A las anomalías, irregularidades y presuntos actos de corrupción y desvío de recursos en que incurrió la anterior administración del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (SIMAS) de Torreón, hay que añadir que distribuían agua con un nivel de arsénico superior a la norma.
Según se desprende del reciente proceso de entrega-recepción, 15 filtros ubicados en igual número de pozos estaban fuera de norma, y la directiva que encabezaba Juan José Gómez Hernández, nunca hizo nada por corregir la situación. Y el eterno gerente técnico del organismo operador, Raymundo Rodríguez, olímpicamente se lava las manos bajo el repetitivo y desgastado argumento de que él avisaba, de que él sabía pero no le autorizaban recursos.
Es de todos sabido que entre menos agua, es decir, que se extraiga a mayor profundidad, habrá mayor contenido de arsénico. Si la NOM 127 de la Secretaría de Salud establece como máximo permisible 25 microgramos de arsénico por litro, dentro de tres meses se reducirá esa cantidad máxima a 10 microgramos, lo que ya representa otro reto para el Simas Torreón y todos los organismos operadores del vital líquido. Localmente, de los 81 equipos de bombeo con que se cuenta, solamente once ofrecen agua dentro de las nuevas disposiciones de la mencionada NOM. De ese tamaño es el reto.
El abastecimiento de agua suficiente y de calidad representará, todo el trienio (y quizá el sexenio), una prioridad para la autoridad municipal, que preside Román Alberto Cepeda González. El reto es no solamente superar la escasez de recurso hídrico sino corregir las deficiencias y negligencia que se arrastran de la anterior administración.
A estos problemas que enfrenta el Simas hay que agregarle los ventarrones y terregales laguneros y los consecuentes y frecuentes apagones que sufre la ciudad y sus alrededores, y el desinterés de los funcionarios de la CFE, que nunca tienen la culpa y como que no se les da asumir responsabilidades.
Al aseverar que toman el toro por los cuernos, Cepeda González ha advertido que en los casi cuatro meses de su administración han realizado inversiones que tienen que ver con Simas, superiores a las realizadas en los últimos cuatro años. Sin embargo, el problema es tan grave que su gobierno tendrá que hacer mucho más y deberá involucrar a todos los usuarios, de quienes también es responsabilidad el cuidado y uso responsable del agua.
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