A LA BÁSCULA

 La cosecha de la siembra

 El asunto de la ‘mega deuda’ que José Rosas Aispuro Torres dejó en el estado de Durango tras una administración que resultó gris a lo largo de todo su sexenio, pero que al final se convirtió en desastrosa cuando al dejar el poder, quedó al descubierto la cuasi quiebra del gobierno estatal, y la forma tan vulgar con que procedieron algunos de sus funcionarios para robarse el dinero del erario, ha escalado a niveles insospechados.

De acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción de Durango, la esposa del ex mandatario estatal, Elvira Barrantes, es investigada por presunto enriquecimiento ilícito e incluso que han solicitado la colaboración de las entidades del país, así como de la Interpol a la que se le habría solicitado la emisión de la ficha roja con la finalidad de localizarla y detenerla provisionalmente donde quiera que sea ubicada, para proceder a su entrega a las autoridades duranguenses.

Este es sin lugar a dudas un golpe seco contra el ex mandatario, porque se han liberado dos órdenes de aprehensión más que se suman a las tres que previamente se había informado, y que ya se han congelado algunas cuentas de un par de ex funcionarios de la Secretaría de Finanzas.

Respecto de la ex ‘primera dama’ se investiga los bienes e ingresos que obtuvo durante la administración de su esposo para verificar si coinciden con los ingresos legales que tuvo durante ese periodo.

Luego de que dejó el poder el 14 de septiembre pasado, la nueva administración reveló que las finanzas del estado estaban prácticamente en quiebra por el saqueo de que fueron objeto. Muchas cosas empezaron a salir a la luz pública, entre ellas que quien verdaderamente ejercía el poder el sexenio pasado era justamente la hoy investigada, quien no solo daba órdenes a secretarios y funcionarios, sino que contradecía incluso las del mandatario, por ello antes que acordar con el Gobernador decisiones importantes, las tenían qué consultar con ella.

En una revisión financiera del Observatorio Ciudadano de La Laguna, la deuda total detectada hasta el momento fue adquirida de manera silenciosa desde el primer año de la administración, y no en el último año, de acuerdo con declaraciones a medios de comunicación, por parte de Marco Zamarripa, director del organismo.

De acuerdo con una nota periodística del diario Milenio, Zamarripa explicó que dentro de la información que obtuvo el organismo, la deuda adquirida contrario a lo que argumentó la pasada administración para su justificación, no se debió a recortes presupuestales, mismos que no fueron documentados, es decir que no hubo recortes a las participaciones como en su momento se aseguró.

En la nota del reportero Luis Alberto López, se indica que, del Informe de Situación Financiera de Durango, al segundo trimestre de 2022, se desprende que la administración estatal contrató una deuda con bancos por 15 mil 776.8 millones de pesos.

Si fue así, la única gracia que habría tenido José Rosas Aispuro como gobernador es que mantuvo engañados a todos durante sus primeros cinco años. En el último de su mandato, todo se le empezó a desbordar por errores propios, porque empezó a dejar de pagar a proveedores de todos los giros, al personal del sector magisterial, al de salud, y en el último tramo dejó de entregar a los municipios las participaciones federales, por lo que por esto último podría enfrentar serios cargos, si se le comprueba el desvío de recursos federales que su administración recibía para ser dispersados a los municipios.

Sobre todo, en los meses de 2022 que fueron parte de su mandato, José Rosas Aispuro se convirtió en un mentiroso consumado porque, aunque él sabía que estaba mintiendo, a muchas personas no se cansó de asegurarles que no se iría sin pagarles los adeudos que tenía con ellos su gobierno. Nunca cumplió, y aunque también sabía que lo estaba haciendo, mandó a la quiebra a muchas pequeñas y pequeñas empresas que ilusos pensaron que les iría bien al ser proveedores del Gobierno del Estado.

José Rosas Aispuro está empezando a cosechar lo que sembró a lo largo de seis años, sembró vientos y está cosechando tempestades, y lastimosamente podría pagar una parte con un lado sensible que es lo que se supone que es de lo que más quiere: con su esposa. Y nadie puede hablar de cuestiones de revanchas, más bien parece que es cuestión del karma, que se le está devolviendo una pequeña parte del mucho daño que le hizo a muchísima gente de Durango que creyó en él.

Durante mucho tiempo buscó la candidatura a la gubernatura, primero en el PRI, su partido de origen donde no se la dieron; luego la buscó por el PAN su nuevo partido, pero la perdió; y lo logró hasta su segundo intento, pero ¿Para eso quería ser Gobernador?

 

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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