A LA BÁSCULA

No olvidemos el pasado 

Después de una prolongada ausencia debido a temas de salud familiares, solicito la venia de los lectores para regresar a la actividad con este espacio de opinión. Considerando de antemano –lo cual agradezco- que se me conceda el permiso de volver a aporrear el teclado, entramos al tema que hoy nos ocupa.

A finales de agosto del año pasado cuando el presidente Andrés López estuvo en la Comarca Lagunera para anunciar el proyecto ‘Agua Saludable para La Laguna’, en este mismo espacio comenté que era éste un proyecto muy ambicioso que los habitantes de La Laguna desearíamos que se concretara la posibilidad de garantizar agua en cantidad y calidad suficiente para consumo humano, aunque advertíamos al mismo tiempo que éste no venía a solucionar el problema de fondo: el abatimiento de los mantos acuíferos de la Región, que con el paso del tiempo es lo que ha generado el problema del hidroarsenicismo.

En los días recientes, sobre todo a partir de que se dio a conocer que el Juzgado Séptimo de Distrito en La Laguna decretó la suspensión definitiva del desarrollo del proyecto al menos en las obras en territorios del área natural del Cañón de Fernández, se ha generado una polémica mediática, en la que se ha tratado de vender la falsa idea de que los integrantes de la Asociación Prodefensa del Nazas, tienen intereses económicos y que se oponen al proyecto de ‘Agua Saludable para La Laguna’ porque son enemigos del Gobierno Federal, lo cual me parece que es una visión además de falsa, mal intencionada, cuando lo que se debería es buscar consensos y tratar de encontrar puntos de convergencia, no convertir públicamente en enemigos o adversarios a los que piensa diferente.

Uno añoraría que a principios de la década de los 90 del siglo pasado, hubiera existido una organización como Prodenazas que se hubiera opuesto a la construcción de la Planta Termoeléctrica ‘Guadalupe Victoria’ en terrenos de Ciudad Juárez, Durango, justo sobre le burbuja del agua más pura del acuífero de la Comarca Lagunera.

Entonces, la puja por la construcción de la obra en su territorio se dio entre los gobiernos estatales de Coahuila en Durango. Del lado Coahuilense la propuesta era ubicarla en la parte oriente de Torreón en los límites con Matamoros, porque la intención era que funcionara con las aguas negras que por gravedad llegaban desde el poniente de la ciudad, y el proyecto era que la Termo funcionara con aguas grises, después de un tratamiento en una planta ubicada en el mismo sector.

Por circunstancias del momento, la puja la ganó Durango, y la planta se instaló justo encima de la burbuja del agua más pura del sistema de acuíferos de La Laguna y su funcionamiento se dio con ese líquido, para producir energía que se enviaba al estado de Chihuahua. Se abatió el agua más limpia de la región, y como consecuencia se ‘mató’ a los humedales en la zona conocida como el Parque Raymundo, árboles milenarios terminaron por secarse, con un daño que ha sido irreversible.

No sé si en el proyecto actual al Presidente no le han hecho llegar la información suficiente y precisa de lo que significa el proyecto de ‘Agua saludable’ sobre todo a mediano y largo plazo, pero lo que sí no le han informado bien es que éste no ha sido lo suficientemente socializado, ni se ha escuchado a todas las partes sobre todo los que resultarían con mayor afectación.

La proyección de utilizar 200 millones de metros cúbicos anuales para su funcionamiento se da calculando que todos los años se va a contar con esa disponibilidad del líquido, pero ¿Qué va a pasar cuando lleguen los cíclicos años de sequía que ya hemos padecido en La Laguna, con tres, cuatro y hasta cinco años sin lluvia, y que incuso han provocado que haya ‘miniciclos’ agrícolas en la región?

¿Ya se nos ha olvidado que, en los años de sequía, cortinas arriba de la presa Francisco Zarco han emergido casi a la mitad las torres de la iglesia de lo que fue el poblado Graseros que tuvo que ser reubicado cortinas abajo cuando se construyó ‘Las tórtolas’, ahora como Nuevo Graseros?

Ojalá que por encima de cuestiones políticas y partidistas, de buenos y malos, de liberales o conservadores, de chairos o fifís, se ponga encima el interés supremo de los habitantes de la Comarca, porque hay que recordar que los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo. Y La Laguna ya no aguanta un error como el de la Termo de Ciudad Juárez, los laguneros no merecemos que por caprichos políticos que tienen sesgos económicos en favor de quienes más han sobreexplotado el acuífero regional, se lleven a cabo obras que al paso del tiempo a los únicos que va a perjudicar es a los laguneros, a los que aquí nacimos, y a los que lo son por convicción. Al tiempo.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

 

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.