COMO DECÍA MI ABUELA

POR LEONOR RANGEL

Cuando el río suena… 

En más de una ocasión escuché este dicho en mi familia. No sólo lo decía mi abuela, hasta los nietos lo utilizábamos. Cuando escuchaba un rumor en la iglesia, en la plática por la tarde con “Doña Tencha” o hasta cuando mi abuelo le informaba de algún chisme relacionado con su trabajo en el “Hotel Jardín”, mi abuela daba su opinión y le advertía:

-Viejo, mucho cuidado “Cuando el río suena, es porque agua lleva”

Este lunes, Diana Infante-Vargas presentó en la Feria del Libro “Acosadores a Bordo: Un estudio sobre la violencia de género en el transporte de Saltillo”. Las que estábamos ahí, en su mayoría mujeres, asentíamos una y otra vez con la cabeza mientras las expositoras: Diana, Paola, Saray y María nos hablaban acerca de la experiencia que se vive diariamente en el transporte urbano. Primero me dio vergüenza no recordar el caso de Diana, a pesar de que ella comentaba que fue un caso muy mediático, así que en cuanto llegué a casa, busqué en internet y entendí perfectamente por qué no lo recordaba. No es el único, tristemente, está muy lejos de serlo. Mientras avanzaba en la búsqueda fui reconociendo algunas historias de hostigamiento, acoso y abuso a bordo del transporte, pero también vi casos nuevos.

Si a alguien esto le hace sentir mejor (a mí no) esta situación no es exclusiva de Saltillo. Encontré relatos de Puebla, Monterrey, Torreón, CDMX por mencionar algunas ciudades, porque el problema no es sólo del transporte urbano, es la violencia de género que sigue reproduciendo una y otra vez los mismos patrones de dominio machista, de apropiación del espacio público y de nuestros cuerpos cuando estamos en él.

Diana relata que, al acudir a la autoridad, en su momento se le dijo que no se podía hacer nada, al día de hoy, el actual director del IMT Héctor Gutiérrez Cabello, declaró que a partir de 2019 se dio de baja a 5 choferes y a 4 se les retiró la licencia de por vida… entonces sí se podía hacer algo.

Para las que vivimos alguna (o muchas) experiencias de acoso en nuestro andar por la ciudad, estas acciones distan mucho de configurarse como una solución real, aunque algo es mejor que nada.

También, hay que decirlo, esto es un problema que atañe a muchas más autoridades que solo al IMT, al final del día, se tendría que capacitar a todos los funcionarios públicos que se encuentran trabajando en el Centro de Justicia y Empoderamiento para la Mujer, Ministerio Público, Secretaría de Seguridad Pública, Juzgados etc., para que tengan y ejerzan de manera efectiva perspectiva de género y equidad a la hora de tratar las denuncias. Y ya que hablamos de denuncias, ¿Qué tal si pudieran agilizar el trámite para realizar las mismas? ¿Y si se pudiera levantar un reporte a través de la aplicación Mujer Segura que lanzó desde el 27 de agosto durante la Tercera Asamblea Ordinaria de la CONATRIB el poder judicial?

Hablando de la aplicación, nunca la encontré para su descarga. En la página del Poder Judicial de Coahuila se encuentra anunciada Mujer Segura APP  –“¡Hola, Bienvenida! Para cuidar de ti descarga la App. Si perdiste tu teléfono o cambiaste de número repórtalo o consulta la GUÍA.”- reza el texto donde se promociona la aplicación, sin incluir un enlace para descargarla. Tampoco pude consultar la guía que ahí se menciona, puesto que ninguno de los botones despliega su menú. Ojalá que puedan resolver a la brevedad sus problemas de interfaz.

Ninguna administración pública es perfecta puesto que los problemas sociales requieren de análisis constante para proponer más y mejores soluciones a los mismos. Pero una administración que no escucha los problemas de la ciudadanía difícilmente podrá resolverlos.

“Cuando el río suena, es porque agua lleva” y el río del acoso callejero, la violencia hacia las mujeres, la impunidad con que cuentan los abusadores y la consideración de las mujeres como ciudadanas de segunda categoría, trae un caudal tan copioso que ya no solo suena, ruge… Imposible no oírlo, a menos que se ignore a propósito.