Haber padecido Covid-19 no impide donar sangre

 

En 2019 México se ubicó entre los países con menores tasas de donación voluntaria, 3.1 por ciento

Ciudad de México.- Donar sangre ayuda a salvar millones de vidas al año; si bien las cifras de esta acción voluntaria disminuyeron considerablemente durante el periodo de confinamiento por la pandemia, no existe ninguna contraindicación por infección de SARS-CoV-2 para proporcionarla, asegura la académica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Norma Candelaria López Santiago.

Hasta el momento no está demostrado que la enfermedad se transmita por vía sanguínea y, de acuerdo con su experiencia en el Instituto Nacional de Pediatría, se registraron algunos casos de donadores quienes pocos días después de hacerlo notificaron que padecían la COVID-19, por lo que la sangre fue revisada nuevamente sin encontrar ningún problema en ella, afirma la experta de la División de Estudios de Posgrado de la FM.

En ocasión de la Semana Nacional del Donante Voluntario de Sangre y sus Componentes, que se realiza durante la segunda semana de junio, la investigadora detalla que este año se vuelve a realizar la campaña, ya que en 2020 y 2021 no existían las condiciones para efectuarla.

“Lo que podría ser una contraindicación para donar luego de padecer COVID-19, es el cuadro clínico que se haya tenido. Si la persona presentó mucho daño pulmonar, tiene dificultad respiratoria, o secuelas de afección al miocardio o trombosis, es mejor que no done. Además, se recomienda dejar pasar al menos tres meses después de haber padecido la enfermedad”, precisa la especialista.

En términos generales, agrega, México es de los países que menos donan, razón por la cual constantemente se difunden mensajes a través de radio, televisión o redes sociales en busca de voluntarios.

De acuerdo con un documento elaborado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (2019), los países que más donadores voluntarios altruistas registran, son: Costa Rica (68.1 por ciento), Colombia (86.1 por ciento) y Cuba (100 por ciento); mientras que México está por debajo, con tasas de 3.1 por ciento.

Parte de los motivos de estas cifras, analiza la investigadora, es que esta práctica no es parte de la educación en nuestro país, lo cual es importante cambiar porque siempre hay pacientes que requieren transfusión de sangre completa o sus derivados, de la manera más segura posible.

“Por ejemplo, en el Instituto Nacional de Pediatría las donaciones se hacen en una buena medida por familiares, de tal manera que cuando se tiene un paciente se le pide una donación como parte de los requisitos. Con la pandemia se tuvo que disminuir, por razones obvias, pero se han hecho campañas de donación altruista y Banco de Sangre principalmente en escuelas, empresas y universidades”, comenta López Santiago.

A diferencia de años anteriores, la donación es cada vez más sencilla, pues existen bancos de sangre que reciben a las personas voluntarias durante las 24 horas del día, solo se les pide ayuno mínimo de cuatro horas antes del procedimiento para evitar que se llene de grasas.

Un estímulo es que al donador se le enseña el equipo a emplear, tanto con el que se va a drenar, como la bolsa donde se colectará la sangre, equipos nuevos en paquetes estériles, además se le informa qué tipo de productos son los que se requieren: sangre total (un litro), plasma o plaquetas, precisa la experta universitaria.

Estima que la gente muestra mayor sensibilidad y disponibilidad cuando sabe que la donación es para un niño; sin embargo, el mejor aliciente es decirles que la donación ayuda a salvar una vida.

Esencial 

La sangre es un fluido que provee a las células y tejidos animales de sustancias esenciales como oxígeno, azúcares, nutrientes y hormonas. También remueve los materiales de desecho, que no son necesarios, como dióxido de carbono, urea y ácido láctico. Para donarla es necesario esperar tres meses entre una aportación y otra, precisa López Santiago.

Las plaquetas contribuyen a la formación de coágulos que ayudan a sanar heridas y prevenir el sangrado; los glóbulos rojos están a cargo del transporte de oxígeno y los glóbulos blancos ayudan a combatir infecciones y otras enfermedades. En este caso se puede donar de forma frecuente (con diferencia de una o dos semanas entre cada donación) y son especialmente útiles para auxiliar a las personas con cáncer y problemas sanguíneos, detalla.

También es posible aportar (con esa misma frecuencia) el plasma, que es la parte líquida de la sangre y contiene proteínas, hormonas, vitaminas, colesterol, azúcar y minerales, afirma.

Cabe recordar que el 12 de septiembre de 2019, el Gobierno de México decretó, a través del Diario Oficial de la Federación, que la segunda semana de junio de cada año se realice la Semana del Donante Voluntario de Sangre y sus Componentes. (UNAM)