LOS MONOS TIENEN REINA

No se trata de la esposa de Tarzán, sino de que por primera vez en los 70 años de existencia del Jardín Zoológico Natural Takasakiyama, una hembra se convirtió en jefa de manada.

Pero tal como suele suceder a los humanos, un triángulo amoroso podría poner en peligro su poder.

Annie Roth especialista en temas de animales del New York Times, relató en un artículo del pasado 21 de enero que Yakei, llegó a lo más alto de una estricta jerarquía luchando contra su madre y un trío de machos de alto rango.

No le fue fácil a esta changa de 9 años y nativa de una reserva de macacos del sur de Japón, convertirse en la primera líder femenina en los 70 años de historia del parque, creado para mil 500 monos en 1952.

Y donde ahora viven, dos manadas que pasan la mayor parte del tiempo vagando por la montaña y visitando las instalaciones del parque donde el personal les da comida y lleva registro de sus luchas románticas y políticas.

Asegura Roth que el ascenso de Yakei al estatus alfa de su manada de más de 650 macacos, sorprendió a científicos y trabajadores que están observando su reinado para ver cuánto tiempo logra mantener su supremacía.

Muchos animales como abejas, hienas y elefantes viven en sociedades matriarcales.

Pero de acuerdo con Yu Kaigaishi, investigador de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia, el control de una hembra es muy raro entre los monos “se han informado muy pocos casos en la historia de la primatología”.

Los macacos japoneses, son muy inteligentes y fáciles de reconocer por su trasero de color rojo encendido y su afición a remojarse en manantiales termales.

Y su sociedad está organizada, en una rígida jerarquía; entre más alto el rango, mayor el acceso a alimentos, parejas y lugares de descanso.

En esta sociedad, las hembras heredan el estatus de sus madres y rara vez dejan su manada nativa.

Mientras que los machos la abandonan en la pubertad, para unirse a un nuevo grupo; donde su rango se determina por el tiempo que han permanecido, aunque en algunos pocos casos ascienden ejerciendo violencia.

A pesar de ser hembra así lo hizo Yakei en abril pasado, al golpear a su madre para quedarse con el primer puesto de las hembras; luchar después, contra tres machos y vencer luego a Nanchu, anciano de 31 años y jefe durante cinco, de la manada.

Después del altercado de Yakei con Nanchu, los cuidadores hicieron la “prueba de maní”, consistente en colocar cacahuates para observar quién come antes, observando que hembras y machos se hacían a un lado para permitir que Yakei lo hiciera primero; lo que confirmó su estatus de alfa.

Y desde entonces, se ha comportado como lo hacen los machos dominantes: pasea por la reserva con la cola levantada y sacude las ramas de los árboles con el cuerpo.

El reinado de un alfa, puede durar desde meses a más de una década; pero la temporada de apareamiento, de noviembre a marzo, agita todo y cambia situaciones.

Los macacos japoneses son polígamos y se aparean, alimentan, descansan y viajan con sus parejas durante 16 días; tras los cuales el vínculo se disuelve y las hembras, que pueden aparearse con un promedio de cuatro machos cada temporada, buscan nuevos compañeros y el ambiente se vuelve tenso y competitivo.

Hace 10 años Goro mordió a Yakei en la cara haciendo que su trasero se pusiera rojo brillante, señal de que estaba dispuesta a tomarlo como compañero y en varias temporadas de reproducción, fueron pareja.

Pero desde que Yakei se volvió importante, Goro que hoy tiene 15 años y ocupa el sexto lugar dentro de la manada, parece haber perdido interés en ella.

En tanto que Luffy de 18 años y quinto lugar en jerarquía, ha intentado atraerla sin éxito; una vez la empujó y al parecer Yakei le tiene miedo.

Sin embargo, aún no está claro si su comportamiento es porque no le atrae o porque no quiere emparejarse con él, para “no caer en rango solo por aparearse”.

En fin, que los científicos están muy intrigados en esta especie de telenovela macaca; porque en caso de que Yakei siga siendo la jefa, tendrán una oportunidad única para estudiar cómo les va a los macacos japoneses, en una sociedad liderada por una hembra.

Pero me parece una lástima, que haya llegado a esa posición comportándose como macho; a lo mejor fue por eso, que dejó de interesarle a Goro.

 

Autor

Teresa Gurza