Agoniza por abandono y descuidos el estadio Olímpico

Entre el olvido y ruinas se encuentra el estadio Olímpico de Saltillo, donde sus espacios para la preparación de deportistas y atletas de alto rendimiento se han convertido en trampas mortales, luego de ver hecha pedazos la pista de tartán, butacas desprendidas y canchas convertidas en basurero.

Este es la estampa que se puede ver del escenario al que cada día llegan cientos de deportistas que se preparan en diversas disciplinas y que está a cargo del Instituto Estatal del deporte en Coahuila (INEDEC).

En primer lugar y desde el exterior se puede apreciar lo que pareciera ser un “elefante blanco” o edificio sin uso de las instalaciones de este estadio ubicado en Nazario Ortiz Garza y David Berlanga, de la colonia Topochico.

Lo anterior luego de ver una pintura quemada por el sol, nomenclaturas dañadas y paredes en mal estado. Es en las canchas utilizadas como de basquetbol y futbol rápido, en la esquina de estas instalaciones donde se pude ver que algunos rincones ya son un basurero, donde se pude ver la falta de limpieza diaria al encontrar hasta animales muertos en descomposición.

Las rejas metálicas lucen roídas por el óxido y vencidas por el paso del tiempo por lo que los usuarios tienen que utilizar la puerta trasera para ingresar a las instalaciones.

 

PISTA DE ATLETISMO: UNA TRAMPA MORTAL

Ya adentro del centro de entrenamiento se puede ver una pista de carreras de varios carriles que alcanza hasta medio kilómetro de longitud y que es utilizada por varios grupos de atletismo de todas las edades, además por familias que acuden a ejercitarse.

Sin embargo, su suelo de tartán simplemente terminó por ceder al uso y a la falta de mantenimiento, dejando peligrosas zanjas y montículos, que la convierten en una trampa mortal para quien por ahí corre.

Uno de los entrenadores que se negó a identificar por temor a represalias, coincidió que es un peligro para sus pupilos entrenar en estas condiciones, por lo que cada día deben restringirse a donde esté mejor y más plano para correr.

El riesgo es tal que tan sólo en unos minutos varias personas que trotaban o caminaban por estos carriles, terminaban tropezándose con lo que ya parece una alfombra vieja mal extendida.

Por último, se pudo ver algunas butacas de las zonas de sombra para los espectadores desprendidas de su base y arrojadas cerca de la pista. Se buscó al encargado de esta área de apellido Roque, quien no pudo ser localizado por los trabajadores del INEDEC. (DAVID GONZÁLEZ | INFONOR)