¿POR QUÉ ES TAN POPULAR EL JUEGO DEL CALAMAR?

 

Seguramente usted ya ha escuchado del Juego del Calamar, la nueva serie de Netflix de la llamada Ola Coreana, o Hallyu, que describe la exportación de la cultura de Corea del Sur a los países asiáticos y ahora a Occidente. ¿Pero más allá de la expansión cultural, por qué se volvió tan popular esta serie?

Primero, porque el tema de la trama empata con la realidad. Para darles un dato: a raíz de la pandemia, las deudas personales en Corea del Sur se han disparado al doble del Producto Interno Bruto. Y no sólo en este país sino en el resto del mundo.

Sin afán de espoilear, la serie se trata de un grupo de gente que es reclutada para participar en un juego. Entre los 456 participantes hay de todo: carteristas, mafiosos, un chofer, un ejecutivo financiero, un doctor, un anciano enfermo, una desertora de Corea del Norte, y hasta un migrante pakistaní. Todos tienen en común algo: estar extremadamente endeudados y desesperados como para ser parte de juegos infantiles en los que, si pierden y son eliminados, pagan con su vida. Ergo, la serie presenta problemas en los que la parte de la sociedad actual puede verse reflejada.

Segundo, la trama horizontaliza a los personajes. Al tratarse de juegos infantiles, no importan los títulos académicos, puestos o trabajos que desempeñaban en su vida cotidiana. En un juego infantil todos tienen las mismas posibilidades de ganar, lo cual hace atractiva la narrativa para la audiencia.

Tercero, la serie aborda temas crudos que se ven a diario en las relaciones familiares, interpersonales, laborales y de amistad. La ley del más fuerte, la formulación de alianzas por un interés común, la discriminación con base en capacidades, el trabajo en equipo, la traición y el desechar personas cuando ya no son necesarias.

Y por último el fenómeno Big Brother. La serie que tiene una sensación de reality show en el que el espectador se cuestiona, al igual que los personajes, si participar en esos juegos y exponer su vida por 45 mil millones de wones coreanos, que son unos 38 millones de dólares, vale la pena, o si están mejor afrontando la realidad del endeudamiento extremo con todas las consecuencias que ello implica en cuestiones de familia, salud, necesidades básicas, e inclusive integridad física. No se sabe qué infierno es peor.

Violenta, cruda, estresante y dramática, la serie del Juego del Calamar es un reflejo metafórico de la vida y sus abismos, así como lo plasmó Dante Alighieri en la Divina Comedia hace 700 años, pero que hoy cobra más vigencia que nunca. Ahí el éxito de Netflix y los surcoreanos.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael