COMO DECÍA MI ABUELA

«Huyendo del fuego «…

Cuando somos niños, el mundo no parece ser tan peligroso, y las cosas que percibimos cómo amenazas, son muy distintas a las que consideran los adultos, por esto, cuando estaba en la primaria me pareció muy buena idea acudir a hacer un trabajo en equipo a la biblioteca que se encontraba a dos cuadras de mi casa, llevando conmigo a mi hermana menor y sin la supervisión de un adulto, creyendo que lo peor que podía pasarme, era sacar un cero en la tarea. Cuando llegamos a casa, horas más tarde, mis padres me regañaron fuertemente y me impusieron un severo castigo, movidos por la angustia de todas las consecuencias que pudimos tener. Se lo conté a mi abuela muy triste, argumentando además, que el trato era injusto, porque quería evitarme una mala calificación, a lo que mi abuela respondió muy seria «huyendo del fuego, caíste en las brasas».

La reciente polémica en la que se vió envuelta la marca de lujo española Balenciaga, dice mucho de cómo, una marca que pretende ser innovadora y disruptiva, puede fácilmente perder el foco de atención y caer en el extremismo.

De acuerdo con la UNICEF, los menores de edad representan una tercera parte del total de las víctimas de trata en todo el mundo. Además, según cifras del Consejo de Europa, uno de cada 5 niños, es víctima de abuso, lo que significa que casi 400 millones de niños son abusados en todo el mundo, por lo que el abuso sexual infantil, es un grave problema que afecta a todas las esferas sociales.

Conociendo éstas cifras, no resultan tan irracionales las teorías que señalan que detrás de las campañas de Balenciaga, existe todo un movimiento empujando hacia la legalización de relaciones entre adultos e infantes, pues, si hablamos de víctimas tienen que existir los abusadores.

Además, la polémica de la marca se une a las declaraciones de la Ministra de Igualdad de España, Irene Montero, quién expresó el 14 de noviembre que «les niñes tienen derecho a tener sexo con quién quieran» pasando por alto el hecho de que el consentimiento de un menor de edad no es válido y por consecuencia, cualquier acto sexual realizado con menores constituye un delito.

Sean cuáles fueran las intenciones de la marca, está claro que, el privilegio que envuelve a famosos, estilistas, directores de marketing, ejecutivos y demás encargados de una campaña publicitaria, puede fácilmente nublar su juicio.

Apenas unas horas de lanzada la campaña, fué retirada y la marca se disculpó por la misma, argumentando que la inclusión de ciertos artículos en ella, no estaba autorizada. Cómo decía mi abuela «huyendo del fuego, cayeron en las brasas» pues rápidamente, los internautas inundaron las redes sociales de publicaciones referentes a otros elementos incluídos, que claramente hacían alusión a la pederastia y que la marca había omitido en su disculpa. Por lo que, de nuevo se pronunciaron, está vez, retirando todo el contenido de sus páginas y publicando una disculpa en la que asumen toda la responsabilidad por la campaña y se comprometen a «aprender de sus errores» y a apoyar a organizaciones que se dedican al combate del abuso sexual infantil.

Por desgracia, no basta una actitud penitente cuando hablamos de los derechos humanos fundamentales de las infancias. Debemos ser más críticos con lo que consumimos, tanto en contenido cómo en productos y servicios, y reconocer cuando es necesario ser enfáticos en señalar las prácticas que abren la posibilidad a la violación de los derechos de quiénes representan nuestro futuro.