UNA DE CAL, O EL JUEGO DEL FUTURISMO  

Indudablemente, el nombramiento del exalcalde de Piedras Negras, Claudio Bress Garza, como secretario de Economía del Estado, tiene mucho de futurismo político, mucha relación con las próximas elecciones locales.

A Bress Garza, dos veces alcalde de la ciudad fronteriza bajo las siglas del PRI y un tercera y muy reciente abanderado por las siglas de Morena, se le empezaba a mencionar como una de las cartas del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador para la candidatura a gobernador, según comicios que tendrán lugar a mediados del año entrante.

De alguna manera, el gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, le paga con la misma moneda o juega el juego de López Obrador, que está echando mano de priistas, incluidos exgobernadores para sumarlos a su equipo de colaboradores, con el inconveniente de que varios de ellos están siendo muy cuestionados. Y destaca el caso del historiador Pedro Agustín Salmerón, nombrado embajador en Panamá y sobre quien pesan múltiples acusaciones de acoso y abuso sexual, acusaciones que, sin embargo, no son escuchadas por el líder de la 4T.

López Obrador está echando mano de exgobernadores priistas para extenderles nombramientos y los últimos casos son el de la sonorense Claudia Pavlovich, nombrada cónsul en Barcelona, España, y el de Fernando Ortega Bernes, exmandatario de Campeche (anterior al actual dirigente nacional del PRI, Alejandro Morero), que será enviado a Parguay. El Presidente también echa recurre a panistas como el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, quien, de no contar con doble nacionalidad, ya ostentaría un cargo diplomático.

De 16 nombramientos extendidos el pasado lunes, los analistas coinciden en señalar que ninguno de ellos cuenta con experiencia ni una trayectoria diplomática de carrera.

En el caso de Claudio Bress también ha recibido críticas por volver aceptar un cargo en un gobierno priista, después de que con Morena ocupó la presidencia municipal de Piedras Negras. Y aunque es alcalde de Frontera, de extracción morenista, Roberto Piña pinta para ser de los ediles consentidos de Riquelme Solís, más allá de la relación institucional.