Celebrar Halloween o Noche de Brujas es permitir entrar al demonio en los hogares: sacerdote

 

El sacerdote Vicente Eliamar Vega Carrales, encargado de la Pastoral de la Vida en la Diócesis de Saltillo, sentenció que, según la religión católica, participar de alguna forma en Halloween o Día de Brujas simboliza que sus celebrantes permiten la entrada del demonio en sus hogares, por lo que hizo un llamado a las familias en general a evitar participar en actividades alusivas a lo que, en sus palabras, exalta al mal.

“Originalmente la palabra Halloween es una palabra católica en inglés antiguo, significa víspera de todos los santos; es una palabra católica que se ha ido degradando a vincularlo con noche de brujas”, mencionó este viernes en rueda de prensa.

“Aunque pareciera algo externo, una cuestión de mero juego, termina condicionando de alguna manera (…). Es delicado exaltar lo que daña en un nivel meramente humano, Dios claramente rechaza todas las prácticas supersticiosas porque dan entrada al demonio que es un ser vivo, espiritual, perverso y pervertidor que busca la perdición del hombre”, agregó.

Al recordar que el Halloween se celebra de manera internacional cada 31 de octubre, el religioso aseguró que la fecha es aprovechada por quienes practican rituales satánicos o brujería, lo que, en sus palabras, es prueba de que su celebración va más allá de una dinámica de disfrazarse de terroríficas criaturas para pedir dulces o acudir a fiestas de disfraces.

“Podemos decir que simplemente es un juego pero en estos días aumentan profanación de templos, profanación del Santísimo Sacramento, sacrificios de animales y, peor todavía, sacrificios de niños y de adultos. Hay quien sí se lo toma muy en serio. Por mencionar algo, alguien que en juego dice ‘voy a hacer un pacto con el diablo’, el diablo se lo toma en serio”, sentenció.

En contraste, invitó a los creyentes y a la comunidad en general a celebrar el 31 de octubre de una manera más positiva y dentro de sus propias viviendas, dando un giro al Día de Brujas, convirtiéndolo en un día de luz y evocación a Dios.

“La propuesta es celebrar la vida, en muchas parroquias se convoca para que los niños se disfracen de santos y conozcan la vida de santos, podría hacerse eso en un nivel familiar, en una cena festiva, siempre en orden a la vida, en orden a la paz, en orden a la alegría”. (OMAR SOTO / EL HERALDO)