UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

Un circo con tradición

La verdad es que soy medio “Grinch” para sonreír, pero recientemente lo hice y varias veces al divertirme como niño en un espectáculo que por más cliché que suene se encuentra lleno de magia, el circo se encuentra en la ciudad.

¿Cuándo fue la última vez que fueron a un circo? Y no me refiero al que montaron en alguna cena familiar, convivio de oficina o cuando se pelearon con el novio antes de entrar al cine porque resulta que “Juan Mecánico” tiene voz de “Laura”. Me refiero al show que tradicionalmente vemos en una carpa, ese que empieza a llamar la atención desde que se empieza a montar, ya sea por las numerosas casas rodantes, las lonas gigantescas y en su momento, los respectivos animales.

Está comprobado que normalmente los recuerdos que tenemos van de la mano con factores sensoriales, es decir que algunas de nuestras memorias vienen con por ejemplo destellos de olores y sensaciones. Cuando a mí me dicen la palabra “circo” lo primero que se me viene a la mente es la imagen de una llama grandota comiendo y un olor algo parecido a tierra mojada y abono, ahora sin duda me recordaré sonriendo y maravillado por la pasión que cada uno de sus artistas deja en el escenario.

Cuando hablamos del circo se nos viene a la mente muchos payasos, animales y quizá para algunos les trajo a la mente la escena de la mamá de Dumbo meciendo a su pequeño elefantito afuera de la cárcel donde la metieron por “mal comportamiento”. Les pido hagan a un lado estos recuerdos, porque además de que en México ya no se permiten los animales en actividades circenses, la mamá de Dumbo hace más de medio siglo que es libre considerando que se estrenó en 1941.

Lamentablemente no le hacemos justicia al circo y es que como lo leyeron hace un momento luego lo utilizamos para cuestiones despectivas, cuando realmente debe ser todo lo contrario. El circo es uno de los espectáculos que representan la cultura humana, los historiadores señalan que algunas artes circenses se practicaban desde hace más de tres mil años en países como China, Grecia y Egipto, lugares donde ya podías ver malabaristas y equilibristas. Más adelante la idea de circo como tal empezó a desarrollarse en la edad media, donde ya andaban de pueblo en pueblo mostrando sus habilidades en los saltos y las acrobacias.

En la capital de Coahuila, se encuentra de temporada el Circo Thiany, como dato curioso les comento que fue fundado en 1954 en San Pablo (Brasil), siendo uno de los más prestigiosos y emblemáticos de América, y su rica historia de años recorriendo el continente. Cuando les dije a mis padres que el circo estaba en la ciudad no pudieron dejar de emitir una sonrisa y recordar cuando tuvieron oportunidad de acudir, teniéndolo en su memoria como un bello momento, eso es sin duda es parte de la magia del circo.

Tihany Spectacular es un espectáculo en toda la extensión de la palabra. La compañía reúne 50 artistas de 25 nacionalidades, reclutados en renombrados festivales internacionales del mundo circense.

Ahora bien, seguramente si tenemos adolescentes en casa y a los propias niñas y niños no les encanté la idea de ir, porque “en Internet lo pueden ver”, Thiany te demuestra que no hay mejor sensación que estar en vivo en el espectáculo haciendo a un lado las pantallas inteligentes que en ocasiones se vuelven demasiado frías.

En este circo en particular se combina belleza escénica, talentos individuales, gran profesionalismo y pasión de todos los involucrados, razones con las que entiendes su larga trayectoria de éxito hasta la actualidad.

 

Autor

Sergio Arévalo