Antiguo retrato “cobra vida” en el Archivo Municipal

Aseguran funcionarios del recinto que la fotografía de un comerciante cambia sola de lugar, y da la impresión de que el hombre sigue con la vista fija a los visitantes 

Con la mirada fija a quien observe el retrato, siguiéndolo hasta que se pierde de vista, así es como Don Cayetano, una fotografía de un personaje que vivió hace más de 120 años, recibe a quien acude al Archivo Municipal de Saltillo donde su imagen de cuerpo completo pende de un monumental cuadro que -a decir de los encargados de la fototeca- “se ha movido solo” misteriosamente de donde era acomodado.

A decir de María Isabel Hernández Guerra, quien es la coordinadora de esta oficina, a “Don Caye”, no le gustaron los nichos donde lo colgaban y amanecía sobre sillones, el suelo u otro lugar diferente a donde había sido puesto la noche anterior.

“Irónicamente Don Cayetano no quería ser colgado de ninguna pared, pues lo que se sabe es que se suicidó colgándose de una soga”, contó la funcionaria.

No hay muchos datos del origen y vida de este saltillense, sólo que era un prominente comerciante que murió en 1906 y ahora descansan sus restos en el Panteón Santiago muy cerca de la Rotonda de los Coahuilenses Distinguidos.

Don Cayetano ahora es parte de unas de las historias tenebrosas que todo visitante al Archivo Municipal puede escuchar y ver con sus propios ojos.

El retrato del comerciante pende en una pared, asegurada de grandes clavos y taquetes para que ya no pueda moverse como ocurrió en varias ocasiones.

“Este comerciante de Saltillo se llamaba Cayetano Sosa y hace 16 años que su fotografía llegó a la colección por lo que decidimos colgarlo en una pared, pero al terminar el día apareció recargado en un sillón lejos de donde lo habíamos dejado, por lo que no pudo rebotar y simplemente caer ahí”, narró la encargada del lugar.

Dijo que este intento se realizó en varias ocasiones y pasaba lo mismo, simplemente Don Cayetano no quería estar colgado.

“Lo tuvimos que poner con una cadena y clavos, este señor se suicidó y no quiere estar colgado y ahora es él quien cuida la fototeca”, señaló la trabajadora.

María Isabel con más de 25 años de trabajar en el Archivo Municipal, dijo que ella ya se acostumbró y hasta hizo amistad con el retrato con quien habla todos los días y se ha convertido en el guardián de la fototeca.

Finalmente contó que incluso el edificio que alberga este archivo y que tiene más de 101 años ha causado temor en los vigilantes nocturnos pues algunos policías asignados no quieren ni entrar al inmueble al presuntamente escucharse ruidos extraños en su interior tan pronto cae la noche. (DAVID GONZÁLEZ | INFONOR)