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Cisne verde

En la economía, como en muchos otros escenarios, existen sucesos que ocurren por sorpresa, que nadie había previsto por su improbabilidad y que, finalmente, terminan teniendo un gran impacto que pudiera resultar tanto positivo o negativo. Derivado de este tipo de escenarios, es que en 2007 nace la teoría del Cisne Negro.

Dicha teoría consiste en la presencia de eventos impredecibles. De ahí la razón de su nombre, pues el hecho de ver a un cisne color negro es difícil e improbable. No obstante, no significa que no existan; así como tampoco se sabe en qué momento se pudiera ver a uno.

Para que un acontecimiento sea categorizado dentro del fenómeno de Cisne Negro en el ámbito económico, debe cumplir con tres características principales:

  1. Estar fuera de toda expectativa.
  2. Tener un impacto extremo y desproporcionado y;
  3. Que posterior a que suceda, se generen ideas de cómo se pudo haber evitado.

Ahora bien, siguiendo con la temática que comentamos la semana pasada relacionada con el tema ambiental, lo que hoy vengo a platicarle, querido lector, es que en 2020 el Banco de Pagos Internacional -BIS- adoptó la teoría del Cisne Negro, pero dándole un twist.

Y es que, con el fin de advertir a políticos, economistas y a la sociedad en general sobre la catástrofe económica que se pudiera ocasionar debido al cambio climático, el Cisne Negro, paso a ser un Cisne Verde.

Me explico.

El calentamiento global, el efecto invernadero y demás fenómenos que derivan de él y que resultan negativos para la ecología, han pasado de ser no solo una preocupación científica o de salubridad, sino que también, al presentarse efectos negativos en otros aspectos globales, como el monetario, ha generado que se incluya en la agenda de la hacienda mundial el tema ambiental.

Lo anterior, debido a las situaciones sin antecedentes que a la fecha siguen presentándose en nuestro día a día. Y es que, no me dejarán mentir. Por lo menos del 2019 a la fecha, hemos sido testigos de diversas situaciones climatológicas que nunca habían ocurrido con tan alto calibre.

En el artículo anterior, se comentó sobre como la interconexión entre el argumento en favor del medio ambiente y el financiero en materia de inversiones, va creciendo cada vez más.

Pues bien, lo cierto es que tanto el entorno social, como el político, no se quedan fuera de dicha interconexión.

La pandemia, altas temperaturas, incendios, inundaciones, errores humanos que generan bloqueos en canales de suministro, etc. han sido algunos de los ejemplos más recientes que han desencadenado, como señala el título de las obras de Lemony Snicket, una serie de eventos desafortunados que, a pesar de generarse en alguno de los 3 ámbitos antes mencionados, sus efectos en cadena terminan por perjudicar, o beneficiar, a cualquiera de los otros. Volviéndose el cuento de nunca acabar.

Concluyendo sobre lo que es el Cisne Verde y el porqué de su relevancia actual, se debe a que, a diferencia de un fenómeno de cisne negro, el inicio de una crisis climática si se pudo haber previsto antes de que se produjera, pues la ciencia del clima y el gran número de investigaciones en torno a ella dan para eso y más. Pero es por ello que la preocupación más grande de una institución como el BIS sea que de no responder si se llegase a presentar un Cisne Verde, no será porque no se haya visto venir, sino porque no se preparó, o simplemente no se quiso preparar, para ello.

 

Reciban un saludo. Muchas gracias.

danielfdz6@gmail.com

Twitter: @Dan_Fdz

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor

Daniel Fernández
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