A LA BÁSCULA

Encendido de alarmas

Lo que parecía impensable sucedió este viernes en Chiapas: maestros pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), bloquearon el paso e impidieron que el presidente Andrés Manuel López Obrador, ingresara a las instalaciones militares de Tuxtla Gutiérrez, desde donde encabezaría su habitual mañanera, lo que despertó cualquier número de reacciones, encontradas para no variar, en torno de un mandatario que le gusta polemizar con cualquier tema.

“Les ha dado todo lo que han querido a la CNTE, Ellos redactaron e hicieron a su modo La Ley General para el Servicio de Carrera para las Maestras y los Maestros, USICAMM la manejan ellos, cancelaron todas las clases en Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, y lo toman como rehén….”, escribió el maestro Jesús Panduro en el perfil de Facebook del grupo ‘Lo que todo maestro debe saber’.

Y remató “Cría cuervos y te sacarán los ojos…”. Otros opinaron que se cosecha lo que se ha sembrado.

Pero no fueron los maestros de la Coordinadora los únicos que acudieron a manifestarse y protestar frente a López Obrador, porque ahí estaban también grupos de padres de hijos con cáncer para reclamar la falta de medicamentos, y también acudió personal médico de la zona para reclamar la falta de insumos para poder realizar su trabajo.

Ninguno de los grupos fue atendido ni escuchado por el presidente, quien no pudo ocultar la molestia por lo que ahí ocurrió, dijo que no iba a ser rehén de ningún grupo, que no se merecía ser tratado de esa manera. El problema es que desde su tribuna diaria él si puede agredir, insultar y burlarse de quien él quiera, pero cuando la tortilla se invierte apela a la investidura presidencial, pero ya lo hemos repetido en este mismo espacio en más de una ocasión: el que se ríe se lleva, y el que se lleva se aguanta. El respeto es una carretera de dos vías, de ida y de vuelta.

Y, finalmente, el presidente no pudo hacer este viernes lo que más le gusta hacer: conducir la mañanera y hablar y tocar los temas que a él y a su proyecto les interesa, que no siempre son los que le convienen al país.

Pero más allá de estar en favor o en de acuerdo con las formas de gobernar de López Obrador, de que si el presidente se gana o no el respeto de los demás por su forma de ser, los hechos de Chiapas tienen que encender las alarmas porque no se puede exponer al Presidente en la forma como se le expuso, dos horas detenido ante el bloqueo y su empecinamiento de decir, aquí me quedo.

Creo que en esos instantes ni el propio López Obrador dimensionó el riesgo en el que estaba inmerso, ni tuvo la conciencia clara de que es la investidura presidencial la que se tiene que cuidar y proteger. Si la visión de Andrés Manuel no le alcanza para verlo de esa manera, alguien en su equipo tuvo que aportar la dosis de prudencia y responsabilidad. Esto no es un juego de que al cabo ‘a mí me cuida el pueblo bueno’. No, bajo ninguna circunstancia se puede permitir que se vuelva a poner en riesgo la integridad del presidente, y más de uno deberá recibir un enorme jalón de orejas por esto que ocurrió.

DICHOS Y HECHOS

En el caso de la falta de medicamentos para niños, utilizando la frase presidencial para promover el oficialmente tercer informe de gobierno, ‘Dichos, no hechos’, en este sensible tema es mucho lo que se ha dicho, y nada lo que se ha hecho. El problema prevalece desde que se tomó la decisión de cancelar las famosas compras consolidadas, que, porque había corrupción, y lo único cierto es que con o sin corrupción, los medicamentos no aparecen por ningún lado.

Incluso, el propio director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, el Maestro Zoé Robledo, en la reunión del Consejo Técnico de esta semana en la que estuvieron presentes los secretarios de Salud, Hacienda, y la Función Pública, externó su preocupación por la falta de medicamentos para poder atender de manera oportuna a los derechohabientes, y pidió que la compra de éstos no se siga realizando a través de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).

Y les recordó que el IMSS cuenta con la experiencia histórica de hacerlo de manera eficiente, transparente y honesta. Es decir, esto es un problema real y sensible, no es cosa de fifís, de conservadores ni de la mafia del poder. Los niños con cáncer, sus padres, quienes padecen otro tipo de enfermedades no son enemigos del gobierno ni están manipulados por ningún grupo siniestro, simplemente quieren sus medicamentos.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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