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Si de refinerías hablamos

La refinación es un elemento clave de la industria energética. Utilizamos gasolina y diesel para el transporte, no petróleo crudo. La evolución de la industria de refinación de un proceso simple para fabricar queroseno, el producto clave a finales del siglo XIX, a un proceso muy sofisticado para entregar productos de alta calidad para motores de combustión, ahora es impresionante. Actualmente, existe menos demanda en Europa y más demanda en Asia, lo que ha cambiado la estructura de la industria con cierres de instalaciones en Europa y el desarrollo de plantas grandes y sofisticadas en Medio Oriente y Asia. La economía de la refinación que durante mucho tiempo fue muy básica ahora ha mejorado con nuevas tecnologías en la industria.

La refinación es clave en el sector petrolero, ya que no se consume directamente el petróleo crudo. Una refinería de petróleo es un conjunto de instalaciones destinadas a transformar el petróleo crudo, generalmente inutilizable como tal, pero que deriva en productos tales como: gasolina, combustible para aviones, diesel, aceites y lubricantes, gases licuados del petróleo, nafta, combustóleo, etc. En este sentido, los productos de mayor consumo son las gasolinas, diesel y aceites pesados.

El petróleo crudo se compone principalmente de moléculas de hidrocarburos formadas a partir de átomos de carbono e hidrógeno. Las impurezas, particularmente el azufre y los metales, también se encuentran en el petróleo. El azufre se encuentra en los productos y genera dióxido de azufre por combustión, que es peligroso para el medio ambiente. Los metales están presentes en cantidades muy pequeñas (unas pocas partes por millón), pero, incluso en concentraciones muy bajas, su presencia en los productos derivados del petróleo puede ser perjudicial para los procesos que los utilizan.

El análisis de los costos de inversión muestra la proporción muy alta de «offsites» (producción de servicios públicos, almacenamiento, recepción e instalaciones de envío), que puede representar más de la mitad del costo de las refinerías simples. En igualdad de condiciones, el grado de autonomía de la refinería en cuanto a la energía eléctrica requerida (se compre o no externamente), el tamaño del espacio para los tanques de almacenamiento, el tamaño de las instalaciones de recepción y envío son, entre muchos otros, parámetros importantes en el monto total de la inversión.

Actualmente, la refinería con mayor capacidad de producción en el mundo es el complejo Jamnagar, ubicado en la costa noroeste de la India y pertenece a la empresa privada Reliance industries y cuyo costo de construcción fue de 6 mil millones de dólares en su primera etapa que culmino en el año 2000, con una capacidad de refinamiento de 668 mil barriles diarios. A la fecha, y después de llevar a cabo varias adecuaciones a sus procesos y ampliar su capacidad de operación, en este complejo se refinan 1 millón 240 mil barriles diarios de petróleo crudo.

En este sentido, el futuro de las refinerías se basa en el aumento constante del consumo de productos derivados del petróleo que requiere una mayor capacidad de refinación. Dada la desaparición de las refinerías pequeñas debido a que no son muy rentables, la construcción de nuevas capacidades es inevitable. Las refinerías a construir tendrán que tener en cuenta la disminución constante de la demanda de productos pesados, debido al precio y la necesidad de reducir la contaminación. El cambio que se originó en 2020 para que el transporte marítimo utilice combustibles bajos en azufre, obliga a que las nuevas refinerías desarrollen productos con especificaciones cada vez más estrictas.

 

Twitter: @pacotrevinoa