CINEMATÓGRAFO

 

Santo el enmascarado de plata, el espía mexicano del cine

Más allá de momentos en que la ficción rebasa la realidad, como en el caso de la alemana, Hilda Kruger, quien trabajó en diversos filmes mexicanos entre los que destaca “Casa de mujeres” (1942), “Bartolo toca la flauta” (1945) y “El que se murió de amor” (1945), que fue tristemente célebre por su relación de espionaje con el gobierno Nazi en el momento de la Segunda guerra Mundial, el cine de espías mexicanos tuvo gran realce en las emulaciones de 007 protagonizadas por Julio Alemán como “Alex Dinamo, aunque su mayor exponente, por la trascendencia de sus filmes fue un luchador.

Sin lugar a duda, el más famoso de los espías del cine mexicano es Santo, el enmascarado de plata, quien fuera en la vida real Rodolfo Guzmán Huerta, personaje que tuvo que pasar por un sinfín de conflictos internacionales en sus múltiples filmes, apoyados en argumentos inverosímiles y con súper computadoras que abarcaban toda la pared de un foro, llenas de foquitos, botones y palancas.

Apartándose un poco de la esencia del cine del Santo, que en su mayoría enfrentaba a entes de otros planetas, de otras épocas y de otros planos físicos, la primera cinta en la que se viste con el traje de espía es “Santo contra el Rey del Crimen” (1961), película en la que se enfrenta a un líder de la delincuencia y apoyado por la Interpol desmantela a esa célula criminal.

El filme, fue dirigido por Federico Curiel, apoyado en el guión de Antonio Orellana y Fernando Osés, donde narra como el personaje Beto descubre que su padre fue alguna vez “Santo el Enmascarado de Plata”, ahora es su turno de tomar la máscara para hacer frente a todo mal y luchar contra el rey del crimen, tal como lo explica el cartel de la película.

A lo largo de 86 minutos, Santo engalana la pantalla, al lado de Fernando Casanova (Fernando), Ana Bertha Lepe (Virginia) y Roberto Ramírez, mejor conocido como Beto el Boticario, contándonos una historia fácilmente digerible, para toda la familia, que por momentos se vuelve simplista y predecible, pero que aporta su granito de arena a la conformación de ese cine mexicano de espías y espionaje.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

 

Autor

Héctor Trejo
Periodista, escritor y catedrático. Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM y actualmente maestrante en Comunicación por la UACH.
Titular de columna "Cinematógrafo 04". Imparto Taller de Micrometrajes Documentales, así como el Diplomado en Cine y Cultura Popular Mexicana.
Ganador del premio a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk 2016, que otorga la Editorial argentina Limaclara
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Periodista, escritor y catedrático. Lic. en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM y actualmente maestrante en Comunicación por la UACH. Titular de columna "Cinematógrafo 04". Imparto Taller de Micrometrajes Documentales, así como el Diplomado en Cine y Cultura Popular Mexicana. Ganador del premio a la investigación Ana María Agüero Melnyczuk 2016, que otorga la Editorial argentina Limaclara