A cinco meses de que los partidos políticos en Coahuila tengan candidato a gobernador —o candidata a gobernadora— el priista Manolo Jiménez marcha cómodamente arriba en las preferencias electorales, tanto considerando el proceso interno como a nivel de los partidos.
Sin embargo, el saltillense no puede cantar victoria, pues todavía le faltan escollos por sortear. Si entre institutos políticos, el Revolucionario Institucional aventaja a los demás, teniendo muy de cerca a Morena, la unidad entre los tricolores no está de ninguna manera asegurada ni garantizada.
El reto del “candidato oficial” es llegar al proceso interno, y salir de él, contando con el apoyo de los sectores y organizaciones, pero, además, de los actores políticos que hoy también se sienten con derechos de ser considerados por su partido. Dos de ellos son el exalcalde de Saltillo, Jericó Abramo Masso, quien, sin embargo, en las últimas semanas dejó de mostrar interés en la elección tricolor y se descarta que pudiera participar en la interna.
Otro es el alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda González, quien aparentemente se ha mostrado institucional, pero se considera con mayores méritos y una más extensa experiencia y trayectoria en el servicio público que el actual secretario de Inclusión y Desarrollo Social del Estado.
El edil torreonense pretende emular a su abuelo Román Cepeda Flores, que además de alcalde de Torreón, fue gobernador de Coahuila. Su abuelo materno, Rodolfo González Treviño y su hermano Carlos Román Cepeda González, también fueron presidentes municipales.
Detrás de las aspiraciones del actual alcalde, que podría permanecerseis años al frente del Ayuntamiento, están las enfermizas ambiciones de un Shamir Fernández Hernández, que si no puede ser alcalde por elección popular, se ve como alcalde interino, vía designación del Congreso del Estado. Sin embargo, en ese lejano supuesto aparece en primer lugar el también diputado federal Rodrigo Fuentes Ávila, del primer círculo del grupo político dominante que encabezan el gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, y el presidente del Congreso Local, Eduardo Olmos Castro.
En resumidas cuentas, con un Morena pisándole los talones, para el PRI es indispensable mantener y reforzar la unidad, so pena de que Coahuila registre por primera vez la alternancia.
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