CÁPSULAS SARAPERAS

La batalla del Rancho “Las Varas”

En esta ocasión te platico de una batalla que sucedió en esta hermosa ciudad de Saltillo, entre el 22 y 23 de junio del lejano año de 1855. Por un lado, los fusiles, los cañones y las balas pertenecían a las fuerzas que apoyaban a la Revolución de Ayutla. Del otro, los militares que manifestaban su apoyo a la permanencia de un dictador, quien se hacía llamar “Su Alteza Serenísima”, cuyo nombre completo era Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, mejor conocido como Antonio López de Santa Ana, y quien era llamado el “15 uñas”, por haber perdido una pierna en la “Guerra de los Pasteles”, aunque en realidad sólo tenia 14 dedos, pero esa, es otra historia.

Antes de continuar con esta historia, la de la batalla, quiero comentarles estimada y estimado Saltillense, que la revolución de Ayutla fue un movimiento politico y militar que buscaba y logró terminar con la dictadura de López de Santa Ana. Acá en el norte de México, el nuevoleonés Santiago Viudarri logró convertirse en el hombre fuerte, incluso para mayo de 1855 ya era el Gobernador de Nuevo León, teniendo a su mando el ejército del norte que buscaba por todos lados acabar con la dictadura.

En aquellos años la situación era insostenible, nuestro país, que no había ni siquera alcanzado los 35 años de vida, mantenía guerras intenstinas las cuales no cedían; en tan poco tiempo, ya habiamos pasado por una República, por un imperio con Itutbide I y una dictadura con López de Santa Ana.

La batalla tuvo lugar en los predios de lo que era conocido como el Rancho “Las Varas”, para señas actuales, por el rumbo del Paseo de la Reforma, precisamente donde se ubica la colonia que lleva ese mismo nombre “Las Varas”.

Los defensores de la dictadura estaban comandados por un general francés de nacimiento, quien tenía gran experiencia en la milicia, pues había participado en la Guardía Imperial de Napoléon Bonaparte, además de haber fungido como sargento mayor del ejercito nortamericano. Pero para 1816, se incorporó a las fuerza que buscaban la indepencia de México, bajó el mando de Francisco Javier Mina. De hecho, logró colaborar en a consumación de la indepencia al lado de Iturbide, después se incroporó al ejército de Santa Ana, donde tuvo el rango de intendente en la guerra contra Texas. Pero no es todo, además fue el encargado de declararle la guerra a Sam Houston en aquella invasión norteamericana ocurrida entre 1846 y 1847.

Este experimentado militar no contaba con que del lado de los revolucionarios, se encontraba un joven militar, quien tenía poco de haberse alistado en el ejército, nacido en Texas, cuando se escibía con “j” y era parte del estado de Coahuila. Ese jóven soldado contaba con 26 años de edad, pero gracias a su valentía, destreza, arrojo, pericia, desenvoltura y capacidad mostrada en medio de la batalla, se le dio el rango de coronel. Pasaría poco tiempo para que este joven siguiera ascendiendo y llegara a tener el rango de general, me refiero a Ignacio Zaragoza Seguin, sí el mismo que años después escribiría que las armas nacionales se habian bañado de gloria al vencer al ejercito más poderoso en ese momento, el ejercito francés.

Así es estimados Saltillenses, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo, en el mes de junio de 1855, en medio de una batalla, fue ascenido a general el mismísimo “Benemérito de la Patria”, mi General Ignacio Zaragoza Seguín.

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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