CÁPSULAS SARAPERAS

De la Guerra de Troya a Saltillo

En esta ocasión te platico de algo muy Saltillense, de algo que nos da identidad e incluso nos permite identificarnos en muchas partes del mundo, y me refiero a la danza de los matachines.

Déjeme decirle estimada y estimado Saltillense que hace unos días busque el origen de los matachines, también conocidos como matlachines, danza de la cual podríamos pensar que tiene su procedencia en la época prehispánica de algún territorio de lo que hoy es México. Bien podríamos afirmar que los matachines surgieron de alguna danza con la cual los tlaxcaltecas rendían culto y reverencia a su dios Tezcatlipoca, a quien por cierto, le realizaban unas fiestas que duraban 80 días. Incluso podríamos pensar que los huestes de Tenochtitlán realizaban esta danza antes de entrar en combate. Pero la realidad es otra y muy, muy distinta.

Según investigaciones que se han realizados en diversos países, los matachines tienen su origen en la Antigua Tracia, la cual era una sociedad que se desarrolló desde el Tercer Milenio hasta el Siglo II antes de Cristo en Europa, en los territorios que hoy abarcan países como Turquía, Rumania, Bulgaria, Grecia y Ucrania. Incluso los Tracios aparecen en la Guerra de Troya, en el libro “La Ilíada” de Homero.

Sebastián de Covarrubias, quien fue lexicógrafo, criptógrafo y capellán del Rey Felipe II de España, dejó por escrito que los guerreros Tracios tenían la costumbre de danzar antes del inicio de una batalla, con sus cascos y armaduras, puñal en mano, con las piernas y brazos desnudos, y cargando un escudo, quienes al bailar los hacían al son de las flautas, causando un ruido atroz entre sus golpes al suelo y los gritos que emitían, haciendo un simulacro de querer matar.

Hay quienes aseguran que la palabra matachín tiene su origen en la palabra italiana “mattaccino” que significa bufón. Y que los colonizadores al ver esta danza en América se acordaron de los bufones con los que se contaba en Europa.

Por otro lado, hay historiadores que aseguran que los matachines tienen su origen en la guerra entre moros y cristianos, conflicto que inició en el año 711 y concluyó en 1482, donde los cristianos realizaban una danza en la cual algunas personas escenificaban a los “matachines” que significaba mata moros. Este baile empezó a formar parte de una obra de teatro llamada “morisma”, siendo de esta forma que llegó a la Nueva España, pues en el año de 1560 Francisco Cervantes de Salazar escribió al observar un baile indígena: “Sin pronunciar palabras y con los meneos del cuerpo, cabezas, brazos y pies, a manera de matachines, que los romanos llamaron gesticuladores, que callando hablan».

Los tlaxcaltecas, quienes se aliaron con los españoles para así poder vencer a los mexicas, tuvieron una colonización que, además de religiosa fue cultural, donde los nativos de lo que hoy es el estado de Tlaxcala aprendieron, con algunas peculiaridades, la danza de los matachines.

Cuando la Villa de Santiago del Saltillo estuvo a punto de desaparecer, el Capitán Francisco de Urdiñola logró la autorización del Virrey Luis de Velazco para mudar a un grupo de nativos tlaxcaltecas hacia el norte. Durante el recorrido se fundaron varios pueblos, siendo el más importante el Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Dichos nativos trajeron sus tradiciones como lo era y es la danza de los matachines, para así poder “civilizar” a los indios bárbaros de esta región.

Al paso de poco tiempo, los habitantes del Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala tomaron como suya la tradición de la danza de los matachines para honrar celebraciones religiosas.

Sin importar el origen de su nombre, sin importar si tiene su origen en la Antigua Grecia, o en la guerra entre moros y cristianos; sin importar la manera en que llegó la danza de los matachines a la Nueva España; sin importar saber quién fue el primer danzante del Pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, los importante es saber que la danza de los matachines o matlachines, al igual que nuestra hermosa ciudad de Saltillo, es una mezcla de cultura, algarabía y tradiciones que han sido heredadas y transmitidas por nuestros antepasados, siendo hoy algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

 

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.