DE BUENA FUENTE

Espinoso tema

El director general de la CFE, Manuel Bartlett denunció que en tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari, la generación de energía eléctrica, se privatizó mañosa y disimuladamente en perjuicio del país.

El titular de la paraestatal afirmó que Salinas otorgó contratos y concesiones para la generación de energía a la iniciativa privada, inicialmente a una empresa cementera de Monterrey, con el argumento de que era para autoconsumo.

De manera posterior, las concesiones privadas se ampliaron y las empresas comenzaron a vender sus supuestos excedentes a otras compañías, hasta que controlaron más del 50 por ciento de la producción.

Bartlett Díaz aclaró que la luz es un bien nacional, y se debe distribuir y regular por el gobierno federal, para evitar el robo de particulares a la Nación, como hasta ahora ocurre.

“La Reforma Eléctrica solo pretende regresar al gobierno de México, lo que le por derecho corresponde”, dijo el funcionario federal.

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En la Parroquia

De buen talante y en una mesa de amigos en el restaurante La Parroquia de Sabinas, fue visto este viernes, el ex gobernador de Coahuila, Rogelio Montemayor Seguy.

El ex mandatario estatal se mantiene al pendiente de lo que ocurre con la Reforma Eléctrica, y no parece agradarle mucho la iniciativa propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Montemayor Seguy fue uno de los principales colaboradores de Carlos Salinas de Gortari, durante la administración federal del político neolonés, y sabe de lo que habla.

La Reforma polariza a la clase política comarcana.

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Inmunidad rigorista

El aún líder del PRI estatal, Rigo Fuentes intenta inútilmente negociar con el actual secretario del Bienestar Social, Francisco Saracho, el cambio de estafeta en el organismo tricolor.

El diputado federal plurinominal le pidió a Saracho mantener en la estructura priista, a varios de sus aviadores, ejem, ejem, colaboradores, pero Pancho se niega a cumplir esta solicitud.

Y es que hasta el momento, Francisco Saracho es el más perfilado para suplir a Rigo en el liderazgo estatal, y desde hace varios años,  se odian desinteresadamente.

Rigo aceptó abandonar la dirigencia, pero pide patente de corso, para sus allegados y protegidos, que son muchos y casi todos, inútiles y prepotentes.

 

Autor

Ulises Salas
Columnista
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