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EL HERALDO DE SALTILLO
| Viernes 17 de Junio de 2016
ABIERTA EN EL PRI, ¿ES EL CAMINO CORRECTO?
RUBÉN OLVERAMARINES
En su edición del 23 de
octubre de 2015, El Heraldo de Sal-
tillo sorprendió con su nota princi-
pal: uno de los aspirantes a la gu-
bernatura hablaba de la posibilidad
de que el PRI en Coahuila fuera a
una elección abierta para definir al
candidato de 2017. En aquel mo-
mento, parecía una nota impronta,
sin tierra fértil para crecer.
Las cosas han cambiado.
La nota del rotativo, que en apa-
riencia esbozaba una posibilidad
incierta, hoy cobra vigencia.
Te habrás dado cuenta
que sorpresivamente, en concreto
a partir de los precarios resultados
que obtuvo el PRI en las elecciones
del 5 de junio, crecen las expresio-
nes de un sector del PRI coahuilen-
se para abrir el proceso de elección
interna a la militancia; vamos, una
consulta abierta, una primaria.
¿Por qué ahora? ¿A quién
conviene? ¿Lleva dedicatoria? ¿Se
trata acaso de una estrategia para
reposicionar al partido?
Las internas no son aje-
nas para el priismo local. Enrique
Martínez y Martinez y Humberto
Moreira surgieron de procesos do-
mésticos, aunque en contextos di-
ferentes.
Enrique Martínez no era
el favorito del gobernador en tur-
no, remó contracorriente. Si bien
desafió al grupo encabezado por el
gobernador Rogelio Montemayor,
se encontró con un priismo aban-
donado y una burocracia de escri-
torio, sin canales de comunicación
con la estructura territorial, por lo
que no tuvo mayores problemas
para agenciarse la candidatura.
El profesor Moreira, en
cambio, encontró un contexto ami-
gable. Él se encargó de aceitar la es-
tructura. Era tan amplio el margen
de aceptación de su candidatura,
que en su equipo cercano no cayó
muy bien la idea de una interna
que el propio gobernador Martínez
y Martínez promovió. “¿Cuál era
el sentido de una interna cuando
la figura de Moreira no tenía rival
dentro y fuera del partido?”
En ambos casos, la necesi-
dad de abrir la elección surgió ante
la ausencia de un “poder superior”,
cuyo dedo índice señalara en al-
guna dirección en particular. En
el primer caso, la “sana distancia”
establecida por el presidente Ernes-
to Zedillo, provocó que el “centro”
perdiera el control sobre los proce-
sos locales de designación. Las figu-
ras que, como Martínez y Martínez,
se formaron a nivel local, comenza-
ban a adquirir valor.
Humberto Moreira, po-
lítico también local, con amplio
margen de aceptación entre el
electorado, se vio en la necesidad
de medirse en una interna, puesto
que el presidente de la República no
procedía de su partido, y la figura
del gobernador Martínez y Mar-
tínez resultó insuficiente para de-
signarlo como candidato. Al final,
sin problemas, triunfó con amplio
margen.
Así que ahora, con la pre-
sencia de un presidente de la Repú-
blica priista, que sabemos le gusta
tener el control político de su par-
tido, ¿cuál es la necesidad de em-
prender una consulta abierta?
Las teorías de “pasquín”
especulan sobre la posibilidad de
que el dedo del Presidente se diri-
ja hacia una figura ajena a la actual
clase gobernante, por lo que en una
interna tendrían mayores posibili-
dades para impulsar a su candida-
to, dada la ventaja que les otorga el
control de la estructura.
La otra teoría, digamos
menos “conspiracionista”, se rela-
ciona con la necesidad de reposi-
cionar al partido frente a sus pro-
pias bases territoriales, dándoles la
oportunidad de elegir al candidato
de su preferencia. Bases achicopa-
ladas porque al dirigir su mirada
hacia el sur, este y oeste del estado,
observan una nube, cada vez más
cercana, que crece cada día, y que
dibuja una palabra de 11 letras: al-
ternancia.
Sin embargo, indepen-
dientemente del método de elec-
ción, los priistas pudieran estar
cometiendo un error de cálculo,
cuyas consecuencias valdrían para
aproximar a Coahuila hacia un es-
cenario como el de Nuevo León,
Durango, Chihuahua y Tamaulipas.
El problema del PRI no
es interno. La estructura funciona
y apoyarán sin problema al candi-
dato, cualquiera que sea el método
de elección. El verdadero inconve-
niente del PRI es el tamaño de su
estructura, la cual, como lo vimos
el 5 de junio pasado, resultó insu-
ficiente para enfrentar una alianza
opositora y contrarrestar el voto de
castigo.
Alejandro Gutiérrez, pri-
ista coahuilense, conocedor de las
elecciones internas, que trae con-
sigo el pulso político nacional, re-
cientemente declaró: “el voto duro
del PRI no da para ganar una elec-
ción”.
Si el PRI aspira a seguir
gobernando Coahuila, deberá con-
vencer a muchos más votantes que
los 430 mil que ha movilizado su
estructura en las últimas eleccio-
nes; al menos 100 mil más.
Y eso, se los aseguro, no
lo logrará el “método”, sino el can-
didato. Por lo que, el PRI sellará
su destino, desde el momento que
elija, cualquiera que sea el procedi-
miento, a su candidato.
Tu Opinión:
olveraruben@hotmail.com
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A LA BÁSCULA
JULIÁN PARRA IBARRA
Pueblo ilusionado
En un artículo publicado
hace una semana en el portal de no-
ticias ‘Animal Político’, que dirige el
periodista Daniel Moreno, Saúl To-
rres Vázquez escribió a propósito de
las elecciones del pasado 5 de junio,
su deseo de que la alternancia que se
logró en varias entidades del país, no
vuelva a ser una reedición de la des-
ilusión nacional que se dio en el año
2000 en nuestro país, cuando Vicente
Fox llegó a la presidencia de la Repú-
blica.
Torres Vázquez menciona
que Fox incumplió su promesa de
procesar a los políticos del viejo ré-
gimen, y que tras 16 años de transi-
ción democrática quedó demostrado
que no basta con sacar al PRI de los
palacios de gobierno de los estados y
los municipios, y quedó demostrado
que los problemas de corrupción, im-
punidad y falta de políticas públicas
son endémicas del sistema político
mexicano, y no propiedad de un solo
partido. En ese sentido, en el estado
de Durango los ciudadanos vivieron
con gran ilusión el proceso electoral,
y encontraron en la figura de José
Rosas Aispuro Torres la única alter-
nativa con posibilidades reales con
el que se podría probar por primera
ocasión la alternancia, hartos de su-
cesivos gobiernos que han venido su-
miendo a la entidad en un rezago que
tiene marcado a su estado como el
más pobre del norte del país, y que se
agudizó en la administración que está
por terminar, en la que se tuvo uno de
los más bajos niveles de crecimiento
de todo el país, en la que se duplicó
el monto de la deuda pública y en la
que 56.2 por ciento de su población
económicamente activa fue a parar a
la informalidad.
Los temas de la falta de in-
versión con su consecuente genera-
ción de empleos, así como la insegu-
ridad pública en la que estuvo sumida
la entidad sin que en ambos casos pa-
reciera importarle mucho al (todavía)
gobernador Jorge Herrera Caldera, se
empezaron a convertir en una bola de
nieve ante la insensibilidad mostrada
por la administración estatal. La cere-
za en el pastel fue imponer la candi-
datura de Esteban Villegas Villarreal
por encima del deseo de los duran-
guenses que deseaban que su gober-
nadora fuera Leticia Herrera.
Conforme fueron avanzan-
do las campañas, los ciudadanos se
fueron ilusionando con la posibili-
dad de castigar a quienes ignoraron
al pueblo, y más cuando el candidato
opositor anunció que sin que se trata-
ra de una ‘cacería de brujas’, su admi-
nistración revisaría minuciosamente
las condiciones en las que va a recibir
la administración pública y que quie-
nes hayan incurrido en algún delito
en el manejo de los recursos de los
duranguenses, habrían de ir a parar a
la cárcel. En ese mismo sentido en el
municipio de Gómez Palacio, se pro-
nunció Lety Herrera Ale, quien fue
un poco más al sostener que la ley le
permite auditar hasta siete años atrás,
es decir dos administraciones más el
último año de la tercera, y que si en-
cuentra pruebas de que los dineros
del pueblo fueron malversados, quie-
nes lo hayan hecho irán a parar con
sus huesos a la prisión.
Si bien ambos han dicho
que no se trata de vendettas, de ven-
ganzas políticas, los ciudadanos están
a la espera de que, en efecto, quienes
le fallaron al pueblo durante el ejerci-
cio de su función pública, tengan que
pagar por ello. La gente está ilusiona-
da de que se trabajará en el sentido
de combatir la corrupción y la impu-
nidad, porque de que se dieron y en
exceso, se dieron.
Ambos, el próximo gober-
nador de Durango, y la próxima al-
caldesa de Gómez Palacio, tienen un
gran compromiso con los ciudada-
nos. La gente confía en ellos, se ilusio-
naron desde las campañas electorales,
y espera empezar a ver resultados, si
bien se entiende que no llegan con
una varita mágica o que por decreto
vayan a acabar con todos los males
que aquejan a la sociedad duran-
guense en general, y gomezpalatina
en particular.
Que no sea la inauguración
de la alternancia en Durango, como
escribió Saúl Torres Vázquez, una
reedición de la desilusión nacional
del año 2000. Más allá de los colores
que representan uno y otro, entre los
próximos gobiernos estatal y munici-
pal deberá sacarse provecho a las ma-
yores coincidencias que divergencias
que pudieran existir entre ambos para
alcanzar las metas y los compromisos
adquiridos durante las campañas.
El pueblo está ilusionado. El
compromiso es grande.
laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba