EDUCACIÓN PARA UN FUTURO NACIONAL VIABLE

Como despedida, antes de emprender hacia una nueva aventura político-electoral, la Maestra Delfina Gómez, aún como secretaria de educación pública, presentó el plan de estudios de preescolar, primaria y secundaria para el ciclo escolar 2022-2023.

Entre los principales cambios que presenta el nuevo plan se encuentran que los estudiantes elaborarán proyectos a partir de los aprendizajes adquiridos y los profesores podrán utilizar métodos de evaluación distintos a los tradicionales.

Además, el modelo desplaza las “asignaturas” o materias por “campos formativos”, en los que se integran conocimientos interdisciplinarios, de acuerdo con el plan de estudios de 212 páginas publicado en la página web de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria.

El nuevo proyecto para la educación básica agrupa todos los grados escolares, desde preescolar hasta secundaria, en seis fases de aprendizaje y propone que los estudiantes adquieran capacidades para distintos aspectos de la vida y no únicamente habilidades para el mercado laboral.

En cuanto al aprendizaje por proyecto, este plan de estudios indica que el trabajo didáctico deberá incluir el desarrollo de proyectos que produzcan los alumnos con sus docentes y que se vinculen con la realidad escolar o comunitaria que decidan abordar.

Los proyectos partirán de los diferentes contenidos aprendidos en las aulas y pueden ser experimentos, prototipos, obras artísticas o investigaciones, según el plan de estudios.

Por ejemplo, un estudiante puede desarrollar un proyecto sobre la pandemia de covid-19 desde una perspectiva biológica, histórica, medioambiental y matemática.

“Desde los contenidos de biología se puede reflexionar a partir de cuestionamientos como: ¿qué son y cómo afectan los virus a la vida humana?; en historia se puede plantear cómo han sido las pandemias que ha sufrido la humanidad en un periodo de tiempo [sic] y cómo la sociedad ha dado respuesta; en medio ambiente se puede preguntar qué relación hay entre el daño a la naturaleza y la aparición de nuevas enfermedades como el SARS-CoV-2; en matemáticas se pueden elaborar gráficas que representen porcentajes de la presencia de esta enfermedad en el país”, ejemplifica el plan.

 

Además, la nueva propuesta curricular se organiza en siete ejes que, según la SEP, conectan los contenidos de distintas disciplinas con la realidad y permiten que los alumnos adquieran capacidades para formarse como ciudadanos y ciudadanas de una sociedad democrática:

  • Pensamiento crítico
  • Interculturalidad
  • Igualdad de género
  • Inclusión
  • Vida saludable
  • Apropiación de las culturas a través de la lectura y la escritura
  • Artes y experiencias estéticas

Respecto a los campos formativos, explica el documento, “implica el desplazamiento de una educación basada en asignaturas hacia un modelo que contempla la interacción del conocimiento de diversas disciplinas”.

De acuerdo con el nuevo plan de estudio, el sistema basado en asignaturas propicia una fragmentación de la enseñanza y del aprendizaje. En contraste, los campos formativos reorganizan los contenidos fundamentales de la educación básica a partir de los aportes de distintas disciplinas.

Los cuatro campos formativos son: lenguajes; saberes y pensamiento científico; ética, naturaleza y sociedades, y de lo humano y lo comunitario.

El Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de Educación Básica Mexicana indica que, como parte de los aspectos de transformación curricular, el programa quedará dividido en seis fases, en las cuales se dividirán a los alumnos por edad, quedando de la siguiente manera:

Fase 1: Educación inicial. Contempla a los menores de 0 a 2 años, 11 meses de edad.

Fase 2: Educación preescolar: primero, segundo y tercer grado.

Fase 3: Educación primaria: primero y segundo grado.

Fase 4: Tercero y cuarto grado de primaria.

Fase 5: Quinto y sexto grado de primaria.

Fase 6: Los tres grados de la educación secundaria.

Sobre la evaluación, el nuevo plan indica que deberá replantearse el sentido de la evaluación para que favorezca el avance de las y los estudiantes de acuerdo con sus propias condiciones, ritmos y estilos de aprendizaje.

Señala que la evaluación no se reducirá a la revisión de tareas como evidencia del trabajo de los estudiantes, el llenado de formatos y a la calificación de exámenes.

Establece que los docentes tienen autonomía para contextualizar los criterios de evaluación y los contenidos de los programas de estudio de acuerdo con la realidad social, territorial, cultural y educativa de las y los estudiantes.

Esto implica pasar a un modelo de “evaluación formativa”, que vaya más allá de la asignación de calificaciones y observe reflexione sobre el desarrollo educativo de los estudiantes.

Finalmente, otro elemento fundamental del plan de estudios es la creación de nuevas estrategias nacionales de educación, entre las que se proponen:

  • Estrategia nacional para la enseñanza de lenguas y culturas indígenas y afromexicanas
  • Estrategia nacional de educación inclusiva
  • Estrategia nacional para la educación multigrado
  • Estrategia nacional para la atención a niñas, niños y adolescentes en situaciones de migración, interna y externa
  • Estrategia nacional para fortalecer a las escuelas como parte del tejido comunitario en contextos urbanos
  • Estrategia nacional con perspectiva de género para mantener a las escuelas libres de violencia y acoso
  • Estrategia nacional de lectura

Ante este nuevo proyecto para la educación básica, considero pertinente, para su reflexión, citar lo que el Maestro Gilberto Guevara Niebla señalara en el año de 2016, en el marco de la creación del Consejo de Especialistas para la Educación, un organismo técnico que produciría reflexiones y estudios específicos con el fin de mejorar las políticas educativas de México.

Decía Guevara Niebla, “La idea es partir de lo que se ha hecho, que no es poco. Pero es importante comenzar por subrayar los propósitos centrales de la educación, no como un ejercicio metafísico sino como una vía para ordenar los medios que han de activar. Y esos propósitos no son otros que: 1). una educación para la justicia y la equidad; 2). una educación para la democracia, la cohesión social y la responsabilidad ciudadana; 3). una educación para la productividad lo competitividad y el desarrollo.

El orden de estos propósitos no es arbitrario sino simbólico. Lo que más nos apura es dar la cara a la injusticia social y a la inequidad. Pero no es posible separar ese empeño de la educación ciudadana para la democracia. Los ciudadanos ilustrados, virtuosos, conocedores de sus derechos y de las leyes, han de ser a la postre los redentores de sí mismos.

Construir una democracia de ciudadanos es el mejor camino para llegar a la justicia. Pero ¿cómo concebir la redención de los pobres sin el progreso productivo? La economía reclama competencias y, sin ellas, no podrá haber futuro nacional viable”.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

josevega@nuestrarevista.com.mx