TRILOGÍA ITALIANA SE ROBA EL CORAZÓN DEL ESPECTADOR

 ‘En el mejor momento y ‘Siempre en el mejor momento’ (1 y 2) es de esas series arrebatadoras que, sin ser para nada excepcional en su género, es vivaz, entretenida a rabiar y contiene una hermosa lección de vida, conectando de inmediato con quienes aman el melodrama. Es, a no dudarlo, una excelente oportunidad que nos brinda la plataforma de Netflix.

Primero fue ‘En el mejor momento’, inicio de la trilogía italiana, cuya historia nos presenta a la encantadora y espontánea Marta, que anhela superar su inseguridad y se enamora del chico más atractivo del lugar que, para colmo, pertenece a una de las familias más aristocráticas de Turín.

Ella es una chica huérfana que, desde pequeña vivió con una insufrible abuela y que carga con una enfermedad letal, mucoviscidosis o fibrosis quística, pese a lo cual ella es animada, positiva y generosa, en especial con sus dos amigos de siempre, con los cuales vive: el alocado gay Jacopo y la dulce lesbiana Federica. Los tres son una familia que se cuidan, aconsejan y se quieren de manera entrañable. Marta trabaja en un supermercado, anunciando las ofertas del día y, a pesar de su padecimiento y que no calza en los cánones de belleza clásica, logra enamorar a Arturo y después a Gabriele.

En el primer capítulo de la trilogía, Marta se enamora de Arturo, el chico más atractivo y popular de su entorno, sabiendo las pocas posibilidades que tiene de estar a su lado, no solo por su enfermedad, sino porque se sabe poco agraciada físicamente y lejos, para nada parecida a las chicas con que se relaciona su objeto del deseo. Pero como ella es obstinada, tiene ganas de vivir y de amar, hará lo imposible por lograr interesarlo, aun cuando ello sea una peligrosa aventura.

La trilogía, dirigida por Alice Filippi, es una película de comedia romántica centrada en su primer capítulo en la búsqueda de un romance que venga a significar un respiro para la protagonista, cuya existencia siempre está en el filo del peligro y apegada a los tubos de oxígeno. Lo esencial en esta parte radica en la manera en que Marta va enamorando de manera gradual a un Arturo acostumbrado al glamour y a las chicas bonitas-pero-tontas. El drama es que ella no le confiesa su precaria situación de salud, temerosa de que él solo sienta lástima por ella.

Adaptación cinematográfica del libro homónimo de Eleonora Gaggero, quien además de escritora es actriz y cantante. Interpreta a Beatrice, la rival romántica de Marta. Al igual que con la película, el libro salió en 2020. La película parece ser una adaptación fiel del libro y sirve para analizar el tema de la superficialidad de las relaciones basadas en la belleza física.

 

Desde el punto de vista narrativo, se agradece que la película se ría del estereotipo que se ha creado (sobre todo en Hollywood) de historias donde el  o la protagonista están moribundo para justo enamorarse de todo el vecindario, aumentando con ello las preocupaciones obvias de quienes le rodean. Acá Marta está siempre consciente de su estado y lucha para superar esa limitante, porque ella está enamorada de la vida.

La segunda parte ‘Siempre en el mejor momento’, dirigida por Claudio Norza, presenta a Gabriele, un joven y dulce artista plástico que entabla con ella una particular relación, tratando de congeniar con la impredecible Marta. Todo va bien hasta que el artista logra un buen trabajo en París, debiéndose trasladar a la Ciudad Luz, lo que pone a prueba la relación que ha surgido entre él y Marta, Los hechos se complican cuando aparece Tomazzo, un atractivo repartidor de comida, que viene a enredar la tranquilidad de Marta y de Jacopo.

La tercera parte -quizás la más forzada- se centra en la delicada cirugía de trasplante de pulmones de Marta, la aparición de Darío, el atractivo médico que la atiende y que Jacopo intenta por todos los medios conquistar y en las decisiones que debe adoptar Federica, hastiada de un trabajo que no calza con sus expectativas.

Conviene destacar que la serie, en sus tres capítulos, atrae, entretiene y a ratos emociona, aun cuando vaya perdiendo la espontaneidad con que se iniciaba y que desperdicie a algunos personajes que uno quisiera conocer más, donde la figura del médico resulta tremendamente desaprovechada, sobre todo considerando que atiende a Marta, que enamora a Jacopo y deberá ser pieza clave en la delicada operación a que se somete la protagonista.

Tampoco se saca mayor provecho del entorno en que se desenvuelven los personajes, considerando que habitan en Turín y que muchos acontecimientos se resuelven o articulan en sus calles y parques. Y también se echa de menos problemas cotidianos más potentes, para dar más dinámica a los secundarios que no se alcanzan a lucir como debieran, sobre todo cuando los protagonistas tratan de sortear los problemas de financiamiento de un departamento, cuando deciden vivir juntos.

A pesar de estos yerros, la serie avanza, entretiene y logra en no pocos instantes empatizar con los espectadores, haciendo que fluya la emoción y aunque el eje sigue siendo la delicada salud de Marta, el guion se abre hacia Gabriele, logrando que uno lo valore más allá de su alocado estilo y su aparente frivolidad, aun cuando algunas subtramas resulten algo postizas en un relato que partió fresco y potente.

Es de esperar que este tercer capítulo cierre de manera definitiva la película, sobre todo para no echar por tierra las aventuras de Marta, de su apego impresionante a la vida y de lo entretenido que resulta su transformación de patito feo en un cisne, capaz de amar y prodigar ternura, incluso cuando esté al borde mismo de la muerte. Porque en todo caso, a pesar de ciertas debilidades evidentes, esta trilogía italiana nos reconcilia con los sentimientos más básicos y necesarios de rescatar.

 

 

Autor

Víctor Bórquez Núñez
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación