Agustín Arturo Cárdenas Morales: el organillero nómada 

El joven recorre México con su nostálgico instrumento

De acuerdo con la Unión de Organilleros de México en el país existen tan sólo alrededor de 300 personas que saben manejar el organillo, instrumento que llegó a territorio nacional en el siglo 19, principalmente a Ciudad de México, proveniente de Alemania. Agustín Arturo Cárdenas Morales es uno de ellos y con la esperanza de que más gente conozca su sonido en peligro de extinción viaja año tras año a estados y ciudades de la República Mexicana para presentarlo a sus habitantes.

«Yo soy de la Ciudad de México. Uno a este trabajo entra por necesidad y se queda por gusto. Mi mamá tenía cáncer y no había trabajo, estaba muy escaso el trabajo y no encontraba hasta que me invitaron a trabajar en esto y desde entonces trabajo en el organillo», compartió con EL HERALDO.

Durante sus 10 años como ejecutante del organillo, en compañía de sus ayudantes, el joven de 29 años ha conocido entidades como Guanajuato, Aguascalientes, San Luis, Nuevo León, Veracruz, Guadalajara, Chiapas y Oaxaca.

«Muchos compañeros se dedican a esto y se establecen en un solo lugar, llevan años en un solo lugar como en Ciudad de México. Yo subo desde Ciudad de México de pueblo en pueblo hasta llegar hasta acá, ahorita llevo como dos meses viajando», platicó.

 

POR COAHUILA 

En su andar por Coahuila, Agustín ha visitado los municipios de Torreón, Piedras Negras y Saltillo, siendo la capital coahuilense la que más visita al considerar que su gente aún muestra asombro por su oficio y de paso lo reconoce con una moneda o billete.

«A Saltillo llevo tres años viniendo, no me ven tan constante porque estoy un solo día con el afán de que la gente no se fastidie del aparato y que me reciba con aprecio cuando vengo. Aquí es novedoso porque no cualquiera sube (de Ciudad de México) hasta acá arriba», indicó.

 

SOFISTICADO SONIDO

Integrados por una caja y bajos de madera, silbatos de bambú, manivela y puntillas de bronce que gracias a la precisión de su operador pueden interpretar hasta ocho melodías, según el entrevistado en México hay aproximadamente 90 organillos funcionales, por lo que su práctica es cada vez menos común.

«Se le da vuelta a la manivela con sincronía en la canción. Tienes que tomarle ritmo desde el oído porque si me paso de velocidad desprende las puntillas y si le doy muy lento se desafinan los silbatos. Se termina la canción y se hace el cambio a la siguiente, si hago el cambio cuando todavía no termina una canción se doblan las puntillas y se empieza a escuchar mal y tiene que venir una persona de Alemania a repararlos», comentó.

«Al año se le da un mantenimiento y dependiendo del daño es lo que se le tiene que hacer y lo que se cobra, hay reparaciones de hasta 150 mil pesos. Este aparato viene desde el Porfiriato, Porfirio Díaz lo trajo a México con el afán de amenizar sus reuniones y fue creado en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial», profundizó.

 

UNIFORME CON HISTORIA  

Por último, aseguró que no solo el organillo tiene su historia, a excepción del sombrero que usa para protegerse del sol, el uniforme tradicional del organillero también, es por eso que Cárdenas Morales no comienza su jornada de trabajo hasta portarlo.

«Eran como 200 aparatos, Francisco Villa (militar mexicano que destacó como una de las principales figuras de la Revolución Mexicana) se los quita a Díaz y se los da a sus soldados, es por eso que estamos vestidos como los soldados de Villa para honrar al general», finalizó. (OMAR SOTO / EL HERALDO)