 22 de Enero de 2016
ECONOMÍA EN COAHUILA:
¿COREANAS O NACIONALES?
RUBÉN OLVERAMARINES
Cuando se publicó el
Plan Estatal de Desarrollo de
Coahuila 2011-2017 (PED), allá
por mayo de 2012, el precio de la
mezcla mexicana de petróleo re-
basaba los 100 dólares por barril.
En 2011, China crecía a tasas cer-
canas al 10%. El gobierno estatal
formuló una estrategia económi-
ca, dirigida a impulsar el empleo
y el crecimiento, sustentada en
los amigables factores endógenos
de aquellos momentos.
Con la novedad que, tres
años después, a inicios de 2016,
la economía china profundiza su
tendencia a la baja, registrando
un crecimiento de apenas el 6.9%
en 2015. Sin embargo, el cambio
más espectacular lo protagoniza
el precio del crudo; atestiguamos
valores de 21 dólares por barril a
finales de la segunda semana de
enero de este año.
La estrategia económi-
ca de la entidad norteña, aunque
no logró cumplir con las tasas
de crecimiento económico pro-
yectadas al inicio del sexenio, sí
consiguió impulsar la economía
estatal, con excepción de 2013,
con tasas por arriba de la media
nacional. El empleo y la atracción
de inversión extranjera, también
registran cifras interesantes en lo
que va del sexenio.
No obstante, al final del
día, la estrategia se concentró en
la promoción del estado para la
atracción de inversiones, con én-
fasis en los países asiáticos, dirigi-
da sustantivamente a la industria
automotriz; así como en la articu-
lación de esfuerzos para la explo-
tación del gas
shale
en el norte del
estado.
Aspectos como el apro-
vechamiento del potencial turís-
tico y el fomento a las pequeñas
empresas, no encontraron un lu-
gar privilegiado en la agenda eco-
nómica de la presente adminis-
tración. Recordemos que en este
sexenio se suprimió a la secreta-
ría de Turismo del organigrama
estatal; y a la subsecretaría de las
Pymes se le redujo a una direc-
ción general.
Sin duda, la estrategia de
actuar en torno a una economía
global en crecimiento, como fue
antes de 2013, les imponía a las
autoridades estatales ciertos li-
neamientos, como la promoción
económica internacional y la arti-
culación y patrocinio del Clúster
Minero-Petrolero; sin embargo,
la estrategia mantendría vigen-
cia si y sólo si se mantuvieran las
condiciones amigables en la eco-
nomía.
Hoy, por ejemplo, los
bajos precios del petróleo están
obligando a que algunos de los
nuevos jugadores del mercado
de los hidrocarburos no conven-
cionales abandonen la cancha de
juego.
Tengamos en cuenta
otros detalles. En el PED no se
contempló el escenario en donde
la economía china desacelerara,
demandando, por ello, una can-
tidad considerablemente menor
de materias primas, entre ellas el
acero. China es un gigante en la
producción de acero, por lo que,
tarde o temprano, sus excedentes
vendrían a ser abaratados en Lati-
noamérica. México y la industria
acerera del centro de Coahui-
la, hoy perciben claramente los
efectos; las consecuencias, tú las
conoces: despidos e inversiones
productivas diferidas.
Así como al sector ex-
portador de Coahuila le puede
venir bien la depreciación del
peso y el fortalecimiento de la
economía estadounidense, el ma-
yor riesgo ante la volatilidad lo
asumen las pequeñas empresas
no ligadas al mercado externo.
Mantener una estrategia
atada a las circunstancias econó-
micas que le dieron origen (hoy
extintas), podría implicar alguna
desventaja; los ajustes, se entien-
den ciertamente inminentes. La
estrategia que antes del 2013 pa-
recía algo natural, en 2016, de no
reflejarse en resultados interesan-
tes, pudiera entenderse como un
mecanismo artificial.
Lo cierto es que las cues-
tiones relativas a la promoción
económica y a la explotación del
gas
shale
se encuentran condi-
cionadas por el convulsionado
horizonte económico actual; am-
bas deberán abrir un espacio en
la agenda estatal a otros objetivos
estratégicos, al fomento de las pe-
queñas empresas y el impulso al
turismo, por ejemplo; este último
sector podría convertirse en un
área de oportunidad si continúa
abaratándose el peso.
En un ambiente econó-
mico incierto, se vuelve indispen-
sable la intervención del gobierno
a favor de los sectores que más fa-
vorecen a la economía local. Qui-
siéramos leer más crónicas donde
las autoridades estatales apoyan a
las pequeñas empresas, como el
taller de “Don Juan” o la quesería
de la familia “Morales”. Y, aunque
sea por un momento, posponer la
visita del acaudalado "Chung-Ho",
nombre de algún magnate asiático
de la industria automotriz.
Tu Opinión:
olveraruben@hotmail.com
A LA BÁSCULA
JULIÁN PARRA IBARRA
Pablo y el Chapo
La recaptura de Joaquín
Guzmán Loera, considerado como
el narcotraficante más importante
y poderoso del mundo en la actua-
lidad, me tomó justo a la mitad en
la lectura del libro ‘Pablo Escobar
mi padre’, escrito por su hijo Juan
Pablo Escobar -aunque por cues-
tiones de seguridad, en su momen-
to, se cambió su nombre por el de
Juan Sebastián Marroquín Santos-,
publicado bajo el sello de Editorial
Planeta.
Las similitudes en los es-
quemas mentales de Pablo Esco-
bar, el más grande narcotraficante
de cocaína en la historia de Colom-
bia, y uno de los más violentos en el
país sudamericano; y el de Joaquín
Guzmán, el ya no tan poderoso líder
del cártel de Sinaloa y sus diferen-
tes células, son sorprendentemen-
te similares para hacer crecer sus
respectivos emporios, la capacidad
de infiltrar a las corporaciones, y la
virulencia con la que respondieron
siempre a sus enemigos y detrac-
tores.
Aunque si bien Guzmán
Loera no incursionó en el mundillo
de la política como sí lo hizo Esco-
bar que llegó hasta el parlamento
colombiano, el mexicano no necesi-
tó hacerlo para contar con el poder
que llegó a ostentar, porque a través
del financiamiento de muchas cam-
pañas políticas, logró poner a gente
de su confianza en curules federa-
les y locales, alcaldías y en más de
una gubernatura, y en casi todas las
instituciones de los diferentes nive-
les de gobierno.
El colombiano incluso se
llegó a construir una ´prisión’, co-
nocida como ‘La Catedral’, una
especie de hotel de cinco estrellas
donde Escobar Gaviria vivía con su
familia y gozaba de todas las como-
didades y facilidades para seguir
‘trabajando’. De este hombre, a casi
un cuarto de siglo de su muerte, se
han escrito y transmitido cualquier
cantidad de versiones sobre su vida
y sus acciones. Al paso del tiempo
se fueron desvelando muchos nom-
bres de personas, funcionarios, po-
licías y militares de muchos países,
instituciones con los que tuvo rela-
ciones dentro de la ilegalidad.
Entre muchos más, de
acuerdo con las revelaciones en el
libro escrito por su hijo Juan Pablo
–o ahora Juan Sebastián-, con el
entonces hombre fuerte de Pana-
má, Manuel Antonio Noriega, y el ni-
caragüense Daniel Ortega desde la
época en la que éste era aspirante a
la presidencia de su país.
De Guzmán Loera todavía
no se conocen muchas de las cosas
y secretos que muchos quisiéramos
saber porque todavía está vivo.
Quizá empiece a ‘salir’ información
y datos de su vida en los próximos
meses, pero sólo lo que al gobierno
le interese que se sepa para dismi-
nuir cada vez más su autoestima,
como lo han venido haciendo de
algunos pasajes de su vida intimísi-
ma y personal, con las que sí están
violando sus más elementales dere-
chos humanos.
Pero al menos mientras
esté vivo, el gobierno poco va a
permitir que se conozca respecto
a la cadena de complicidades que
a lo largo de su carrera delictiva,
fue tejiendo en los niveles de los
tres ámbitos de gobierno y que in-
cluso llegó a alcanzar la parte más
alta del gobierno mexicano. Poco
o nada se va a saber de los funcio-
narios que tuvieron que ver en las
fugas de los dos principales penales
de ‘alta seguridad’ –es un decir- de
nuestro país: el de Puente Grande
en Jalisco –conocido después de
su evasión como el Penal de Puerta
Grande- y el del Altiplano.
Ambos personajes no
conocían los límites, que estaban
acotados por las inmensas fortunas
amasadas a la sombra de la ilega-
lidad, el narcotráfico y la violencia
que implementaron. Al igual que en
México recientemente se conoció
que Guzmán era propietario de una
flota de aviones, helicópteros, bar-
cos, submarinos y cualquier tipo de
vehículos, algo muy similar ocurrió
con Escobar Gaviria.
Los dispendios y gastos
tan suntuosos como escandalosos
le llevaban, por ejemplo a un día
decidir comprar un complejo habi-
tacional de 200 viviendas en Miami
–supongo que algo así como una
colonia del Infonavit mexicana-, o
que para uno de los cumpleaños de
su hijo mandara a su esposa en su
avión a Francia para traer uno de
los mejores reposteros y comprar
los más exquisitos chocolates para
la fiesta de su primogénito.
Compró ilegalmente en
cantidades ofensivas animales que
transportaba clandestinamente en
sus aviones, para construir un gran
zoológico en una de sus propieda-
des en Colombia, que se convirtió
en un gran parque de atracciones,
con entrada libre para la gente.
En una ocasión cuando
andaba en campaña, un borrachi-
to le increpó durante un mitin. Por
ese sólo hecho, Pablo mandó a sus
sicarios a que lo detuvieran…y lo
mataran.
Cada uno en un momento
y entorno diferente, pero las perso-
nalidades de Pablo Escobar y Joa-
quín Guzmán Loera guardan gran-
des similitudes. Si usted ya leyó el
libro –y si no, lo invito a que lo lea-
de ´Pablo Escobar mi padre’, quizá
esté de acuerdo conmigo.
laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba
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