CÁPSULAS SARAPERAS

Cayó el gordo y tembló

En esta ocasión te platico una historia que bien pueden ser en realidad dos historias, y son de esas historias que se guardan y que cuando parece que se van a perder, alguien aparece para evitarlo, y fue así como mi amigo Paco de la Peña me compartió estas historias que sucedieron en nuestra hermosa ciudad de Saltillo el 5 de mayo del no tan lejano año de 1963, cuando su servidor ya era todo un adulto.

Esa noche jugaba la lotería nacional, el premio era grande grande, pues se tenía que conmemorar un aniversario más de la victoria del Ejército Mexicano, encabezado por el coahuilense Ignacio Zaragoza sobre el Ejército Francés. Los niños gritones acababan de dar el número ganador del premio mayor: “PREMIO MAYOR, PREMIO MAYOR”, el número fue el 6192 y el premio fue de nada más y nada menos que de 20 millones de pesos, de aquellos pesos sin tanta inflación ni devaluación, pero esa misma noche tal vez por la alegría, por la algarabía y por los brincos de emoción, aquí en Saltillo también tembló.

Con una duración menor a los 3 segundos, el temblor se sintió más por el rumbo de La Aurora. La policía, como casi siempre, ni cuenta se dio, aunque Javier Villarreal Lozano en su nota periodística aseguró que el escritorio del Subteniente Casas de movió. Según esta misma nota publicada por el Periódico “El Heraldo” en su edición número 29, el movimiento trepidatorio sucedió a la 1 de la mañana, ocasionando que puertas y ventanas de muchas casas Saltillenses temblaran. De inmediato la teoría de que un jet había volado muy bajito por Saltillo empezó a circular. Los teléfonos de la policía, que en realidad debieron de ser uno o dos, se saturaron de las llamadas realizadas por los Saltillenses, quienes querían saber lo sucedido. Afortunadamente no hubo nada que lamentar y sí mucho que festejar al día siguiente, no precisamente por el temblor, sino por el premio mayor, el gordo que cayó en nuestra hermosa ciudad de Saltillo.

Los ganadores, los suertudos fueron centenares de Saltillenses, pues además de que se había vendido el número por cachitos, muchos compraron cachitos haciendo “vaquitas”. Entre quienes le pegaron al gordo estaban el fotógrafo Ponciano Cadena, el empresario Emilio Mohamar, el restaurantero Emilio Cedillo, el Profesor Severiano Calderón, Jesús García, Román García Soto, el Ing. Luis Ríos Shoeder, de quien por cierto bien se podría decir que además de poeta y profesor fue en un momento quien más sabía de química en Coahuila, y hasta el luchador profesional conocido como “La Loca” .

El día 6 de mayo, es decir, después del temblor, después de que se sabía que el premio mayor había caído en Saltillo, la agencia de la lotería nacional se había convertido en el centro de reunión de los Saltillenses.

Anécdotas muchas, como las de Jesús García, quien era comerciante en el Mercado Juárez, quien de todo lo ganado sólo se quedó con 5 pesos, pues el resto lo repartió a quien llegó a su local. Otro de los suertudotes le dijo a su esposa: “Vieja, a los amigos de siempre hay que tratarlos mejor, a los nuevos no les hagas mucha confianza”. Por su parte el Ing. Ríos Shoerer aseguró que con ese dinero construiría su casa. Don Emilio, quien era el dueño del Restaurante “Las Coquetas”, cuando se entero que le había pegado al gordo decidió regalar a diestra y siniestra menudo a todo aquel que llegara a su negocio. Don Emilio Mohamar, como buen árabe, sentenció que ampliaría su negocio.

Esta es una historia, bueno, dos historias de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, que ahora conocemos gracias a El Heraldo de Saltillo y a mi amigo Paco, estas son dos historias en las que ahora si, literalmente, cuando cayó el gordo tembló en Saltillo.

 

 

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.