Exhortan reabrir la Casa de la Cultura de Torreón

La Sexagésima Segunda  Legislatura del Congreso del Estado, aprobó por unanimidad un punto de acuerdo para  hacer un exhorto al Ayuntamiento del municipio de Torreón, para que reactive la Casa de la Cultura de Torreón, cerrada hace 20 años, en el 2001, con objeto de ofrecer a los jóvenes más alternativas culturales.

La Diputada Laura Francisca Aguilar Tabares, quien propuso el punto de acuerdo, afirmó que a pesar de que en Torreón se han inaugurado diversos espacios culturales, como el “Centro Cultural y Deportivo La Jabonera”, el Instituto de Música, la Escuela de Danza, así como otros lugares artísticos dentro del Bosque Venustiano Carranza y del Bosque Urbano, estos ya  resultan insuficientes.

La Legisladora manifestó que Torreón  tenía una Casa de la Cultura, la cual fue inaugurada en 1973, inicialmente ubicada en una casona de la avenida Morelos y posteriormente en lo que hoy es el boulevard Constitución. Previo a su cierre en 2001, la Casa de la Cultura atendía a 350 alumnos  a quienes impartían diversas disciplinas artísticas.

Subrayó que Torreón está lleno de arte y cultura. “Sus hermosas calles rebozan de arquitectura como poca, música en cada esquina y para todo gusto, pinturas callejeras, grupos de teatro, bailarines, escritores y todo aquello que nos provoca paz en el alma”.

Consideró que el arte debe ser parte fundamental de cada comunidad, no sólo como una opción, sino como la esencia de su identidad.

Aguilar Tabares  manifestó: “ llama la atención que, por un lado se sabe que el arte está impregnado en toda la ciudad, pero por otro, resulta inconcebible que ya no se cuente con una Casa de la Cultura”.

Señaló que las casas de la cultura  conjugan las diferentes disciplinas artísticas, el teatro, la música, la pintura, la escultura, el baile y el canto, entre otras, y son  lugares a donde las personas acuden a  desarrollar su gusto por el arte. Su papel es clave en el refuerzo del patrimonio histórico y cultural, así como de la memoria de las comunidades. Sin ellas, la ciudadanía corre el riesgo de desapego con el desarrollo que su lugar de residencia ha tenido a lo largo de los años. (EL HERALDO)