ESPECTADOR

El Santo Oficio

El periodismo cultural en el mundo ha revolucionado la vida del hombre a lo largo de su historia en todos los aspectos. No cabe duda que a estas alturas del quehacer intelectual por alcanzar una meta propia, quienes se han propuesto decir algo a la sociedad y al mundo, corren el riesgo de caer en el lado tolerable o intolerable. Sin embargo, todo es admisible mientras las locuras por la escritura, la imaginación y el sin fin de relaciones tengan sustentabilidad y coadyuven a las buenas relaciones como al entretenimiento individual y colectivo.

Le lectura de “El Santo Oficio: Periodismo, literatura y cultura popular” de José Luis Martínez S., libro prologado por don Fernando Solana Olivares y editado por la colección Periodismo Cultural de Conaculta, nos ofrece a fondo un florilegio del parnaso cultural universal como de los protagonistas, a la manera de un abanico, que han generado en todos los aspectos sus propios mundos en la poesía, teatro, novela, cine, entretenimiento, creatividad

insólita, relaciones personales, periodismo cultural, voces que se recuerdan y que no han quedado en el olvido del todo por su aportación a la cultura popular y por el rescate de imágenes y rostros que cada uno de los lectores de este magnífico libro quisiera regresar en el tiempo y la memoria.

Dividido en diversas y amenas secciones, El Santo Oficio, producto del 2013 hasta la fecha, se ha convertido en un parte aguas al que habrá que recurrir cuando se sienta uno inseguro de cada historia y presencia, o bien recurra por el simple hecho del placer como lector.

Los nombres de Renato Leduc, Pepe Alvarado, Juan Rejano, Fernando Benitez, Francisco Martínez de la Vega, Huberto Batis, Carlos Landeros, Humberto Musacchio, Marco Aurelio Carballo, Agustín Granados, Manuel Aceves, Leopoldo Meraz, Antonio Andere, Héctor de Mauleón, Braulio Peralta, Alegría Matínez, José Luis Espinosa, Pérez Reverte, Art Buchwald de la sección de nombre Tinta, el autor o emanuense, compilador de las generaciones del 19 y 20, llamado también con el seudónimo de El Monje, José Luis Martínez, da un repaso glorioso de torero estrella a todo ese vejestorio de periodistas del siglo XX que hicieron historia aportando sus cuitas y alegrías que desde su niñez gestaron y dieron de qué hablar como hombres, en su mayor parte, sobre géneros literarios que a lo largo de sus vidas padecieron e imaginaron.

En la segunda sección denominada La Imagen, los nombres de Ricardo Salazar, Héctor García, el Chino Pérez Escamilla y sin faltar Pedro Valtierra, se pone de manifiesto la fotografía de grandes exponentes cuyas historias fascinantes y dramáticas dejan muchas cosas a la imaginación de quienes anhelan realizarse o hacer carrera como fotógrafos de verdad, siendo realistas e imaginativos pero nunca cuantitativos monetariamente. Sobresale Pedro Valtierra que a su edad no deja de sorprendernos al darles oportunidad a jóvenes y adultos a que se reinventen y sientan en el corazón de los ojos las imágenes y el color con su revista Cuartoscuro.

Una tercera sección llamada Entre libros y autores, narradores y poetas, José Luis Martínez hace una exquisita y amplísima selección de los mejores escritores que el siglo XX gestó y dejaron huella memorable con sus producciones literarias de magna calidad. Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Tito Monterroso, Max Aub, José Emilio Pacheco, Pablo Neruda, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Nicanor Parra, Mario Benedetti, Juan Gelman, Susan Sontag, entre otras listas más de granados autores.

Secciones donde la comicidad, el humor, la historia, la música, el arte, la risa, los albures, las cuatro mujeres de gran calibre Corín Tellado, Linda Lovelace, Sara Montiel y Emilia Guiú, y no se diga del cine con los nombres de Billy Wilder, Woody Allen, Marilyn Monroe, Bergman y Antonioni, Rafael Azcona y el gran seductor del cine francés Roger Vadim, secciones que conforman y describen el divino quehacer de lo que el amanuense José Luis Martínez considera lo más representativo y universal del periodismo, literatura y cultura popular.

Un libro en cuyas páginas se recrea la legendaria columna del Santo Oficio… “bitácora de sorpresas –dice don Fernando Solana Olivares—y admiraciones de reconocimientos y semblanzas, de declaraciones y testimonios para escudriñar un campo semántico múltiple, universal de un horizonte intelectual vinculatorio y reflejante”.

Un libro que es un referente esencial de lo que debe saber un reportero cultural completo, José Luis Martínez, que con su trabajo y su visión en materia cultural alimenta el pasado, presente y futuro para quienes aman en lo material y en lo divino las memorias de escritores que se rindieron a la palabra y dejaron una huella imborrable, una herencia histórica del porvenir. Bendito Santo Oficio, sigue escribiendo para que el mundo sea mejor y más hermoso.