Los estados de Coahuila y de México empiezan a figurar en las notas y comentarios periodísticos a propósito de las elecciones para renovar gubernatura, y una vez que están a la vuelta de la esquina los comicios de gobernador en seis entidades, unos de ellos ya decididos.
En el caso de Coahuila, Morena parece tener candidato en la persona del subsecretario de Seguridad Pública del gobierno federal, Ricardo Mejía Berdeja, y solo sería cuestión de tiempo para que se oficialice la aspiración del expriista, quien cuenta la bendición o dedazo del presidente Andrés Manuel López Obrador. El también experredista y exdiputado federal aprovecha todos los fines de semana para realizar eventos en los municipios coahuilenses, sabedor de que en la contraparte, el priista Manolo Jiménez le lleva mucha delantera, pues tiene cinco meses en campaña cobijado como secretario de Inclusión y Desarrollo Social del Estado. Mejía Berdeja debe estar consciente de que le restan puntos la publicación de fotografías donde aparece acompañado de nefastos personajes como son los expriistas Noé Garza Flores y Jorge Luis Morán. Pero como decía Alejandro Pérez de la Vega (QEPD): “Con estos gueyes nos tocó arar”.
Por su parte, el joven saltillense ha encontrado un provechoso pretexto en el programa Mejora Coahuila para moverse a sus anchas bajo los temas de seguridad, campo, familia, casa, educación, colonia, salud, economía, inclusión y medio ambiente. Es decir, todo, de ahí sus reuniones con presidentes municipales, líderes sociales, representantes empresariales y todo tipo de actores políticos.
Al interior del PRI estatal de antemano se prevé la participación del diputado federal Jericó Abramo Masso y su posterior inconformidad e impugnación por no haber piso parejo, y es muy factible su adhesión a Movimiento Ciudadano. Otra inconformidad puede surgir en Torreón, en la persona del alcalde, Román Cepeda González, quien solo en apariencia está “alineado”, pues es un hecho que sigue cuestionando los méritos del saltillense Jiménez y distrae su encomienda como cabeza del Ayuntamiento, perdiendo el tiempo obsesionado en que podría ser el candidato a gobernador.
Al PRI le perjudica también la vuelta a la escena política del exgobernador Humberto Moreira, quien la emprendió contra su hermano Rubén Moreira y su cuñada Carolina Vigiano. No es porque lo vaticine el exlíder nacional del PRI, pero resulta inminente la derrota priista en Hidalgo, lo que dejará mal parado al coordinador de los diputados federales, mientras que el campechano Alejandro Moreno sumará otro paquete de derrotas. Sinónimo de fracaso, Alito inició su liderazgo priista con 14 gubernaturas y cuando deje este partido, el Revolucionario Institucional muy posiblemente solo tenga una o dos.
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