EL AGUA SE AGOTA Y NO NOS CAE EL VEINTE  

Conforme avanza la temporada calurosa se incrementa la demanda de agua potable, y ya no son solo las colonias de la periferia las que sufren el desabasto, sino también el “centro” de la ciudad de Torreón, incluso las colonias residenciales.

Si de 91 pozos que cuenta el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, el actual gobierno que encabeza Román Alberto Cepeda González encontró que once de ellos ya están abatidos, síntoma de que los mantos acuíferos de la ciudad y de la región se están agotando rápidamente.

La administración, que inició en enero pasado, tiene previsto invertir 100 millones de pesos en los próximos seis meses en la perforación de pozos para reponerlos, es decir, los mismos que tiene autorizados por la Comisión Nacional del Agua. El mismo gobernador del Estado, Miguel Ángel Riquelme Solís, recién anunció que su gobierno destinará recursos para perforar este año un total de nueve pozos en la Región Lagunera, cuatro de los cuales estarán ubicados en Torreón.

Cepeda González ha advertido que su administración encontró un Simas en el abandono, y ciertamente sus antecesores no previeron y no tomaron las medidas correspondientes para evitar o retrasar el negro panorama que se aproxima. Hubo mucha irresponsabilidad. El gerente del Simas, Lauro Villarreal Navarro, pide calma a la ciudadanía y asegura que se resolverá el problema de falta del recurso vital, pero el funcionamiento de nuevos pozos deberá esperar meses cuando la grave escasez es ya una realidad y la padecen vecinos de colonias residenciales como Los Ángeles y Ampliación Los Ángeles, no se diga los de la periferia.

Afortunadamente, las autoridades pueden todavía anunciar la perforación de más pozos como solución a la falta de agua. Llegará un momento en que no haya más agua bajo el subsuelo y resultará imperativo recurrir a otras alternativas, más caras y que requerirán más tiempo.

Los actuales funcionarios deben desde ya emprender campañas de concienciación sobre el uso racional del agua que comprendan lo mismo en jardines y plazas como dentro de las casas habitación, y establecer medidas restrictivas. A estas alturas resulta criminal regar banquetas y pavimento y utilizar agua potable en los inodoros. Pero no nos cae el veinte ni hay autoridades que llamen y obliguen al cuidado del recurso hídrico.