¿SON OPOSICIÓN?

Las elecciones de este pasado domingo 4 de junio en los estados de México y Coahuila, dejaron claro que sin un buen candidato los partidos que tenemos sirven de poco.

Esas desprestigiadas organizaciones en mucho han contribuido a la situación en la que nos encontramos y al abstencionismo.

Sus dirigentes son los mismos de siempre y salvo excepciones, pasan de un partido a otro para no quedarse sin hueso y seguir llenándose los bolsillos.

Y lo terrible es que precisamente en esos partidos donde militaron muchos de los actuales funcionarios empezando por López Obrador, debemos centrar nuestras esperanzas como única opción para vencerlo en 2024.

Triste situación la de un país que debe recurrir a corruptos expertos en robaderas, para salir de la corrupción.

A inútiles que a un año de las elecciones siguen recibiendo recursos, instalaciones y curules que no merecen, al no cumplir su cometido de luchar por el poder.

Y han sido incapaces de presentar un candidato unitario a las decenas de millones de electores que no queremos que MORENA siga gobernando.

Quien los ve, puede pensar que el domingo ganaron todo; porque no asumieron su responsabilidad en la derrota y aparecieron en las fotos felices y sonriendo.

Como el líder del PRD Jesús Zambrano, a quién me enferma ver siempre riendo; tal vez de satisfacción al haber logrado, junto con otros que hoy están en el gobierno y las cámaras de senadores y diputados, despedazar al principal partido de la izquierda mexicana quedándose con todos sus recursos.

Empezando por el registro que heredó del Partido Comunista, del que lleva décadas profitando y está a punto de perder al no obtener ni el 3 por ciento de votos; y que de algún modo debíamos recuperar.

Como los jefes del PAN que engatusaron a muchos con Fox y Calderón, cuyo hombre a cargo de la seguridad nacional está hoy en una cárcel de Estados Unidos por servir al narco.

Algo debiera decirnos del fango y la descomposición en que los panistas se mueven, cuando su mejor carta para la presidencia es una ex morenista que bajo su amparo se convirtió, en chillona senadora que grita insultos para ganar espacios en la prensa.

Como el PRI del que vienen AMLO y multitud de sus funcionarios y hoy preside un experto en tranzas y está reducido a pocos y anodinos legisladores.

Y esos tres partidos se sienten indispensables por haber sido cabús de unas cuantas marchas, mientras López Obrador sigue destruyendo paso a paso y con la determinación que a ellos les falta, todo lo que en México es valioso.

¿Pueden esos pútridos escombros, encontrar a estas alturas candidaturas ganadoras para los cargos que se decidirán en 2024?

Lo dudo.

Es por eso necesario que la sociedad civil los obligue a postular para la presidencia, gubernaturas y congreso a personas decentes, eficaces, comprometidas, de honrados antecedentes y con viables programas de gobierno.

De no ser así tendremos que seguir soportando a quien hizo a su imagen y semejanza, la elección del estado de México.

Fue cínica como él, que vive en la opacidad y violando cotidianamente las leyes.

Y que, entre otros abusos cometidos, declaró que no paga impuestos por más de 6 millones de pesos de dos libros, porque fue su esposa la que recibió el dinero.

Fue mentirosa como él, que alardea que primero son los pobres, pero eliminó programas sociales que llegaban a más millones que su cacareado Bienestar y es indiferente a la realidad de tres millones de niños que deben trabajar para ayudar a sus familias.

Y de esa elección plagada de ilegalidades y en la que apenas votó el 50 por ciento del padrón, salió gobernadora una mujer gandalla como él; que robó como alcaldesa y secretaria de Educación y actuó como comparsa en unos comicios de antemano decididos con dádivas y presiones.

No podíamos esperar otra cosa siendo la protegida de un ignorante, que se siente reencarnación de Jesucristo, Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y Francisco I Madero.

Y que al mismo tiempo que se disfraza de izquierdista, ha provocado más pobres y presume que en su gobierno a los ricos les ha ido muy bien y los bancos han ganado más que nunca.

Un deslenguado, que insulta a países amigos que han tenido más pantalones que nosotros, porque han juzgado y encarcelado a sus presidentes y aplicado leyes para evitar lleguen al poder, ladrones, violadores y exfuncionarios venales.

Un criminal que responsabiliza del récord de homicidios que ostenta su administración, “a la herencia de gobiernos anteriores”.

Un cobarde que claudicó ante los narcos y no los persigue dizque para respetar sus derechos humanos.

Un tirano que está acabando con el país, frente a partidos agachones que más que adversarios parecen cómplices y son cualquier cosa, menos oposición.

 

Autor

Teresa Gurza