A LA BÁSCULA  

Herencias

 Cuando Armando del Castillo Franco era el gobernador de Durango (1980-86), entró en una ‘puja’ con Coahuila para atraer a su estado la instalación de una planta termoeléctrica de la CFE. Del lado coahuilense, el proyecto era que se construyera en la parte oriente de Torreón, la cual funcionaría con aguas negras tratadas, aprovechando el ligero declive del poniente hacia el oriente, por lo que el líquido llegaría por gravedad.

Considerándolo como un triunfo político, Del Castillo Franco logró que la ahora Planta Termoeléctrica Guadalupe Victoria, se instalara en terrenos de Villa Juárez, la cual quedó asentada justo en la burbuja de agua más pura de la Comarca Lagunera. Entonces como ahora, se juró y perjuró que no habría daños al medioambiente, pese a que prometieron tantas cosas como parte de las ‘bondades’ de la obra.

Con el paso de los años, las ‘bondades’ nunca aparecieron, y sí en cambio se desecó una gran área, entre ellos el propio Villa Juárez y el Parque Nacional Raymundo, donde árboles milenarios terminaron por morirse ante la falta de humedad en un sector que era un auténtico Vergel.

Esa fue la obra máxima del sexenio de Del Castillo Franco para la zona y gente de La Laguna. Fue su herencia para los laguneros de Durango.

Más recientemente, en la pasada administración, Jorge Herrera Caldera, el que siempre se desgañitó diciendo que él era Gobernador gracias a La Laguna –porque perdió la elección en su terreno, en la capital del estado, y logró el triunfo gracias a los votos de los laguneros- y que por lo tanto vendrían los mejores años para La Laguna.

No se volvió a acordar del tema hasta que rindió su tercer informe en Gómez Palacio, es decir, a la mitad de su mandato, y dijo que ‘ahora sí’ vendrían los mejores tres años para La Laguna.

Su máxima obra en esta región, fue la construcción de un Cereso Federal instalado en Gómez Palacio que es conocido como el ‘Santuario de los secuestradores’, porque a éste fueron trasladados los más peligrosos secuestradores de todo el país. Entre sus distinguidos huéspedes está Daniel Arizmendi ‘El mocha orejas’, los Caletri y muchos otros más de la misma calaña.

Esa fue la herencia que dejó para La Laguna de Durango, quien fuera considerado en su momento como el gobernador priista más panista del país, y quien ahora se esconde detrás de las siglas de Morena, en las penumbras, como siempre se ha manejado.

Ahora, impulsado y promovido desde el Gobierno Federal, se nos impondrá el proyecto Agua Saludable para La Laguna el cual se puso en duda, luego de que la Asociación Prodefensa del Nazas interpuso –y ganó- un amparo porque parte de las obras están proyectadas dentro del área natural protegida del Cañón de Fernández.

El desistimiento del amparo, puesto como condición por el Presidente para mantener en la región la inversión cercana a los 12 mil millones de pesos, se dio gracias a las negociaciones que los ambientalistas sostuvieron directamente con el titular de la Coangua, Germán Martínez Santoyo, al llegar a acuerdos en los que el Gobierno se compromete no sólo a provocar el menor daño en la zona donde quedará la infraestructura de Agua Saludable, sino a aplicar las medidas de remediación suficientes para evitar un crimen ecológico en el área del único tramo vivo del río Nazas.

Como lagunero, uno espera que, con el paso del tiempo, esto no termine por convertirse en una tragedia y en algo de lo que nos tengamos qué arrepentir quienes aquí vivimos. Esta es una nueva herencia que en el papel y como proyecto, nos dice que garantizará agua libre de arsénico en cantidad y calidad suficiente para el consumo humano de los habitantes de los principales municipios de la Comarca Lagunera, por los próximos 25 años, después de los cuales nadie sabe qué pasará.

No que quiera ser pesimista ni ave de mal agüero, pero dicen que la burra no era arisca, y yo recuerdo otros proyectos presidenciales que preguntaría si alguien sabe o recuerda algo de ellos o si sabe en qué condiciones se encuentran.

Se acuerda usted de cuando se creó la Comisión de Conurbación para La Laguna, que pretendía realizar la elaboración del Plan de Ordenación de la Zona Conurbada de La Laguna, porque se pretendía potenciar a la región dándole el trato –sin serlo formalmente- como si fuera un estado más del país. O del salinista Plan Nueva Laguna. O un poquito más atrás de aquél Centro Caprino de Tlahualilo donde se pretendía la mejora genética de las mejores especies y de aquí saldrían a todo el mundo.

Esas son las herencias que distintos gobiernos han dejado a La Laguna. Ojalá por el bien de nuestra región, Agua saludable no se sume a esta lista negra de herencias malditas.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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