COMO DECÍA MI ABUELA

El buen juez… 

A mí también me regañó mi abuela, pocas veces, pero muy precisas. Una vez me estaba quejando de mis primos y lo desordenados que eran mientras hacía mi tarea regando en la amplia mesa de su comedor, libros, cuadernos y todo lo que contenía mi mochila. Me desplazaba por el bordado de mi clase de cocina y luego me dirigía a los recortes de mi tarea de geografía, pasando por el ensayo de español. Mi abuela me hizo notar mi desorden y agregó una sentencia que, al día de hoy, es de mis favoritas “el buen juez, por su casa empieza”.  Me sentí avergonzada, ¡cuánta razón tenía mi abuela!

Hace unas semanas, recibimos la noticia de que México presidiría en la ONU el consejo de seguridad, lo cual no fue muy bien recibido por un famoso y clasista periódico francés, que a manera de crítica, emitió una caricatura representando a México con un sombrerudo individuo tumbado en el suelo mientras duerme al compás del silbido de los balazos, al mero estilo de Speedy González.

Dejando de lado lo indignante de su “crítica” al menos puedo rescatar una cosa, el lamentable papel de nuestras autoridades al defender lo propio despierta la indignación de nacionales y extranjeros. ¿Cómo pretende México hablarle al mundo sobre seguridad si tenemos, en promedio, 23 desapariciones y 11 feminicidios diarios?  Esta es una pregunta relevante de cara al 25 N Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Justamente en esta semana, numerosos contingentes han lanzado la invitación para la marcha a nivel nacional, será interesante darle seguimiento a las acciones que proponga el gobierno para proteger el derecho de las mujeres a protestar y salvaguardar su seguridad durante estos eventos. Parece un reclamo lógico al presidente que antes de proponer internacionalmente, empiece a exigir aplicar las leyes en su casa.

El que sí es un buen juez (aunque con mucho trabajo por delante) es el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Miguel Mery Ayup, pues justo el 25 N, se cumple un año de dar inicio a los tribunales de competencia mixta, los Juzgados Especializados en Violencia Familiar, con los cuales, se busca establecer acciones afirmativas que permitan el acceso a las mujeres a una justicia eficaz, rápida y expedita. En este año, llevan alrededor de 2 mil 800 casos judicializados, lo que no es poca cosa y nos da una dimensión del grave problema que es la violencia hacia las mujeres en nuestro estado. Diré que el medio me parece extraordinario, pero también, hay que decirlo, poco abona si no se tienen servidores públicos capacitados en perspectiva de género, que no caigan en viejas costumbres y revictimicen a las mujeres que acuden a ellos. Además, se pretende crear un Padrón de Agresores, siguiendo el modelo del Padrón de Deudores Alimentarios. Sin embargo, sería interesante contar con un estudio que nos aporte datos precisos sobre el impacto que ha tenido este modelo en la impartición de justicia en nuestro estado y cuál es la percepción de las mujeres respecto a su experiencia tras acudir a realizar las denuncias pertinentes.

Otro que siguió el dicho popular fue el rector de nuestra máxima casa de estudios, Salvador Hernández Vélez, quien, ante las denuncias de sus estudiantes, ha puesto en marcha el protocolo de actuación para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia de género al interior de la Universidad Autónoma de Coahuila. Recién el 10 de noviembre, dio a conocer que son cuatro los docentes suspendidos en sus labores por estos actos. Sin embargo, estas acciones no parecen tener el suficiente peso para que la violencia de género sea percibida como algo reprobable y deje de practicarse al interior de las aulas. Falta mucha educación en temas de violencia de género, micro machismos y misoginia. Integrar una materia obligatoria desde preparatoria abonaría mucho a la solución, pues solo educándonos es que podremos cortar este cáncer de raíz.

En conclusión, ya existen los medios, pero apenas comienza la lucha desde las instituciones por abonar a la solución. Es necesaria una mayor participación de su parte y la retroalimentación constante entre servidores y beneficiarios para encontrar esos puntos de quiebre en los que aún, no se logra brindar la suficiente confianza en las instituciones. Este 25 N,Día Naranja,  escuchen los reclamos, tomen nota y consciencia y recuerden, “el buen juez, por su casa empieza”.