¿QUÉ PROPONE LA ALIANZA OPOSITORA?

 “El histórico veredicto, que certifica que García Luna trabajó a sueldo para el cártel de Sinaloa durante más de 20 años, aumenta sobre todo la presión en torno al expresidente Calderón, cada vez más acorralado y con más dificultades para seguir sosteniendo que nunca supo nada de los negocios oscuros de su hombre de confianza. El desgaste del último expresidente panista arrastra también a su partido y, de rebote, al resto de la alianza opositora -PRI y PRD- que han optado por mantener hasta ahora un elocuente silencio”. Así el tono de los párrafos del periodista David Marcial Pérez en su reporte de la decisión que tomó el jurado de la Corte en el Distrito Este de Brooklyn, que declaró culpable de los cinco cargos en contra del exfuncionario federal Genaro García Luna. (elpais.com)

Mientras tanto en México, este tema ha sido oxígeno puro para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el permanente proceso de fortalecimiento de su narrativa consistente en culpar al pasado de todos los males habidos y por haber en México.

Así, con este nuevo material, desde su conferencia mañanera, López Orador continúa con la construcción diaria de un relato persuasivo para afianzar su poder y acorralar a sus contrapoderes. Definiendo quiénes son los buenos y malos, aliados y opositores, neoliberales y progresistas, machuchones y gente del pueblo. Una lógica a la que sus adversarios se oponen y resisten, pero que también sostienen y fortalecen con sus pecados recientes.

 

En otras palabras, hechos como el juicio a García Luna le permiten, de manera nada sutil, recordar sobre todo la razón por la que su movimiento ganó, convirtiéndose en una continuación de su campaña electoral. Al hacerlo de manera tan intensa logra generar la posibilidad de mantener el Movimiento activo con miras a las próximas elecciones y, sobre todo, a las presidenciales del 2024.

Como ejemplo, al día siguiente del veredicto del jurado, López Obrador señaló que “veníamos de una decadencia, de un proceso de degradación progresivo. Lo de García Luna es parte de eso, es una decadencia”. Y se preguntó: “¿Y cómo se enfrenta una decadencia, un proceso de degradación progresivo, que no sólo tiene que ver con lo económico, sino con todos los campos de la vida pública, con lo social, con lo político, con lo moral? ¿Cómo se enfrenta?”

Respondiendo enseguida:

“Con una transformación, arrancando de raíz al régimen de corrupción, de injusticias, de complicidades, de privilegios, y eso es fuerte. Y hasta lo debemos de celebrar que lo estamos haciendo de manera pacífica, sin violencia.

Porque en la Independencia, aunque el cura Hidalgo era pacifista, hubo violencia; y en la Reforma, que es la segunda transformación, hubo violencia; y en la Revolución, Madero, que era un hombre bueno, pacifista, se vio obligado a llamar al pueblo a tomar las armas en contra de la dictadura porque no le quedó otra opción.

Pero hubo violencia, mucha violencia, y ahora estamos logrando este cambio de fondo sin violencia, porque tanto quienes estamos impulsando la transformación como los que se oponen no están utilizando la vía armada o la violencia, es el debate, son los cuestionamientos, las críticas en la prensa, las manifestaciones como la que va a haber el domingo en defensa del régimen de corrupción.”

Refiriéndose a la manifestación convocada por la oposición, abundó: “Es para defender al viejo régimen corrupto, los que van a participar vienen a eso. ¿O ustedes creen que vienen por la ley electoral? No, vienen a decir: ‘El INE no se toca’, pero también ‘García Luna no se toca’, y en el fondo es ‘el régimen corrupto y conservador no se toca’. Para eso es. Pero bueno, tenía tiempo que no se daba una situación así.”

De esta forma, López Obrador sigue demostrando ser un político práctico, de esos para los que el saber y el conocer solo tienen importancia en cuanto puedan ser inmediatamente utilizados como herramienta para la lucha política. Valora y estima los hechos y el conocimiento solo por la acción real que puede ejercer, mediante su influjo de propaganda, sobre las voluntades de la gente que se ha propuesto como receptores de su mensaje, la que le sigue dando el consenso y aceptación con la que cuenta actualmente y que puede llevar a su Movimiento al triunfo en el 2024.

En contraparte, la alianza opositora, no ha atinado en la labor de hacer frente a la estrategia narrativa del presidente. Menos han podido definir, ante la sociedad, postura e identidad; ni precisar qué es, qué pretende y qué le propone a la ciudadanía, en su intención de recuperarla.

Sin contar con esa definición, tal alianza, no podrá construir un proyecto alternativo político esperanzador que brinde soluciones al sentimiento de sufrimiento, malestar e inconformidad que vive la mayor parte de la población que, de alguna forma, ha visto alivio en la política social del actual presidente, que se percibe como el intento de crear un techo de dignidad de vida.

Para la alianza opositora contar con una alternativa viable, que pueda superar a la ofrecida por el actual gobierno en cuanto a capacidad de respuesta a las reivindicaciones no satisfechas en la población, es fundamental para diseñar su estrategia electoral. Sin embargo, hasta el momento no se ve en el horizonte la posibilidad de que los partidos aliados en la oposición logren articularla.

José Vega Bautista

@ Pepevegasicilia

josevega@nuestrareista.com.mx