CÁPSULAS SARAPERAS

 Teatro Obrero

En esta ocasión te platico la historia del Teatro Obrero, que durante muchos años dio servicio de entretenimiento en nuestra hermosa ciudad de Saltillo.

Tal vez por el hecho de no haber sido consumido por el fuego, como sucedió con los teatros García Carrillo y Manuel Acuña, poco se ha hablado del Teatro Obrero, el cual estaba ubicado en la céntrica calle de Aldama, específicamente entre Manuel Acuña y Xicoténcatl, ahí donde después construyeron el Cine “Saltillo”, casi casi frente a la famosa Mercería “La Esmeralda”.

El Teatro Obrero fue construido con adobe, su fachada era de piedra, tenía en su frente tres arcos para acceder al interior, los cuales estaban escoltados por dos ventanales, cada una de ellas con seis vidrios, que eran idénticas a las cuatro ventanas del segundo piso, las cuales estaban divididas de dos en dos para que el balcón se encontrara centrado. En la parte superior del balcón se podía leer: A. Rodríguez y algo más, un número que iniciaba con el 19, podríamos pensar que era el año en el cual se inauguró, para debajo de este leerse en letras aún más grandes y de manera muy elegante “Teatro Obrero”

Contaba dos pisos, tenía un anfiteatro con gradas de madera, para más de mil espectadores, en donde se presentaba los circos. En total contaba con 1 mil 854 localidades.

Su inauguración ser realizó el 22 de agosto de 1917 con la presentación del chelista Conrado Medrano, quien por cierto, déjeme decirle estimada y estimado Saltillense, que era además el organista de la Catedral de Saltillo. Participó también el violinista, oriundo de nuestra hermosa ciudad, Jesús Flores, propietario de un estudio de música.

Sus instalaciones, a pesar de no ser para la época muy elegantes, indiscutiblemente su arquitectura daba aires de grandeza y refinamiento. Sus amplias instalaciones servían también para funciones de cine por las tardes, en cuyos intermedios tocaba la orquesta del Maestro Tapia. Un espacio donde se realizaron muchas actividades culturales y de entretenimiento para los Saltillense de aquellos años, como lo fue el concurso “Baile de resistencia”, realizadO en diciembre de 1923, el cual consistió en bailar por 48 horas, sí, dos días casi casi sin parar, y era organizado por el Sr. José Rojo Ramírez.

Un lugar que teniamos en Saltillo, un lugar que fue transformado, derrumbado y reconstruido, un lugar que quedará en la memoría de los Saltillenses, un lugar que vale la pena siempre recordar, el Teatro Obrero.

 

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.