En antiguo camión ha recorrido el Continente Americano

El argentino Damián Stoppani ha visitado 17 países en seis años y ahora se encuentra en Saltillo

Hace seis años, luego de concluir sus estudios en luthería (conocimiento y técnica de hacer y reparar instrumentos musicales de cuerda como violín, viola y violonchelo) el argentino Damián Stoppani decidió montar su taller dentro de un camión Mercedes Benz 1970, para viajar y conocer lugares mientras ejercía su oficio.

Sin imaginarlo o planearlo siquiera, su decisión lo llevó a conocer 17 países del Continente Americano a lo largo de estos años entre los que se encuentran Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Canadá, Estados Unidos y México.

«Siempre me gustó viajar y no quería dejar de ejercer mi oficio que es lo que sé hacer para ganarme la vida y es lo que me gusta hacer. Para no dejar de ejercer mi oficio lo que se me ocurrió fue montar mi taller en un camión para poder viajar con el camión y con mi oficio», compartió con EL HERALDO.

«Salí de mi casa sin un centavo y lo fui haciendo trabajando durante el camino, así llegué hasta donde quise llegar. Hoy sé que puedo hacer lo que quiera hacer y lo mismo puede hacer cualquier persona que tenga voluntad y constancia. No fue una idea llegar a determinado lugar, sino que empecé viajando por Argentina y después una cosa fue llevando a la otra y fui recorriendo diferentes países de América hasta llegar a Alaska», profundizó.

OFICIO ARTESANAL

Pero su travesía no es lo único interesante de este viajero luthier (persona que construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda), ya que en sus palabras la propia luthería se originó hace 500 años en Italia y la forma de realizarse sigue siendo la misma desde entonces.

«Es un oficio que viene desde hace 500 años o un poco más y se hace como se hacía hace 500 años, no se ha variado demasiado en cuanto a lo que es el método de construcción», dijo.

«No se sabe con exactitud (su origen) pero se disputa entre Cremona y Brescia (ciudades de Italia). Cremona fue siempre el centro de la luthería y en Brescia también hace 500 años había constructores muy importantes y renombrados y entre esas ciudades nació la construcción de este estilo de instrumentos», ahondó.

 

SALTILLO: SU CASA TEMPORAL 

Stopanni recibió en 2018 la invitación de conocer Saltillo. Tanto le gustó el primer encuentro con su gente y su calidez que regresó una vez más a la capital coahuilense en 2020 hasta decidir, en este 2021, quedarse indefinidamente mientras su camión es reparado, ya que presentó algunas fallas mecánicas tras tantos kilómetros recorridos.

«La primera vez fue casual. Estaba en Zacatecas e iba directamente a la frontera con Estados Unidos a seguir mi recorrido y me escribe un violonchelista de la Orquesta Filarmónica del Desierto, Miguel Arturo Villarreal, con el cual estaba en contacto en redes sociales y me preguntó si iba pasar por Saltillo. Le dije que suponía que sí pero por las afueras y me invitó a ir a su casa. Vi que me quedaban días dentro la estadía en México y llegué para pasar dos días, esos dos días se convirtieron en un mes y medio de estar en su casa y hacerme muy amigo de él», recordó.

«Después fui a Alaska, retorné a Estados Unidos y en todo ese trayecto el camión necesitaba una restauración grande que no le pude ir haciendo. La segunda vez tenía que hacer el mantenimiento y decidí hacerlo en Saltillo por la buena relación con esta gente. Acá me agarró la pandemia de la Covid, estuve hasta septiembre del 2020 que pude viajar a Argentina, dejé el camión acá y retorné hace un mes y es la tercera vez que estoy acá», señaló.

Fueron los propietarios de la Pulcata del Marqués de Aguayo en Saltillo quienes le permitieron quedarse con su «vivienda móvil» en el estacionamiento interior de su sede ubicada en General Cepeda 234, Centro Histórico.

«¿Cuánto tiempo me quedo? No sé, probablemente no menos de tres meses para hacer el mantenimiento del camión. Probablemente me quede más tiempo, no sé cuánto», expresó.

 

SU MANERA DE VIVIR 

Entre la curiosidad y el gusto por la música, Damián encontró su pasión en la luthería que, al igual que su perro y amigo inseparable «Baco», lo acompaña fielmente en su andar.
«Es un oficio que aprendí en Tucumán, Argentina, donde existe una escuela que depende de la Universidad Nacional de Tucumán y que es pública y gratuita. Ahí se enseña el oficio de construir y reparar este tipo de instrumentos. Yo empecé a dedicarme de lleno a esto a los 18 años, tocaba la guitarra clásica y la idea mía era hacer un curso para hacer mi propia guitarra», indicó.

Gracias a que aún existen ejecutantes de los instrumentos que fabrica o arregla y aunado a su estilo de vida modesto ha podido subsistir de la luthería, al grado de que más músicos de la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC), con sede en Saltillo, le han solicitado sus servicios.

«Yo trabajo para cualquier músico que me venga a dejar un instrumento de este estilo. Lo que ocurre con estos instrumentos es que necesitan mantenimiento constante, no hace falta que se rompan para tener que arreglarlos sino que necesitan mantenimiento», platicó.

«No hay mucha gente que se dedique a esto, particularmente aquí (en Saltillo) no hay nadie que construya instrumentos y se dedique profesionalmente a la restauración, entonces llego con mi camión y tengo mucho trabajo. Vivo bien pero también la verdad es que vivo con poco, no tengo más de lo que hay adentro de mi camión», externó.

LIBRO DE CRÓNICAS 

Viaje tras viaje, el hombre de 37 años acumuló en papel 220 crónicas que decidió publicar en un libro titulado «Luthería sobre Ruedas», mismo que puede adquirirse por $350.00 pesos en la Pulcata del Marqués o enviando un mensaje al Instagram «Luthería Sobre Ruedas» y cuenta de Facebook «Damián Stoppani».

«Son crónicas cortas que transcurren en estos seis años en 17 países diferentes que van un poco narrando mi actividad durante este viaje. Algunas tienen que ver con la luthería, otras tienen que ver con la vida del perro. Imprimí solamente 200 libros de forma independiente, entonces el dinero de las impresiones salió de mi bolsillo y espero recuperarlo vendiendo libros», finalizó. (OMAR SOTO / EL HERALDO)