La delegación Saltillo del Centro de Integración Juvenil (CIJ) informó que si bien en lo que va del año hubo un aumento en el número de casos de ansiedad y depresión atendidos por esa institución – debido al confinamiento y el cierre de escuelas por causa de la pandemia de COVID-19 – también hubo una reducción en la cantidad de atenciones a menores de edad que presentan problemas de adicción a diferentes sustancias.
Al respecto, la directora de este centro, Norma Pérez Reyes, señaló que, si algo positivo trajo la suspensión de actividades de manera presencial debido a la pandemia, fue que muchos jóvenes de 10 a 19 años de edad, considerada la etapa de mayor riesgo de caer en la adicción al alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas, no tuvieron oportunidad de experimentar con éstas últimas.
Mencionó que los especialistas del CIJ han estado disponibles durante esta contingencia sanitaria tanto de manera virtual, como vía telefónica y mediante el sistema de guardias presenciales, para atender cualquier necesidad de los jóvenes en lo que se refiere a la atención tanto de problemáticas de ansiedad o depresión, como a diferentes tipos de adicciones.
“Nosotros lo que observamos en lo que son menores de edad ahora con la pandemia es que disminuyó el número de casos en estas edades. Nosotros al observar el análisis vimos que esto tenía que ver con que los adolescentes y jóvenes estaban más apegados en casa o bien los padres al estar resguardada toda la familia tienen más tiempo se estar atentos, especialmente en lo que se refiere a los menores”, expuso.
“Definitivamente creemos que la cuestión del confinamiento para los menores de edad sí ha funcionado de alguna manera como un factor de protección, dado que, entre la población, como lo indican organismos internacionales en el tema de salud y adicciones, la edad de más alto riesgo para iniciar con la experimentación y consumo es de 10 a 19 años. En ese sentido, hay que seguir atentos a la situación de estos jóvenes con el regreso a clases presenciales”, agregó.
Indicó que, para evitar estos factores de riesgo, se requiere un involucramiento de los padres en las actividades que realizan los adolescentes y jóvenes, que incluye la supervisión de su desempeño escolar, además de que cumplan con sus horarios de clase, así como con sus prácticas y tareas, y también moderar el uso de redes sociales. (ÁNGEL AGUILAR/ EL HERALDO)
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- Reportero de El Heraldo de Saltillo con reconocida trayectoria en radio y prensa escrita en el estado de Coahuila.
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