CRÓNICA DE UN PLAGIO

Hace días se publicó en los medios de comunicación, el plagio que llevó a cabo la ministra Yasmin Esquivel Mossa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre su tesis de licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para obtener su título profesional. El rector de esta institución Enrique Graue Wiechers, confirmó que la magistrada si incurrió en la falta de plagio, además de mencionar categóricamente que “El plagio de una tesis no es una cosa menor es una conducta reprobable, una usurpación de ideas y talentos. Es un acto que pone en entredicho la ética y la moral de quien lo comete, y ofende a quienes se esmeran en cumplir con este requisito académico”. Es a todas luces una conducta inadmisible en cualquier persona, pero más en las que se dedican a impartir la justicia en nuestro país.

Es importante recordar cómo nacen las leyes, ya que actualmente el objetivo de este sexenio es anular uno de sus propósitos que es evitar el robo, proteger al ciudadano de las ilegalidades entre otras. En un inicio las leyes eran hechas al capricho de la clase en el poder lo que provoco desigualdad e injusticias en la sociedad (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). Se luchó porque estas leyes realmente lograran una convivencia organizada y que fueran aplicadas a toda la población por igual, sin importar la condición social, económica o cultural.

Para que las leyes sean eficientes es necesario la participación de los ciudadanos acompañados de un comportamiento cívico, el cual se define así:  el comportamiento que toda persona debe tener, cumplir con sus deberes de ciudadanos establecidos en la ley, el comportamiento cívico permite la construcción de una sociedad ordenada, se caracteriza porque se respetan las leyes y se contribuye al correcto funcionamiento de la sociedad y al bienestar de todos. El comportamiento de Esquivel es una clara consecuencia de su falta de civismo.

Por ello, todo ciudadano que viole la ley debe estar sujeto a las sanciones y consecuencias legales, imagine usted la gran responsabilidad y la ética con la debe conducirse un Juez.  La conducta de la ministra deja mucho que desear, ya que el plagio se caracteriza por ser un robo de palabras e ideas que le pertenecen otras personas y por la copia de obras. Es también un engaño que definitivamente pone en duda la honestidad, pero sobre todo la integridad académica del que lo realiza. Es una violación, un atentado.

Ahora resulta, que la señora Esquivel no conforme con plagiar su tesis de licenciatura, también lo hizo con su tesis doctoral que curso en la Universidad Anáhuac, es comprensible su conducta, ya que, si le dio resultado en el pasado, con mayor razón volver a cometer el ilícito, total las personas se acostumbran a no tener vergüenza y hacer de su vida cotidiana la deshonestidad. Indigna la declaración del representante legal de la ministra, Alejandro Romano “La posible existencia de omisiones en las citas de autores, o errores en su redacción, solo tienen ese significado. -el de deficiencias o descuidos-, pero jamás una forma de plagio”. Claro no importan las omisiones en todo el trabajo.

Es condenable la respuesta que da la universidad Anáhuac, no investigará el caso, se lava las manos como Poncio Pilatos, declara “El reglamento vigente de la Universidad Anáhuac, que reconoce la integridad académica y sanciona las faltas, establece que a partir de los tres años siguientes a la emisión del carta del examen doctoral, no es posible llevar a cabo una acción que la cuestione”. Aun cuando los expertos descubren el plagio en este trabajo. Lo mejor es el lema de la institución “Vence el bien con el mal” perdón me equivoqué es “Vence el mal con el bien”.

No es posible como el ejecutivo de la Nación apruebe públicamente este tipo de conductas, se dedique a defender lo indefendible, alcahuetear conductas incorrectas, el mensaje que da a la juventud de este país es como dice el refrán popular “el que tranza no avanza”. Los ciudadanos debemos tener muy claro que tipo de políticos queremos a los payasos, ignorantes, agitadores, merolicos, defraudadores, tramposos, mentirosos, farsantes en fin hasta aquí paro (porque hay más), o por el contrario personas éticas, trabajadoras, comprometidas, serias, preparadas, honestas, profesionales, accesibles, hacedoras, en fin, preocupadas por el bienestar de su comunidad, algo si me queda claro, no debemos permitir políticos desvergonzados y sin honor, los mexicanos somos dignos de algo mejor.

 

 

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.