DE BUENA FUENTE

Cordobita

El ex presidente Carlos Salinas tuvo en José Córdova Montoya, a un importante consejero político y económico a la hora de la toma de decisiones importantes para el país.

El economista francés era el poder tras el trono en la vida política de México, y fue en la práctica hombre de soga y cuchillo en el sexenio salinista.

Guardadas las debidas proporciones, en Coahuila, el ex jefe de gabinete, Lauro Villarreal, opera desde el despacho del Simas-Torreón, la deseada postulación del alcalde Román Alberto Cepeda, como candidato a gobernador de Coahuila.

Agoreros de las antiguas escrituras del PRI, advierten que la apertura de la elección interna tiene un destinatario especial, y no es precisamente el que demanda piso parejo.

El plan maestro señala que una vez que Román Cepeda solicite licencia al cargo para atender la convocatoria priista, Lauro será designado como alcalde interino de Torreón, y ya con recurso en mano, van con todo por la candidatura.

Según conversaciones telefónicas, el político fronterense trabaja desde el 2021 una red de apoyo empresarial y política en la Perla Lagunera, desde una oficina contigua al despacho del alcalde lagunero.

Pobre Jericó, pero en este, como en muchos casos más, nadie sabe para quién trabaja, porque de que Román Alberto va a la consulta, va.

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Ediles famélicos

Cuatro meses de inanición financiera y de sobrevivir a base de saliva y de promesa, llevan la mayoría de los alcaldes coahuilenses desde enero pasado.

Los ediles se la han pasado de fiesta en fiesta, de festival en festival, y de celebración en celebración, porque en las arcas municipales no hay dinero para obras.

Ayuntamientos como los de Frontera y Sabinas, fueron dejados en la quiebra por los ex ediles Florencio Siller y Temo Rodríguez, respectivamente, sin que la justicia siquiera los toque con el pétalo de una flor.

Alcaldes y alcaldesas de la región centro y de pueblos mágicos, dan este año prácticamente como perdidos, pues entre la curva de aprendizaje, la falta de recursos económicos, y el pago de las deudas dejadas por sus antecesores, van a transcurrir otros cuatro meses sin hacer nada.

Mientras tanto continuaran con visitas a colonias, selfies con estudiantes graduados, presentaciones de conjuntos musicales, entrega de becas y otras actividades de bajo costo.

Los ediles entrantes no son culpables de lo que ocurre, pero alguien debe proceder legalmente en contra de sus antecesores, que robaron a diestra y siniestra, confiados en una costumbre histórica.

Esta bueno el encaje, pero no tan ancho, diría la abuela.

 

 

 

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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