¿Qué es una apuesta sin empate?

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Si hace tiempo que realizas apuestas deportivas, seguramente que haya conceptos que todavía no domines, como el de la apuesta sin empate. Esta herramienta es una solución muy práctica a la hora de hacer apuestas de primera mitad tiempo completo, ya que te permite protegerte ante un posible empate en el deporte en el que estés apostando. Para que sepas todo lo que necesites al respecto, te explicamos a continuación cómo funciona esta modalidad.

En qué consiste la apuesta sin empate

Como su propio nombre dice, una apuesta sin empate es aquella en la cual este resultado se descarta a la hora de jugar. Esto supone que, si realizamos una apuesta bajo esta modalidad y el encuentro acaban empate, dicha apuesta se toma como nula. Por lo tanto, el jugador recupera íntegramente el importe que haya apostado, sin merma.

Entenderlo es algo más sencillo si nos vamos a los términos ingleses que definen a este tipo de apuesta. La misma se define como DNB o «draw, no bet». Las apuestas bajo esta modalidad no toman el empate como resultado válido y por tanto, si este se produce automáticamente, se anula la misma.

Es importante saber que esta modalidad de apuesta también se puede utilizar en combinadas. En caso de que hayamos apostado por uno o varios encuentros bajo la modalidad sin empate, en caso de que alguno de estos partidos acabase con este resultado, dichas apuestas se quedarían anuladas y no afectarían al resultado final de la combinada.

Qué ventajas tiene la apuesta sin empate

La principal ventaja de la apuesta sin empate es que eliminamos uno de los posibles resultados que pueden darse en numerosos deportes. Porque es obvio que este tipo de apuestas solamente se aplica a aquellos deportes en los que sean posibles los empates. Hablamos principalmente del fútbol y de los partidos de La Liga Expansión, aunque también hay otros deportes en los cuales se permite el empate, como ocurre en el hockey sobre hielo o sobre hierba. En todos ellos, el hecho de que se produzca un empate al final de un encuentro implicaría la anulación de la apuesta y la recuperación del importe apostado por parte del jugador.

Otra ventaja de esta modalidad es que nos ofrece la posibilidad de ganar más a menudo, al eliminar uno de los escenarios que no nos serían favorables en condiciones normales. Algo interesante, por ejemplo, cuando apostamos en contra de equipos de fútbol que suelen volcarse al contraataque en última instancia y acaban empatando partidos que tenían perdidos.

Qué desventajas tiene la apuesta sin empate

Obviamente, la apuesta sin empate tiene sus ventajas pero también tiene algunos inconvenientes. Entre ellas, la principal es la variación que se produce en las cuotas cuando apostamos sin empate frente a las apuestas con empate tradicionales. Dado que estamos eliminando uno de los escenarios, es lógico que la victoria de uno u otro equipo se pague más barata a lo que se pagaría si en la ecuación incluimos la posibilidad del empate. Por tanto, el jugador debería valorar realmente si merece la pena el riesgo que elimina al apostar sin empate respecto a la posible ganancia limitada de esta opción. Realizar ese pequeño cálculo nos ayudará a evaluar la situación con una mayor claridad.

Cuándo se debería utilizar la apuesta sin empate

En general, cualquier ocasión es buena para utilizar la apuesta sin empate si quieres ganar en seguridad y reducir los riesgos de tus apuestas. No obstante, hay tres casos en los cuales el uso de esta tipo de apuestas es muy recomendable.

  • Cuando pensamos que un equipo que no parte como favorito en un cierto encuentro tiene opciones de ganar y no queremos arriesgar en exceso. El hecho de realizar una apuesta sin empate reduce un poco el beneficio de ese resultado sorpresivo, pero también elimina la posibilidad del empate de la ecuación, lo que mejora nuestras posibilidades de éxito, o al menos reduce las pérdidas por la parte del empate.
  • Cuando dos equipos tienen una tendencia preocupante a empatar y por cualquier motivo queremos apostar a la victoria de uno de ellos. Si no sabemos que hay muchas posibilidades de que se produzca un empate, el apostar con esta modalidad nos permite jugar sin riesgo a que ese resultado desfavorable afecte a nuestra ganancia.
  • En el caso de las apuestas de segunda mitad, el hecho de apostar aún sin empate nos permitiría jugar a favor de un equipo favorito para un encuentro que sin embargo acabe perdiendo la primera parte.

Al hacerlo, apostaremos por la posibilidad de que este equipo favorito sea capaz de remontar el partido pero eliminando de la ecuación la posibilidad de que al final todo se quede en un empate. Pensemos que, al final, aunque ese empate no se traduzca en un beneficio, si nos permite recuperar nuestros fondos y evitar la posible pérdida qué supondría dicho empate.