Natanael Espinoza Rincón: Responder al llamado de la música

Desde niño, el director de la OFDC encontró su pasión en esta expresión artística

El primer acercamiento a la música de Natanael Espinoza Rincón fue cuando apenas era un niño. Algo en los instrumentos y en sus sonidos capturó su atención de inmediato por lo que no tardó en solicitar a sus padres que lo inscribieran en clases de música en su natal Ensenada, Baja California.

«Tenía una inclinación al arte muy pronunciada y particularmente a la música, era de los niños que le pedía a mis papás que me metieran a clases. El primer instrumento que tuve en mis manos fue el piano, mi mamá estudió piano de manera amateur e incluso enseñaba a niños el nivel más elemental del piano. Después tuve clases de guitarra, luego de clarinete en la primaria», dijo en entrevista para EL HERALDO.

«La música, si lo queremos ver de un sentido muy romántico, a mí me llamó no fue una imposición, fue algo natural. En la secundaria yo ya me veía como músico el resto de mi vida, me veía estudiando profesionalmente música. Ya estaba decidido a ser músico, sabía que me iba a dedicar a la música», ahondó.

Encaminado a lo que sería su más grande pasión, al concluir la preparatoria y teniendo alrededor de 17 años respondió al llamado de la música al decidir buscar formación profesional en este ámbito. Fue así que llegó a la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C) con sede en Saltillo para estudiar y graduarse como violonchelista.

«En un principio, sobre todo mi papá trató de persuadirme de que lo dejara como un hobbie y que me dedicara a otra carrera. Afortunadamente me apoyaron, pero yo ya iba tarde. En Tijuana había una escuela superior de música muy chiquita pero no logré nada, fuimos a San Diego a tratar de buscar una escuela de música, pero era carísima por ser extranjero y en los conservatorios yo ya estaba grande de edad», mencionó.

«Llego a Saltillo a estudiar música porque la familia de mi mamá es de este lado, de Monterrey y Saltillo. Acá una tía muy querida, mi tía Cristy le ofreció a mis papás que me viniera a vivir con ellos porque aquí había una escuela de música que por ser parte de la Universidad no tenía restricción de edad. Presento mi examen de admisión, lo pasé y me quedé. Me convenía estar aquí porque la ciudad no era muy grande, tenía muy buenos maestros y me sentía muy cómodo. Así comencé a caminar profesionalmente en la música», profundizó.

DE MÚSICO A DIRECTOR ORQUESTAL

En su estancia dentro de la capital coahuilense, ya con 28 años, Natanael conoció al venezolano Carlos Mendoza, a quien considera su primer maestro en la dirección orquestal.

«Yo estaba muy enfocado en mi carrera como chelista. Llegó a Saltillo de manera muy afortunada para mí un director de orquesta y catedrático venezolano. A mí llegó el rumor de que aquí estaba una persona muy buena en el tema de la dirección orquestal y platicando con él me empecé a enamorar de esta otra visión de la parte musical», platicó.

«En uno de los concursos de perfeccionamiento académico del Gobierno del Estado, metí un proyecto para estudiar dirección de orquesta en Europa del Este. Tomé el recurso económico que me ofrecía ese programa más otro tanto para poder realizar las master class en Europa, ahí fue que profesionalmente di un paso más grande. Me seguí preparando en Nueva York, en Ciudad de México y en La Habana», recordó.

SINFÓNICA DE SALTILLO: LA SEMILLA DE SU ÉXITO

Convencido de que como director orquestal su visión de la música podía materializarse, cambió el arco para tocar el violonchelo por la batuta para encabezar su primer ensamble: la Orquesta Sinfónica de Saltillo, que nació gracias a fondos económicos otorgados por diferentes instancias para su creación y operatividad.

«Yo ya vislumbraba el proyecto de crear una orquesta. Ha sido un caminar de varios años, gracias a gente muy valiosa que se sumó al proyecto, de la sociedad civil, de las diferentes instancias de gobierno y gente muy apasionada por el arte que veía la necesidad de tener una orquesta profesional en la capital», externó.

Tras el primer concierto de esta Sinfónica que se realizó en el Museo de las Aves de México en 2008 dentro de un festival cultural, la presentación que captaría el interés de más benefactores de la localidad para brindar su apoyo en vías de hacerla crecer se efectuó un año y medio después en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler con la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven.

«Ese fue el concierto que llamó la atención de gente de la sociedad civil. Se forma entonces un patronato que empieza a empujar el proyecto, el segundo año dimos dos conciertos. Íbamos doblando año con año la meta de conciertos».

OFDC: SU MÁS GRANDE LOGRO

Tras el éxito obtenido con esta primera propuesta, el Gobierno de Coahuila por medio de su Secretaría de Cultura decidió adoptar el proyecto musical en 2014, así nació la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC).

«Empezaron las pláticas entre el entonces patronato de la Orquesta Filarmónica de Saltillo, primero fue Sinfónica de Saltillo y después Filarmónica. Así fue como tuvimos nuestro primer acercamiento con la administración estatal y fue entonces que se dio la formalización a las filas del Gobierno del Estado de la Orquesta», comentó.

«El decreto se firma en junio del 2014 y la Orquesta entra en operaciones en enero del 2015. Desde entonces es Filarmónica del Desierto con músicos propios viviendo en Coahuila, dentro de las filas del Gobierno del Estado, adscritos a la Secretaría de Cultura y dando conciertos prácticamente una o dos veces por semana», señaló.

Más de 300 conciertos dentro y fuera de la entidad, 70 músicos en su mayoría mexicanos y de Cuba, Venezuela, España, Rusia y Francia, artistas de talla internacional como Andrea Bocelli, Nadine Sierra y Plácido Domingo que han participado como solistas invitados o que han convocado a la OFDC a sus presentaciones son parte de la historia de esta Orquesta cuya esencia permanece.

«Estoy muy agradecido con mucha gente, no quisiera nombrarlos porque me van a faltar, pero me siento muy agradecido con la sociedad civil por acoger el proyecto como lo hizo desde el día uno, me siento muy agradecido con la Iniciativa Privada y con la gente de la sociedad civil que ha dado de su voluntad y de su tiempo», indicó.

«El Gobierno de Coahuila ha sido el ancla de este proyecto tan hermoso porque lo potencializó a lo que es ahora. Difícilmente, por no decir imposible, hubiera sido imposible tener una orquesta con estas dimensiones. Cuando volteas atrás y ves que muchos coahuilenses se han visto beneficiados culturalmente de este producto es cuando me siento reconfortado, realizado y sumamente agradecido», finalizó. (OMAR SOTO / EL HERALDO)