También venían ramosarizpenses en el Tren Peregrino

RAYMUNDO DE LA ROSA Galván, cronista de la ciudad de Ramos Arizpe, recuerda que su padre, Alberto de la Rosa Borja, fue uno de los sobrevivientes de ese accidente que costó la vida de cientos de personas

Cinco décadas han pasado desde aquel fatídico día, el 5 de octubre de 1972, cuando ocurrió el “Trenazo de Puente Moreno”, pero Saltillo no ha podido olvidar, ni jamás olvidará, la peor tragedia ocurrida en esta ciudad. En el llamado “Tren Peregrino”, viajaban personas de muchos otros lugares, incluidos algunos procedentes de Ramos Arizpe, en dónde también se recuerda esta tragedia.

Cincuenta años después, todavía se discute cuál fue la causa del accidente; si una falla mecánica o error humano provocó que el tren cargado de peregrinos, procedentes de Real de Catorce, descarrilara a la altura del puente Moreno.

Raymundo de la Rosa Galván, cronista de la ciudad de Ramos Arizpe, recuerda que su padre, Alberto de la Rosa Borja, fue uno de los sobrevivientes de ese accidente que costó la vida de cientos de personas.

De la Rosa Galván narró que su padre, originario de Saltillo se mudó a Ramos Arizpe en el año de 1952. En octubre de 1972 acudió a la fiesta religiosa en honor a San Francisco de Asís en Real de Catorce, Zacatecas, acompañado por su hermana Dolores de la Rosa Borja así como el matrimonio conformado por Natalio Juárez y su esposa, la señora Santos Zapata.

Tras anunciarse la llegada a la capital coahuilense en dos ocasiones entre las 22:00 y las 23:00 horas de aquel 5 de octubre, De la Rosa Galván mencionó que las locomotoras que jalaban a los vagones comenzaron a aumentar su velocidad, generando extrañeza entre los peregrinos

“Mi padre nos contó que él se miraba en varias ocasiones con Natalio y viceversa, sin decirse ninguna palabra, pero si reinaba el asombro al punto de llegar a estar asustados. Llegó el momento donde el tren llegó a tener una vibración tan fuerte porque ya iba avanzando fuera de la vía, y empiezan a caer al piso algunos objetos como maletas. Entonces, se tomaron fuerte de los asientos para esperar lo peor” relató.

Don Alberto, al momento del accidente, recibió un golpe en la cabeza y en el rostro que lo dejó inconsciente, sin saber por cuánto tiempo; sin embargo, al recobrar el conocimiento, recordó que se percibió en el vagón un silencio sepulcral  que luego se vio interrumpido por los fuertes gritos de su tía Santos Zapata, quien se encontraba herida.

“Mi papá ve herida a mi tía porque una punta de metal del tren se le había encajado en la rodilla, entonces mi padre y el esposo de mi tía Santos tuvieron que separar el pico de su pierna a puro valor, estuchando un llanto desgarrador de mi tía” expresó.

La familia de Raymundo pasó de la sorpresa al pánico al salir del vagón por una de las ventanas ya que las puertas del mismo se encontraban colapsadas, posteriormente lograron observar la imagen que le dio la vuelta al mundo donde se apreciaban los vagones unos sobre otros. (EDUARDO SERNA)