CÁPSULAS SARAPERAS  

En esta ocasión te platico de una historia de policías y ladrones que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo.

Era el año de 1978, un grupo de delincuentes había asaltado no uno sino dos bancos, primero el Banco del Atlántico que se encontraba ubicado en el Blvd. Venustiano Carranza a un costado de la rectoría de la UAdeC. El segundo banco atracado fue una sucursal de Banamex que se encontraba frente donde estaba el reloj de la Ford, es decir en el cruce del V. Carranza y Canadá en la Villa Olímpica.

Estos asaltabancos eran integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre. En aquellos años, la policía judicial del estado tenía un grupo especial que se encargaba de la seguridad de los bancos e incluso del traslado de los valores.

Durante el segundo atraco, los guerrilleros golpearon salvajemente al guardia bancario, siendo este integrante de la policía judicial del estado. Motivo por el cual todas las divisiones de dicha corporación se unieron en la búsqueda de los delincuentes. En un principio, las investigaciones no daban pista alguna, de hecho, se creía que habían partido rumbo a Guadalajara, sin embargo, pasadas unas semanas, un grupo de personas que se habían pasado de copas, recorrían el Blvd. V. Carranza por la noche, haciendo disparos al alumbrado público de dicha vialidad.

En el recorrido, un periodista se da cuenta de lo que hacían estas personas, por lo que decide seguirlos. La persecución a distancia inicia en V. Carranza, continua por Allende hasta llegar a Pérez Treviño, para volver a bajar por Xicoténcatl llegando a una privada, en la cual al fondo tenían su casa de seguridad. El periodista hace un llamado a la policía judicial, siendo el comandante de turno Juan Guevara, quien instruye a los oficiales Chuy Cortés y el Chino para que se dirijan a verificar los hechos.

Los policías llegaron a la privada, descienden de la patrulla y se acercan, con cierta distancia entre ambos, para tocar la puerta de la casa del fondo, abre la puerta una pareja, Cortés les pregunta que si sabían de los balazos al alumbrado, público a lo que el hombre le dice con cinismo: “si yo fui”, momento en el cual el guardián del órden le pide su arma y que lo acompañé a la delegación. El hombre le dice, “claro sólo déjeme despedirme de mi familia”, se asoma el policía, quien vio que el presunto delincuente cargaba un bebé cubierto con una cobija, por lo que decidió no sacar su arma, sin embargo, lo que cargaba no era un bebe sino una escopeta calibre 12, disparándole a Chuy Cortés quien falleció al momento. Su compañero, el Chino, estaba a la distancia, por lo que él si logro sacar su arma y repeler el ataque, este segundo policía utiliza además su fúsil M1, acercándose a la patrulla y logra pedir refuerzos. A los pocos minutos llegaron más policías. El Chino se encontraba en el lugar pero ya herido. Cuando el Comandante Guevara se percata de la herida, decide de manera valiente y mostrando lo que es el compañerismo ir por su compañero. La refriega duró mucho tiempo, el saldo fue un policía caído y dos heridos, y del lado de los guerrilleros sólo logró sobrevivir uno de nombre Miguel Soto Muñoz, quien fue trasladado al Hospital Universitario en una ambulancia de la Cruz Roja pues presentaba varios impactos de bala.

A los pocos días después de hacer su declaración ante el Ministerio Público, el Lic. Roberto Barragán, falleció de manera sorpresiva. La muerte sorpresiva del guerrillero ocasionó preocupación por parte de los agentes policiacos, quienes no se retiraron del lugar hasta que le practicaron la autopsia en presencial del comandante, con el único fin de asegurarse de las causas de su muerte.

Así es estimada y estimado Saltillense, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo también han acontecido historias de policías y ladrones dignas para ser llevadas a pantalla grande.