Ícono saltillense: El Museo del Desierto

Foto: José Torres

A finales de los años 80, un grupo de coahuilenses visionarios se dieron a la tarea de crear el Museo del Desierto (MUDE) como un proyecto que cumpliera con dos objetivos fundamentales: albergar y exhibir la riqueza paleontológica que por esos años se manifestó en el hallazgo de importantes yacimientos fósiles en Coahuila, y aprovechar también ese patrimonio para complementar la formación educativa de niños y adolescentes. Hoy, dicho espacio se ha consolidado como el museo de historia natural más importante de México, y como la principal oferta turística de Coahuila que recibe al año más de 350 mil visitantes

En noviembre de este año, el Museo del Desierto cumplirá 23 años de desempeñar la misión didáctica y de resguardo del patrimonio paleontológico que le fue encomendada, pero además ha sumado entre sus objetivos la protección de especies vivas como el lobo mexicano, el bisonte, el borrego cimarrón y el perrito de la pradera, consideradas hoy como especies en peligro por la reducción de sus poblaciones y la destrucción de su hábitat, además de ayudar en la preservación de numerosas especies de cactáceas.

Aunque de acuerdo con el director del MUDE, Arturo González, se trata ciertamente de una institución que nació con buena estrella, el directivo reconoce que durante el desarrollo del proyecto hubo algunos museógrafos que señalaron que no tenía sentido desarrollar un museo en el que se abordara la temática del desierto

Mencionó que, sin embargo, gracias al empeño y al talento de Magdalena Cárdenas, titular del entonces Instituto Coahuilense de Cultura, durante la administración del ex gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor -quien desde el inicio también apoyó decididamente el proyecto– la propuesta tuvo éxito y el proyecto del Museo del Desierto fue tomando forma hasta consolidarse como la institución más importante en su tipo a nivel nacional.

“Había otras propuestas sobre otros temas, sin embargo, el gobernador Rogelio Montemayor aprobó la propuesta del Museo del Desierto en una reunión de gabinete, y a partir de ahí iniciamos con el desarrollo del proyecto, aquí fue también fundamental el apoyo de la investigadora y museógrafa Beatriz Flores, quien contribuyó para la obtención de recursos económicos y en especie”, recuerda Magdalena Cárdenas en una serie de videos sobre los orígenes del museo, difundidos a través de YouTube.

En esa misma serie, la maestra en Ciencias María del Rosario Gómez, quien tuvo una participación decisiva en la conformación de la Comisión de Paleontología de la Secretaría de Educación de Coahuila, señala que a raíz del éxito que tuvo el museo de sitio inaugurado en Rincón Colorado para exhibir los descubrimientos fósiles realizados en esa localidad, se tuvo la idea de que el Museo del Desierto contara con un espacio mucho más grande, y una imagen acorde con el magnífico tesoro paleontológico que ahí estaría disponible para ser conocido y valorado por los visitantes.

Señala que dicho concepto sobre las dimensiones que debía tener el Museo del Desierto fue reforzada tras una visita al Museo de Historia Natural de Denver, Colorado, de donde se tomaron varios conceptos para ser aplicados en el nuevo recinto.

Por su parte, Óscar Pimentel González, quien fuera también secretario de Educación en la administración de Rogelio Montemayor, consideró que la aprobación del proyecto del Museo del Desierto fue uno de los mayores aciertos de ese sexenio, y aseguró que el entonces mandatario estatal no escatimó en esfuerzos para conseguir los recursos necesarios para la construcción del museo, por la importancia que representaba para difundir la riqueza paleontológica de Coahuila y por su inestimable vocación educativa.

Por la misión que ha desempeñado a lo largo de casi 23 años, en los que ha recibido a más de 20 millones de visitantes, y las aportaciones que ha realizado a favor de la ciencia y de la conservación de los tesoros fósiles de la entidad, este año el Museo del Desierto se ha hecho acreedor en la categoría institucional, a la Presea Saltillo, máximo reconocimiento que otorga el Gobierno Municipal de Saltillo con motivo de su 445 Aniversario.

En ese sentido, el director Arturo González se dijo satisfecho por la designación del Museo del Desierto para recibir este galardón, con el que aseguró se realiza un justo homenaje a todos los personajes que han contribuido a la consolidación del recinto, desde quienes apoyaron para darle forma al proyecto, junto con los grandes donadores que con su esfuerzo hicieron posible su construcción y también aquellas personas que han colaborado facilitando sus colecciones privadas para deleite de los visitantes.

“Nos da un gran gusto el que nos consideraran para este que es el reconocimiento más grande que la ciudad hace a sus habitantes y a sus instituciones, nos llena de orgullo, nos llena de compromiso, nos da mucha alegría, y estamos comprometidos y contentos de seguir con esta aventura de crear un espacio que genere identidad, que genere conciencia, que genere pertenencia y que realmente haga cosas buenas por su comunidad”, señaló el directivo.

Arturo González destacó que lo más importante en el proyecto del Museo del Desierto fue el desarrollo de ese espacio a partir de algo que no se había creado prácticamente, junto con el buen trabajo de análisis realizado por el equipo de especialistas y museógrafos encargados de darle forma a este lugar emblemático.

“Al principio los museógrafos nos dijeron que construir un museo del desierto tenía un contrasentido, que no tenía lógica hacer un museo sobre el desierto. Vimos otros ejemplos a nivel internacional, vimos cómo sí se podía lograr aquí generar un espacio que nos platicara sobre nuestro entorno, sobre el desierto, pero nos topamos con que hay muy pocos especialistas que conocen bien sobre el desierto, había que aparejar la creación de este lugar con la construcción de todas esas historias que nutrieran al museo y a sus exhibiciones”.

“Afortunadamente el doctor Rogelio Montemayor lo entendió muy bien, lo supo asimilar, y junto con Magolo Cárdenas, la primera directora y la encargada del Instituto de Cultura en la gestión de don Rogelio pudieron amalgamar esos requerimientos y necesidades para que poco a poco se fuera dando un proyecto de este tamaño y de la fuerza que tiene hoy el Museo del Desierto”, puntualizó el entrevistado.

Indicó que cada vez más personas que tienen objetos con valor científico o histórico permiten que a través del museo, bajo un esquema de comodato, estos objetos se pongan a la vista del público e indicó que el que hecho de que se hayan facilitado esas colecciones tan atesorables patrimonialmente, dan la oportunidad a los visitantes, especialmente a los niños y jóvenes, de acceder a elementos que no podrían ver en ninguna otra parte.

Mencionó que además de todo el invaluable acervo con que cuenta el museo, un factor clave que ha contribuido al éxito de la institución es la actitud amable del personal, el saber sonreírle al público y hacerlo sentir a gusto, algo que se ha logrado gracias a la administración “estilo Disney” que resulta de la aplicación de esas estrategias que esa compañía usa en sus parques y que aquí han dado gran resultado.

“Yo creo que el museo ha venido creciendo y madurando a lo largo de todos estos años, no ha perdido la visión de que nuestro universo es el desierto, nuestro desierto es el lugar en el que queremos aprender a vivir y conocer a las especies de estos lugares para saber cómo cuidarlas y para saber cómo usarlas si quisiéramos hacerlo. Yo creo que eso ha sido muy importante”, expuso Arturo González.

“Las taxidermias son muy importantes, pero en los últimos años nos hemos dedicado también a cuidar de aquellas especies que hemos ido reduciendo o extinguiendo, como los bisontes, como el lobo mexicano o el perrito de las praderas, es donde más atención hemos puesto y en donde más orgullo tenemos de decir que junto con SEMARNAT, PROFEPA, SEMA, Bomberos y Protección Civil ha sido posible salvar a estos animales y darles otra oportunidad”, manifestó.

El director aseguró que el gran equipo del museo conformado por botánicos, paleontólogos, los herpetólogos y quienes estudian o se encargan del cuidado de los mamíferos, así como también los que se desempeñan en todas las áreas administrativas son personas muy comprometidas y especializadas en sus temas, quienes han hecho posible que el Museo del Desierto esté posicionado como el museo más importante de historia natural de México y probablemente de Latinoamérica.

“La labor que ha hecho el museo desde hace casi 23 años ha sido fundamental para que aprendamos a cuidar mejor nuestro entorno. Creo que ha sido muy ventajoso y muy positivo el haber creado en Saltillo una institución como el Museo del Desierto, que nació con muy buena estrella y con grandes pensadores y grandes estadistas que lograron hacer que esto se fundara desde bases muy sólidas y firmes”.

“También han habido muchísimas personas que han creído en este proyecto, que se han sumado o con donativos o con apoyos en especie, con una gran cantidad de elementos que han sido fundamentales para sortear por ejemplo la pandemia o para lograr superar muchas de las épocas difíciles que se han tenido aquí en el museo, además de que hemos estado apostándole a escuchar al visitante y con ello consolidar la oferta de turismo más grande de Coahuila que nos trae 350 mil personas al año con un 80 por ciento de personas que no son de Saltillo, sino de otras partes y de las cuales el 60 por ciento no son de Coahuila”, declaró el director del MUDE. (ÁNGEL AGUILAR/ EL HERALDO)