¿Qué pasa cuando comes rápido?

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Ciudad de México.- En ocasiones nuestras múltiples actividades nos impiden disfrutar de las cosas simples de la vida. Admirar un atardecer, gozar de la compañía de los demás e, incluso, comer. Pero mientras los primeros solo nos harán añorar haber valorado a tiempo, cuando se trata de comer rápido las consecuencias pueden ser graves.

Cada vez es más común que tengamos que comer en el menor tiempo posible para seguir con otras actividades, o que mientras comemos realicemos otras tareas como ver la TV o las redes sociales. Parece una situación sin mayor importancia, pero la realidad es que es un hábito dañino para nuestra salud.

Comienza a darte el tiempo para comer y disfrutar de tus alimentos, cuando sepas las consecuencias de comer rápido estamos seguros de que querrás cambiar.

Comer rápido te hará engordar

Una de las primeras consecuencias negativas de comer rápido es que vas a engordar.

La razón, tal como explica la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es que con esta acción no le das tiempo a las hormonas del estómago para enviar las señales al cerebro de que ya es suficiente y, por lo tanto, comes más de lo debido.

«Cuando no le das tiempo a las hormonas producidas en el estómago y el intestino para enviar las señales al cerebro (particularmente al hipotálamo, encargado de regular la alimentación), este no se entera de que el estómago ya está lo suficientemente expandido y satisfecho, y lo mismo pasa con el intestino. Y aunque tu organismo ya sació sus necesidades, tú sigues comiendo sin parar”, señaló Mariana Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores (FES), plantel Zaragoza de la UNAM.

Con el paso del tiempo se altera la señalización del hambre y saciedad entre el estómago, el intestino y el cerebro. Así que siempre terminarás comiendo de más.

Aumentas el riesgo de padecer diabetes e hipertensión

Aunque no lo creas, engullir, masticar poco y rápido, podría ser el inicio de muchos trastornos.

La UNAM detalla que diversos estudios han demostrado que la velocidad de la ingesta está relacionada no solo con el riesgo de presentar obesidad sino de padecer enfermedades cardiometabólicas como la diabetes o la hipertensión.

Una investigación del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición realizada entre niños y niñas de 3 a 6 años demostró que los menores que comen rápido tienen más sobrepeso y niveles altos de presión arterial o glucosa en la sangre.

Y no solo eso, otra investigación descubrió que la masticación estimula la célula inmune Th17 que puede aumentar la protección contra infecciones bacterianas, por lo que si comes despacio tu salud en general se verá beneficiada.

Incluso beneficiarás a tu cerebro pues masticar de manera adecuada activa una zona cerebral, el hipocampo, que está relacionado con la memoria y la orientación espacial.

Comer rápido afecta la digestión

Presentar diabetes y otros padecimientos tomará tiempo, pero en el corto plazo sí notarás consecuencias en tu salud, entre ellas estreñimiento.

Y es que, si comes rápido y no te das el tiempo de masticar bien, la comida llegará a tu estómago en trozos grandes, lo que dificultará la digestión causando malestar como estreñimiento y pesadez.

Pero si comes despacio y masticas bien dejarás que las bacterias intestinales deshagan los alimentos y tendrás una mejor digestión.

Cómo evitar comer rápido

Ahora que ya sabes cuáles son las consecuencias negativas de comer rápido es hora de empezar nuevos hábitos y, para ello, vamos a darte algunos consejos:

– Realiza 5 comidas al día, 3 fuertes y 2 refrigerios. La razón es que si, por ejemplo, desayunas muy temprano y esperas hasta la tarde para comer, tendrás mucha hambre y, por ende, comerás rápido y de más. Lo ideal es que no pasen más de 4 horas entre una comida y otra.

– No comas todo el tiempo. Quizá podrías pensar que la solución para no caer en la situación anterior es comer todo el tiempo algo ligero, pero eso también es un error pues no le darás espacio a tu organismo para usar las reservas de energía en los períodos de ayuno.

– Crea una rutina. Un poco en relación con el punto anterior, si acostumbras a tu cuerpo a comer siempre a la misma hora poco a poco crearás un hábito y no tendrás antojos y hambre. Sabemos que no siempre es fácil, pero intenta hacerlo.

– Mastica unas 40 veces. Aunque todo depende del alimento, si masticas hasta que la comida haya perdido su textura no solo serás más consciente de esta actividad, sino que ingerirás alrededor de 10% menos calorías.

– Si no te das el tiempo de comer despacio y de manera consciente tu cuerpo no registrará la ingesta de la misma manera y te llevará a comer alimentos poco saludables. Lo que, es más, al comer rápido no permites que el alimento se impregne de las enzimas de la saliva que lo descomponen y favorecen la absorción de nutrientes, por lo que, sin importar que tan saludable sea lo que ingieres, estarás perdiendo parte de sus propiedades.

– Finalmente, una buena razón para comer más despacio es que de verdad disfrutarás de tus alimentos. Si amas comer debes saber que la saliva permite que las partículas responsables del sabor se activen en las papilas gustativas así que si te das el tiempo lo disfrutarás más. (EL UNIVERSAL)