ALIANZA OPOSITORA: ¿POR DÓNDE EMPEZAR?

 

Este año es clave para la alianza opositora con miras a obtener el triunfo en las elecciones presidenciales a desarrollarse en 2024. Pero para lograr el éxito, los dirigentes se deberían hacer la siguiente pregunta: ¿Por dónde empezar?

De ese cuestionamiento, sugiero, partir en un ejercicio autocrítico para definir si lo hecho hasta ahora les sirve lo suficiente para pavimentar el camino hacia el triunfo en el 2024, o si hay que hacer más, a partir de los últimos resultados: el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador gobierna en 20 estados, 22 si consideremos alianzas. En 2017 no tenía ni un solo gobernador. Esto logrado en años en los que el país ha enfrentado grandes desafíos como la pandemia y la crisis económica derivada de ella.

Iniciar un ejercicio de revisión y autocrítica con el fin de corregir el rumbo y mejorar; reconocer y aceptar una realidad, el problema no es López Obrador, como persona, sino lo que representa: la insatisfacción social no atendida por años.

En 2018 era tal el enojo que la gente decía: ‘no sólo no voy a votar por ellos (llámese PRI, PAN, PRD, empresarios, líderes sindicales y jerarcas católicos), sino que además voy a votar por el que más les duele, por el que más afecte sus privilegios’.

La política adviene cuando las demandas sociales chocan con un sistema que las niega, y aparecen distintos proyectos que disputan por articularlas. Eso es lo que representa López Obrador.

 

Por ello, no basta con ofrecer una crítica diaria tratando de descubrir la verdadera manera de ser del presidente, intentando dar a conocer sus verdaderos propósitos, intenciones, sentimientos. La premisa de que la gente ha sido engañada, no es tan sólida como para fundar en ello la estrategia; además de que, en este momento, con el ruido de la polarización, todo queda en el nivel de la descalificación sin argumentos.

La alianza opositora, en primer lugar, deberá definir postura e identidad; tener en claro qué es, qué pretende y qué le propone a la ciudadanía, en su intención de recuperarla.

A partir de su definición, deberá construir un proyecto alternativo político esperanzador que brinde soluciones al sentimiento de sufrimiento, malestar e inconformidad que vive la mayor parte de la población que de alguna forma ha visto alivio en la política social del actual presidente, que intenta crear un techo de dignidad de vida.

Comunicar a la gente que se cuenta con una alternativa viable, que puede superar a la ofrecida por el actual gobierno, en cuanto a capacidad de respuesta a las reivindicaciones no satisfechas en la población es fundamental para en la estrategia electoral.

A la par de la construcción de la propuesta, este año será muy importante para la alianza opositora salir triunfadores en los procesos electorales del próximo 4 de junio en los estados de México y Coahuila. En donde se elegirán al titular del ejecutivo, y en el caso de la segunda entidad, la integración de la legislatura estatal.

Ambas elecciones contienen aproximadamente el 15% del padrón electoral nacional, además de la importancia que cada uno de esos estados de por sí tiene, y el contenido político significativo de que siempre han sido gobernados por el Partido Revolucionario Institucional.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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